Lo que Sánchez defiende para otros pueblos se lo niega al saharaui

El presidente del Gobierno denuncia lo que está ocurriendo en Ucrania con la invasión rusa, pero no contempla lo que lleva ocurriendo desde hace 47 años en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos.

Los saharauis fueron bombardeados con napalm y fósforo blanco, hay desaparecidos, son perseguidos, encarcelados y Pedro Sánchez avala la autonomía que propone Marruecos para el territorio que invadió.

Desde abril de 2015 doce altos cargos militares y de la policía de Marruecos se encuentran procesados en la Audiencia Nacional por delitos de genocidio contra el pueblo saharaui. Marruecos no ha atendido ni una sola petición de la justicia española.

Por Alfonso Lafarga

“Violación sistemática de los principios más básicos de la humanidad recogidos en nuestro orden internacional”, “espeluznantes imágenes de bombardeos y matanzas contra población civil inocente”, “crímenes de guerra que no pueden quedar impunes”, “guerra ilegal, irracional, injusta”, “éxodo humano”…

Son manifestaciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados el 5 de abril, en la sesión en la que intervino telemáticamente el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ante el Gobierno, congresistas y senadores, que aplaudieron en pie largamente al líder ucraniano.

Esas y otras expresiones del presidente del Gobierno podrían servir, también, para reflejar la persecución y el sufrimiento que lleva padeciendo el pueblo saharaui desde hace 47 años, cuando fue entregado a Marruecos por España y que ahora, con el aval de Pedro Sánchez a la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental, ha supuesto en palabras dellíder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD)Brahim Gali, “una reedición, peor si cabe, del abandono de 1975”.

Ese abandono, en época franquista, fue la primera traición de España al pueblo saharaui: el ejército marroquí entró “a sangre y fuego” en el Sáhara Occidental, la población civil que huía por el desierto fue bombardeada con napalm y fosforo blanco y hubo fusilamientos de civiles, como demostraron con el descubrimiento de fosas comunes en el desierto el médico forense Francisco Etxeberria y el médico y psicólogo Carlos Martín Beristain.

La intervención militar marroquí dio lugar a un procedimiento judicial en España y desde abril de 2015 doce altos cargos militares y de la policía de Marruecos se encuentran procesados en la Audiencia Nacional por delitos de genocidio contra el pueblo saharaui, con orden internacional de detención. Los inculpados actuaron entre 1976 y 1991 en el Sáhara Occidental, donde se produjo “un ataque sistemático contra la población civil saharaui por parte de las fuerzas militares y policiales marroquíes”, según el auto del Juzgado Central de Instrucción numero 5. Marruecos no atendió ni una sola petición de la justicia española.

Las acusaciones de Sánchez citadas al principio son por la invasión y las muertes que Rusia está causando en Ucrania, pero nunca se ha condenado la represión que a diario ejerce Marruecos en el Sáhara Occidental ocupado, donde, según organizaciones internacionales, se vulneran continuamente los Derechos Humanos, como han denunciado recientemente, una vez más, Amnistía InternacionalHuman Rights Watch  o el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.  Amnistía Internacional ha dirigido una carta a Sánchez con motivo de su viaje a Marruecos en la que le enumera las violaciones de los Derechos Humanos cometidas por las autoridades marroquíes.

También ha hablado Reporteros sin Fronteras: en su Clasificación Mundial 2021 de Libertad de Prensa sitúa a Marruecos en el puesto 136 de 180, y afirma que en este país la justicia cumple las órdenes del poder.

PEDRO SÁNCHEZ: LOS DDHH, UNA REALIDAD INNEGOCIABLE

Pero los Derechos Humanos, que se dice son un principio rector de la política exterior del Gobierno de España y se defienden y promocionan en todos los países, como proclama el Ministerio de Asuntos Exteriores y se responde en preguntas parlamentarias, no se tienen en cuenta en la excolonia española. Y ello a pesar de que Pedro Sánchez dijo el 10 de diciembre de 2018 con motivo del 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Hoy, cuando algunos pretender retroceder, defendamos el respeto a los DDHH como la única vía para profundizar en la Democracia, el Estado de Bienestar y el desarrollo de nuestras sociedades. Actuemos todos y todas para convertir los Derechos Humanos en una realidad innegociable”.

En esa línea, el 21 de agosto de 2021, con motivo de la llegada a la base de Torrejón de Ardoz de refugiados afganos, Sánchez dijo que “España siempre va a estar comprometida con la democracia, los derechos humanos y la libertad”. Cuatro meses después, el 15 de noviembre, en el 30 aniversario de las cumbres iberoamericanas, pidió trabajar por la consolidación y el avance de la democracia en toda Iberoamérica, así como por “el respeto de los derechos humanos, la libertad y la seguridad jurídica”, pues afirmó que «queda mucho por hacer».

Siempre en cualquier otra parte, nunca en el Sáhara Occidental bajo ocupación marroquí, que ahora Pedro Sánchez apoya en contra de lo que han dictaminado el Tribunal de Justicia de la Haya, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Un respaldo al plan de autonomía marroquí que supone en opinión de la activista saharaui Aminetu Haidar, premio de DDHH de la Fundación Robert F. Kennedy y de la Fundación Right Livelihood, un apoyo a la vulneración de sus derechos legítimos: “Es luz verde a un país autoritario como Marruecos para eliminarnos a sangre fría”.

Ahora, el presidente del Gobierno, el mismo que consideró en mayo de 2021 “absolutamente inaceptable” la declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí que achacó la crisis diplomática con España a que Madrid no aceptaba su soberanía sobre el Sáhara Occidental como había hecho Donald Trump, viaja a Rabat para normalizar las relaciones con Marruecos. Es la segunda traición al pueblo saharaui, esta vez bajo signo socialista, al abandonar el apoyo a su derecho a la libre determinación, el mismo que Sánchez defendió en 2018  ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas –lo que también hizo el rey Felipe VI– y que el PSOE llevó en su programa electoral.

La siguiente es una relación, aproximada, de hechos relacionados con los DDHH ocurridos en marzo de 2022 en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos y en cárceles marroquíes con presos políticos saharauis mientras se producía el cambio de postura del Gobierno socialista a favor de Marruecos, según organizaciones no gubernamentales y medios de información saharauis y españoles. Se cita la expulsión de El Aaiún de un periodista español, una más de las muchas que han ocurrido y sobre las que el Ejecutivo ha guardado siempre silencio :

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