La idea central es utilizar la fuerza centrífuga a través de movimientos de rotación para recrear la gravedad de la Tierra, que es seis veces mayor que la de la Luna.
La lista de desafíos a los que se enfrentarán los exploradores espaciales es formidable. Tendrán que producir aire respirable, agua limpia y alimentos en entornos extremadamente hostiles que carecen de todo lo anterior. También tendrán que coexistir pacíficamente con pequeños grupos de compañeros exploradores en espacios reducidos durante largos períodos de tiempo, todo mientras minimizan la exposición a la radiación abrasadora que es omnipresente prácticamente en cualquier lugar al que vayan.
Pero, suponiendo que los exploradores superen estos desafíos y logren establecer una presencia permanente, surgirá otro problema: la gravedad. Los estudios de astronautas que pasan semanas o meses en microgravedad han mostrado músculos atrofiados, pérdida ósea, pérdida de la visión y cambios en el sistema inmunológico. Y es probable que esto afecte la salud de los primeros colonos espaciales y sus descendientes si no se mitiga de alguna manera.
Aquí es donde entra la nueva idea de la Universidad de Kioto que, asociada con la empresa de construcción Kajima Corp, pretende explorar conceptos futuristas que algún día podrían ofrecer a los turistas y colonos una agradable dosis de la buena y sana gravedad de la Tierra.
¿Su visión? Un imponente cono espacial llamado «El Cristal» que tendría una altura de 400 metros (1,312 pies) y 200 metros (656 pies) de ancho. Este hábitat giraría alrededor de su eje una vez cada 20 segundos para que las personas que viven en sus paredes internas disfruten de la gravedad terrestre, junto con árboles, pasto y un lago.
«No existe un plan como este en los planes de desarrollo espacial de otros países», dijo Yosuke Yamashiki, director del Centro de Espaciología Humana SIC de la Universidad de Kioto, durante una conferencia de prensa en la que se dieron a conocer los planes. «Nuestro plan representa tecnologías importantes cruciales para garantizar que los seres humanos puedan trasladarse al espacio en el futuro».
Tren espacial
Además del hábitat en sí, la propuesta de tres partes también esboza un sistema de transporte entre la Tierra y sus futuras colonias en la órbita terrestre, en la Luna y hasta Marte. Llamado Hexatrack, sería lo equivalente a un tren espacial, el cual generaría de igual manera gravedad artificial, con «estaciones» a construirse sobre satélites en órbita.
El nombre de este sistema de transporte viene de que cada vagón del tren estará separado en las estaciones y será transportado en cápsulas hexagonales cuando viaje entre los planetas para evitar estar expuesto a los rayos cósmicos.
«A medida que la idea de vivir en el espacio se vuelve más realista, el problema de la baja gravedad, del que intuitivamente me di cuenta cuando era niño, es un problema que debemos superar», dijo Takuya Ono, profesor asociado del proyecto en el centro e investigador principal en Kajima, un importante contratista general. «Estamos comprometidos a lograr el plan para que sea útil para los seres humanos».
2050 d.C.
Por ahora, todo esto es más un concepto para resolver un problema real que algo remotamente práctico. El tamaño total del emprendimiento —similar a construir el Empire State boca abajo en la Luna o Marte, girarlo como un trompo y luego colocar capas de agua, suelo y otras estructuras internas en su interior— demandaría enormes cantidades de recursos y conocimientos técnicos. Y sin un diseño excepcional, vivir en un entorno así, donde el suelo se curva visiblemente a sus pies y el tirón de la gravedad local está en desacuerdo con la gravedad artificial de la estructura, podría ser bastante desorientador.
Los científicos e ingenieros prevén que nuestra migración a la Luna y Marte no alcanzará un ritmo consistente hasta la segunda mitad de este siglo —si bien ese marco de tiempo para el trabajo a esta escala parece optimista—. Hasta entonces, otros conceptos menos ambiciosos y cercanos a casa seguramente recibirán mayor atención. Eso sí, cada uno representará un pequeño paso hacia ideas más grandes como la presentada aquí por la Universidad de Kioto, pasos que serán mejor dados si se tiene en cuenta el empuje de la gravedad artificial.
Fuente: Asashi/SHub. Edición: MP.
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