El norte y el centro de la Gran Barrera de Coral, el mayor organismo vivo del planeta, han registrado su mayor cobertura desde hace 36 años, según el último informe anual (2021-22) del Instituto Australiano de Ciencias Marinas (AIMS), publicado el 3 de agosto.
Uno de los mitos de las “olas de calor marinas” es que los corales marinos están muriendo “masivamente” y padecen un “deterioro devastador”, decía El Confidencial en marzo de este año. “Los arrecifes de coral podrían desaparecer para siempre a mitad de siglo”, era el pronóstico (1).
Los datos dicen otra cosa. El informe del AIMS afirma que en los 87 arrecifes representativos estudiados entre agosto de 2021 y mayo de 2022, la cobertura media de coral duro en la región al norte de Cooktown ha aumentado hasta el 36 por cien (desde el 27 por cien en 2021) y hasta el 33 por cien en la Gran Barrera de Coral central (desde el 26 por cien en 2021).
La situación es ligeramente menos favorable en el sur (de Proserpine a Gladstone), donde la cobertura media de coral ha disminuido ligeramente del 38 por cien en 2021 al 34 por cien en 2022. “Un tercio de la ganancia de cobertura de coral que registramos en el sur en 2020/21 se ha perdido debido a los continuos brotes de estrellas de mar corona de espinas”, ha dicho Paul Hardisty, director del AIMS.
La recuperación de la Gran Barrera de Coral demuestra que los corales son capaces de recuperarse del “blanqueamiento” que suelen corresponder a los picos de calor provocados por los eventos de El Niño (1998, 2002, 2016), una corriente del Océano Pacífico que corre paralela al Ecuador de Latinoamérica a las costas del sur de Asia y que tiene su contrapartida en el sentido opuesto: La Niña.
El blanqueamiento de los corales ocurre porque pierden sus colores vibrantes y se quedan blancos. Los corales son brillantes y coloridos debido a unas algas microscópicas llamadas zooxantelas que viven dentro de los corales.
El blanqueamiento no es, ni mucho menos, la principal causa de mortalidad de los corales, quedando en un lejano segundo lugar tras los ciclones y la depredación de las estrellas de mar.
La mayor parte del aumento se debe a los corales Acropora de rápido crecimiento, que son particularmente vulnerables a los daños de los ciclones tropicales y son la presa preferida de las estrellas de mar corona de espinas. La temperatura no está entre los principales factores del crecimiento o reducción de las masas de corales:
“Cada evento de blanqueamiento masivo conduce a la extinción local de especies más raras, por lo que el éxito a corto plazo de un puñado de especies de coral de rápido crecimiento enmascara toda la historia de las pérdidas de biodiversidad en gran medida ocultas”, dice Zoe Richards, del Grupo de Conservación e Investigación de Corales de la Universidad de Curtin.
La recuperación de la Barrera de Coral reivindica al profesor Peter Ridd, antiguo director del Laboratorio de Geofísica Marina de la Universidad James Cook de Townsville (Australia), que fue despedido en 2018 por los fanáticos de la seudociencias.
En 2011, cuando la cubierta de coral había alcanzado un punto bajo de alrededor del 10 por cien, después de que grandes ciclones hubieran destruido grandes cantidades de coral, Ridd recordó que un equipo científico del AIMS había pronosticado una reducción de la masa de coral si no se limitaban las emisiones de los gases de efecto invernadero.
No acertaron en sus pronósticos, pero los medios de comunicación no informarán del nuevo revés que han padecido las ideologías catastrofistas… excepto en Australia porque hay un interés comeercial de por medio: la Gran Barrera genera 4.000 millones de dólares anuales de ingresos por turismo. Desde 1981 la UNESCO la considera como “patrimonio de la humanidad”, un título que estaba perdiendo puntos debido a su reducción.
El turismo australiano puede respirar aliviado.
(1) https://www.elconfidencial.com/medioambiente/agua/2022-03-10/arrecifes-coral-caribe-cien-anos-recalentandose_3387884/
(2) https://www.aims.gov.au/monitoring-great-barrier-reef/gbr-condition-summary-2021-22