Occidente Acelera una Agenda Decrecentista y Neocolonial que No Entiende

A raíz de la Guerra de Ucrania los países occidentales, sobre todo del este, y en concreto Alemania, se empeñan en cortar su dependencia del gas e hidrocarburos rusos a pesar de que el sufrimiento económico que se producirá, iniciado por un alza de precios no vistos desde la crisis del petróleo del 72, amenaza con la estabilidad política y económica de muchos de ellos; para ser sinceros, de todos.

Esto crea una gran confusión ya que ni legos ni profanos entienden por qué una sociedad, una serie de países, toma una serie de medidas totalmente opuestas a sus propios intereses. El error está en atribuir incorrectamante a unos funcionarios unos intereses. Lo cuál demuestra que no se conoce ni a los políticos ni a los intereses.

Planes no tan Ocultos

En 1987 el IPCC de la ONU, a través de un estudio sobre ecosistemas globales, plantea con claridad los límites físicos del planeta y funcionales del propio sistema capitalista. Los gestores del sistema tardarán 28 años en tomar medidas.

Consenso entorno a un Descenso ordenado

En 2015 la ONU/EEUU publica la Agenda 2030, de «desarrollo capitalista sostenible». La gran mayoría de países acepta su implementación y comienzan a legislar, principalmente, sobre medio ambiente.
En 2016, después de las campañas de Afganistán, Irak, Libia y Siria, con el país exhausto y desindustrializado, Donald Trump vence las elecciones con el programa MAGA, una suerte de Fortress América que de por sí suponía un intento incompleto e infructuoso de reindustrialización.

En 2019 la UE plantea el Fit for 55 FF55, cuyo objetivo es la reducción de la emisión de CO2 en un 55% hasta 2030. Los ajustes industriales planteados son tan profundos que son adjetivados como draconianos, que ya dibuja la desindustrialización europea perfilada por EEUU.
En 2019 EEUU plantea el Green New Deal GND, la versión anglosajona de plan de a ajuste capitalista ordenado a los requerimientos ecológicos, cuyo eje central fue la economía verde de derivados financieros y una política dirigida por sanciones, incentivos y cupos.
En 2019 se produce la 1º Guerra del Litio en Bolivia patrocinada por Tesla. Se trasladan los escenarios bélicos de los yacimientos de petróleo a los de litio: Bolivia, Argentina, Chile, China, Australia, Serbia.
En 2020 se produce la pandemia mundial. Occidente aprovecha la coyuntura para poner a punto una Nueva Normalidad de descenso. Las economías se ponen en hibernación, en mínimos productivos y de consumo. Se produce un desastre en el sector petrolero.
En 2020 Biden vence las elecciones con el programa Built Back Better BBB, lo que de por sí supone la fusión del nacionalismo MAGA por su empeño en la reindustrialización y el GND por su incidencia en la sostenibilidad del capitalismo.
Notar que en un espacio finito no puedes construir sin destruir primero.

Ruptura del Plan de Descenso Ordenado

Es en un punto entre 2020 y 2021 donde se produce la ruptura con el plan original de un Descenso ordenado y una reorganización favorable:
En 2021 el WEF publica el Gran Reset «no tendrás nada, pero serás feliz» en el que plantea su Nueva a Normalidad.

Ruptura del Orden Mundial

En febrero de 2022 se quiebra el Orden Mundial Unipolar. Rusia rompe con la ortodoxia del Dominio de las Normas impuesta por EEUU y ataca a Ucrania.
En marzo de 2022 oligarquías mundiales declaran el fin de la globalización y comienzan a posicionarse en sus bloques.
A partir de entonces cada bloque escogerá su forma de descenso. Las economías mundiales retornan a las energías fósiles. Sarcasticamente la prensa denomina al plan Biden Drill New Deal. Mientras, buscan nuevas fuentes de energía, abandonan sus capacidades industriales y recuperan el desarrollo bélico. Lo que se evidencia es la pérdida de la oportunidad para realizar un ajuste ordenado.
En 2022 el ejército de EEUU ratifica su decisión abandonar las energías fósiles y apostar por lo eléctrico. Esta es una verdadera declaración de la situación energética mundial a largo plazo más allá de las coyunturas actuales.
Parece que al ritmo de Descenso que vamos alcanzaremos los objetivos decrecentistas de la Agenda 2030 mucho antes de lo esperado.

Confusión e incongruencias por una implementación agresiva y desordenada

No es que hayan ocultado sus intenciones. De hecho, después de postergarlas todo lo que pudieron, las han pregonado a los cuatro vientos cada vez que han podido.
Sin embargo, reina la confusión, porque nadie esperaba que las medidas adoptadas fueran tan duras y su puesta a punto tan caótica y aparentemente inconexa. Tampoco se esperaban lo que nos viene. Tanto al interno como al externo parece que Occidente, y en particular Alemania, se han hecho el Hara Kiri.
No hay nada que hacer. Las personas que toman las decisiones ya han repartido las órdenes, y se cumplen o te cambian. Lo único que podemos observar estudiando a sus títeres políticos es confusión, que se traduce en declaraciones y medidas incoherentes e impopulares. Lo pudimos comprobar durante la pandemia de 2020. Las intervenciones de políticos de máximo nivel como Biden, Von der Leyen, Borrell, Scholtz, o Zelensky no pueden denominarse de otra forma que no sean actuaciones. Son justificaciones banales, superficiales, a veces incongruentes. Si atendemos a los argumentos esgrimidos para justificar sus acciones, observamos el apelo a la emoción y la falta de razón: lealtad con Ucrania, lucha antiimperialista antirrusa, guerra contra el fascismo prorruso, coraje, valor… porque incluso para ellos, muchas de las acciones que deben justificar, carecen de sentido. 

Hechos probados

Observados en conjunto, y sobre todo, independientemente del relato, el curso de acción del bloque occidental es claro:
-Berlín se separa de Moscú
-Occidente se descarboniza, desindustrializa, y se electrifica
-Se acortan sus cadenas de suministros generando bloques
-Se recorta consumo
-Se incide en políticas neocoloniales militaristas empezando por un rearme
Todas y cada una de estas medidas van en contra de los intereses nacionales, en contra de los intereses económicos generales en el nuevo contexto de escasez, y van a eliminar la competencia, dejando los mercados en manos de multinacionales. Pero tienen un fin claro: el mantenimiento del status quo a cualquier precio. Asumen que van a entrar en pérdidas, se aprovecharán de las redes clientelares  estatales creadas, y se aprovecharán de la asociación público-privada. Van a profundizar en la posesión de los estados mismos hasta que se fusionen. 

Lo que dicen quienes toman decisiones

Escuchemos las palabras de la persona más poderosa del mundo, Larry Fink de Blackrock, y uno de los principales impulsores del imperialismo angloamericano, incluida la Guerra de Ucrania:
«la invasión rusa de Ucrania ha puesto fin a la globalización que hemos vivido en las últimas tres décadas».
Fink ya ha preparado su posicionamiento en la Nueva Normalidad en la Era del Descenso en el Nuevo Mundo Multipolar.
Sobre el recorte del con sumo en occidente: que no os preocupe, porque para las élites globales todavía quedan mercados por explotar, entre guerra y guerra, para los próximos 20-30 años, entre los que se incluyen Nuestramérica y África.

Nuevas preguntas

¿Qué causó el decrecimiento desordenado? La incapacidad del hegemón EEUU en organizar un desecenso ordenado. Esto es a su vez causado por los intereses establecidos, que impiden cualquier tipo de flexibilidad política o económica que no sea el régimen neoliberl colonial. Bajo esta perspectiva, en EEUU nunca ha existido una verdadera posibilidad de cambio. Aun conscientes tanto del problema como de la solución (IPCC, COP, GND, BBB, FF55…), el destino del mundo ha estado siempre sellado. La única posibilidad táctica que le queda a EEUU, incapaz de transformarse, es ser el agente del caos, generando tantos problemas a sus enemigos que estos también se desorganicen y colapsen. Esto no sucederá, porque ningún país en la tierra tiene los niveles de consumo e inequidad como los de EEUU. Los ajustes en el resto de países, incluída la UE, son minúsculos en comparación.
¿Quién causó el decrecimiento desordenado? Achacar una culpa a un constructo es cuanto menos absurdo. Se puede nombrar y señalar por su nombre propio a todos  cada un de aquellos que han participado en el fracaso de sus propios países.Al igual que hacen con sus planes, no se esconden. Los principales son los que voluntáriamente han precipitado la situación. Los ideólogos, tomadores de decisiones y ejecutores. Unos vienen de Harvard, otros de Londres, Frankfurt… Unos militares, otros políticos, banqueros, empresarios… No son tantos, y todos tienen un punto común de encuentro el Foro Económico Mundial; el epicentro de la quiebra del sistema neoliberal.
Si la conclusión es clara; si desde que inició la pandemia covid19 han estado publicitando la idea del Decrecimiento revestida de Nueva Normalidad; si las sociedades occidentales envejecidas no tienen la suficiente vitalidad como para oponerse a los planes globales de sus élites; la pregunta más importante que queda por aclarar es ¿por qué los poderes occidentales no quieren que sus representantes expongan la verdad tal cual es; que vamos a decrecer sin remedio, sin orden y que nos quedamos sin hidrocarburos de calidad? Hechos todos ya asumidos por la mayor parte de la sociedad.
Una posible explicación es que los mencionados líderes políticos sean tan sumamente ineptos, más preocupados por su papel en sus corruptelas y peleas palaciegas que en el propio gobierno. A la hora de responder preguntas complejas simplemente no tienen idea. A demás, el argumentario de los partidos lo escriben personas de similares características. Solo ciertos personajes y ciertas declaraciones institucionales puntuales, mantienen un tono de seriedad. Son Tontos útiles para trabajar en la granja, no para dirigirla. Los políticos no gobiernan, son las oligarquías escondidas en los grupos de inversión como el de Fink.

Aguantarán las sociedades europeas el ritmo de cambios?

Otra pregunta es si las envejecidas y acomodadas sociedades occidentales, y europeas en concreto, serán capaces de superar su transición al decrecentismo.
Si el futuro de occidente es neocolonial, si persiste la visión angloamericana de la civilización como dominio del más fuerte, si se persiste en confrontar a las potencias del este, se necesitarán recursos para la guerra (disminuir el número de viejos, acaparar), aumentar el número de jóvenes reclutas (migrantes y extranjeros), y capacitarlos para lucharla. Pero, en la era del descenso, perdida la ventaja tecnológica, y en plena lucha por los recursos, esto ya no es posible. En caso de que consiguiera reunir la fuerza necesaria para una guerra directa, esta consumiría tantos recursos que provocaría una contracción económica tan fuerte que fracturaría el propio país. Ya vimos como quedaron los imperios después de la 1º y 2º GM. Al final, las sociedades exhaustas se transformarán en economías planificadas o directamente estados fallidos dedicados al pillaje.
Si Europa se amolda a la nueva situación geopolítica de equilibrio con Rusia y China, se acoge al derecho internacional (en vez del Mandato de las Normas), y asume su incapacidad política, militar y técnica para imponerse a las potencias del Este, supondrá la mengua de recursos para la población y de beneficios para sus oligarquías, con la consecuente polarización social. Habría que asumir la situación de pobreza y un nuevo ciclo de luchas por la riqueza robada por las oligarquías; éstas ahora con menos margen ante la necesidad de invertir en medios represivos. Los recursos materiales represivos no son caros, mantener tropa tampoco es caro, lo que es costoso es mantener tropa eficaz. Una situación postfeudalista de nuevo cuño, al estilo de la ya vivida en este país bajo la denominación de «Altenancia Política», que puede sostenerse por décadas.

Conclusión

Los países occidentales, más allá de las declaraciones, están empeñados en una agenda decrecentista, decidida por sus oligarquías corporativas al margen de sus políticos, por lo tanto antidemocrática, y aplicada por medio de su stablishment sin el consentimiento de sus pueblos.

La posibilidad de un decrecimiento global ordenado en los términos propuesto por la ONU en 2015 fue descartada a finales de 2021 después de la fatiga pandémica.
La nueva reestructuración geopolítica mundial se realiza en forma similar a cómo se desarrolló la geopolítica pandémica: conforme a la doctrina del shock, la desinformación general global, y una serie de perrogativas, preferencias y éxito del más fuerte a la hora de asegurarse suministros.
Como organizaciones sociales aún podemos tomar ventaja, porque lo único que se está descomponiendo es la organización social capitalista vasada en el individualismo, el clientelismo y la dependencia. Se encienden todas las alarmas, pues se está produciendo un Hito Revolucionario de primer orden: la sociedad neoliberal entra en Desmoralización, fase previa a la Disrupción. Los cambios se están desarrollando muy rápido, por lo que hay que darse cuenta e intervenir a tiempo antes de que se sigan tomando malas decisiones vitales y caigamos presa de su picadora.
Salud! PHkl/tctca
https://tarcoteca.blogspot.com/2022/08/occidente-acelera-una-agenda.html

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