El Bosco y ‘El jardín de las delicias’: los delirios de un visionario

El jardín de las delicias es uno de los cuadros más emblemáticos de la historia del arte y, sin duda, el más conocido de el Bosco. Pintado entre 1500 y 1505. Actualmente se encuentra en el Museo del Prado. Imagen extraída de Pxhere, de dominio público (CC0 1.0).
«El jardín de las delicias» es uno de los cuadros más emblemáticos de la historia del arte y, sin duda, el más conocido de El Bosco. Pintado entre 1500 y 1505, se encuentra en el Museo del Prado, de Madrid. Imagen de Pxhere, de dominio público (CC0 1.0).

Nacido en los Países Bajos, Jheronimus van Aken, El Bosco, pintor de extraordinario talento, fue el artista preferido del rey Felipe II de España, quien reunió la mayor cantidad de sus obras. Por esta razón su tríptico El jardín de las delicias se encuentra en el Museo del Prado, de Madrid.

Por Tomás Vio Alliende / La Mirada Semanal

La inspiración fundamental de toda la obra de Jheronimus van Aken, también conocido como Jheronimus Bosch o Hieronymus Bosch, en idioma español El Bosco (Bolduque, 1450-1516), proviene de las Sagradas Escrituras y otras imágenes de su época, pero con una visión muy personal, caracterizada por la calidad en el dibujo, fantasía y originalidad que lo han vinculado con temas surreales, la burla y la ironía con las que critica a los grupos sociales de su época.

Lo primero que destaca cuando se observa el tríptico El jardín de las delicias es el carácter imaginativo por parte del artista, expresado a través de personajes y figuras realizadas con mucho detalle. El Bosco utiliza elementos fantásticos que se podrían llamar surrealistas, siendo su obra posiblemente uno de los primeros antecedentes del movimiento artístico que se inició en Europa en 1920 y en el que participaron artistas como Salvador Dalí y René Magritte, entre muchos otros.

En el Renacimiento nórdico era común ver ángeles, santos, dioses del Olimpo, pintura histórica y por supuesto retratos. Sin embargo, el Bosco era capaz de salirse de la norma con figuras monstruosas y fantasmagóricas. La imaginación popular en la época del artista estaba plagada de imágenes fuera de lo común en los siglos XV y XVI. El Bosco encontró en la originalidad una manera de expresar esa realidad. Se atrevió con abundantes desnudos, inusuales para la época.

Se burló de la gente y su propia corrupción. Según los expertos, el artista flamenco elevó las artes menores a una pintura mayor orquestando mundos imaginarios que nadie más se atrevía a realizar. Se aventuró en pintar más allá del sentido religioso, de la mirada piadosa, arrancó El jardín de las delicias de los escenarios litúrgicos. Creó un estilo único que ejerció influencia en pintores que aparecieron posteriormente, como Pieter Brueghel el Viejo (1525–1569).

He visto muchas veces la obra de El Bosco en libros, internet, videos y en vivo. El jardín de las delicias es un cuadro que tiene muchas interpretaciones y se puede ver de muchas formas. Un aspecto —e n el que también repara la especialista venezolana en artes y cultura Andrea Imaginario— en el que me fijé recientemente y que me llama la atención del tríptico es cómo en el panel izquierdo, llamado El paraíso, se ve una laguna con una serie de reptiles saliendo del agua y adoptando distintas formas sobre una roca.

El Bosco se burló de la gente y su propia corrupción. elevó las artes menores a una pintura mayor orquestando mundos imaginarios que nadie más se atrevía a realizar. Pintó más allá de la mirada piadosa, arrancó El jardín de las delicias de los escenarios litúrgicos

Algo muy parecido a la evolución de las especies. ¿Habría pensado en eso El Bosco al pintar El jardín de las delicias? Sería algo tremendamente vanguardista, porque Darwin recién habló de su teoría en 1850 con la publicación de su libro El origen de las especies y los filósofos griegos pensaron en el tema en la Antigüedad, pero sin llegar a conclusiones definitivas. El Bosco lo pintó y lo graficó en su obra. Expertos en el artista no tienen una respuesta clara sobre el tema.

Personalmente creo que el pintor fue un verdadero visionario, un adelantado que planteó tempranamente la transformación de las especies, pensando que este cuadro fue realizado entre 1500 y 1505, casi 350 años antes de que Darwin apareciera con su revolucionaria teoría. Con intención o sin ella, El Bosco seduce creando con El jardín de las delicias un tríptico completo sobre la existencia humana. El Paraíso El Infierno completan el resto de los segmentos de este óleo pintado sobre una tabla de 220 x 389 cm.

Actualmente, El jardín de las delicias se considera una de las obras más extraordinarias y misteriosas de la pintura mundial que recoge un mundo completo y no se escapa de verdades y sutilezas que se complementan con ironía, con una búsqueda superior que contribuye a que el arte se manifieste como el signo de los tiempos. Es una demostración explícita que la cultura, a veces, puede ir más allá del poder y la gloria.

El Bosco y ‘El jardín de las delicias’: los delirios de un visionario

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