Tulku Urgyen Rinpoche (1920–1996) acerca de las diferencias entre las prácticas del Mahamudra y el Dzogchen, y la relación entre ellas.
En el Mahamudra, eres introducido a la mente y luego te entrenas con la conciencia. La práctica está mezclada con la mente hasta alcanzar el punto de la no-meditación. Entonces la práctica es sólo rigpa, la visión última. En la atención en un sólo punto y la simplicidad tú ejerces mucho esfuerzo mental, a través del cual la fijación se reduce enormemente y te deshaces de obscurecimientos. Es como pelar capas distintas de un maíz; primero se pela una, luego la siguiente y la siguiente. En el Dzogchen, desde el principio eres introducido a la no-meditación y la no-distracción.
De acuerdo a las palabrad de Künkhyen Tsele Rinpoche, también llamado Tsele Natsok Rangdröl:
El Mahamudra y el Dzogchen
difieren en palabras, pero no en significado.
La única diferencia es que el Mahamudra enfatiza la atención plena
mientras que en el Dzogchen se relaja en la conciencia.
El Mahamudra enfatiza principalmente la atención plena. “Atención plena” [Mindfulness] o “presencia mental” significa aplicar la atención plena o el estado de vigilancia, mientras que el Dzogchen se relaja en la conciencia; esta es la mera diferencia. Como ha sido dicho, “En el Dzogchen la visión última es el relajarse en la conciencia”, la cual se refiere a la no-fijación, el no aferrarse-[permanecer] en la continuidad del no aferrarse. Se dice en el Mahamudra, “Es necesario aplicar la atención plena”.
[En el Mahamudra] entrenas entonces con las apariencias utilizando cualquiera de las percepciones que ocurran de los seis sentidos, sin sujetar o descartar ninguna. —Tsele Natsok Rangdröl
En el Dzogchen tú “entrenas con la conciencia” y en el Mahamudra tú “entrenas con las apariencias”. El significado de entrenarse con las apariencias es no inhibir ninguna experiencia. Es seguro que las formas se van a aparecer a tus ojos y que los sonidos van a llegar a tus oídos; la experiencia no tiene obstrucción, es intrínseca. El entrenar significa que cualquier forma que aparezca en tu campo de visión, tan variada como sea, sólo reconoce al que observa; ese es el entrenamiento. De acuerdo al Dzogchen, la conciencia no necesita depender de apariencias externas. Sólamente permanece en rigpa. Cualquier apariencia que pueda ocurrir ―sin tratar de prohibirla, inhibirla, o alentarla― entrénate en la conciencia misma. Aquí, “entrenarse’ significa desarrollar una habilidad, volverse experto, así como cuando se hace ejercicio físico. De un modo similar, los estudiantes en la escuela se entrenan al desarrollar más habilidad, aprendiendo algo.
De acuerdo al sistema del Mahamudra, es un poco incómodo entrenar con apariencias. Al principio hay mucho ruido acerca de las apariencias. Sin embargo, sin reconocer la conciencia, no hay manera de entrenar con las apariencias. Tras reconocer rigpa, puedes entrenar con las apariencias o experiencias, siendo el experimentador mismo rigpa.
En el otro caso, cuando entrenamos con la conciencia en el Dzogchen, cualquier cosa que ocurra como experiencia está más allá del beneficio y el daño. Tú abandonas todas las apariencias y sólo descansas en rigpa. Entrenas en eso. En el Mahamudra, tú entrenas en las apariencias de los cinco objetos sensoriales. Tenemos los cinco órganos sensoriales y los cinco objetos sensoriales externos. Cualquiera de estos que aparezca o sea experimentado, ve la esencia de ello.
Tú entrenas de esta manera para que las experiencias no causen ningún daño. Al principio, las experiencias pueden ser dañinas o no placenteras, es decir, vistas incómodas, sonidos no-placenteros, y demás cosas van a surgir en el meditador. Pero el experimentador o percibidor de estas experiencias es la mente, sin la cual no habría ninguna experiencia, así como una piedra o un trozo de madera no percibe nada. Sin la mente no hay experimentador, porque toda la experiencia es experiencia personal. Una vez que tú reconoces que la experiencia es experiencia personal, puedes entrenar en ello. En el Mahamudra entrenas en la experiencia sin ninguna ilusión o engaño. En breve, en el Mahamudra entrenas con experiencias externas, y en el Dzogchen entrenas con el rigpa interior.
Podemos decirlo así, pero de hecho, las apariencias y rigpa son una unidad. Tú no necesitas inhibir nada, porque las percepciones están más allá del beneficio y el daño. No necesitas bloquear nada; todas las apariencias están más allá del beneficio y el daño. De este modo, rigpa y las apariencias son una unidad. En el Mahamudra, cuando permaneces en rigpa, sin tener ninguna fijación o apego hacia ninguna apariencia que surja, esta es la primera de las percepciones de las seis colecciones de sensaciones. Estas ocurren, pero tú no te aferras a estos acontecimientos; en vez de eso, tú te entrenas en este no-aferrarse. Las percepciones se refieren a la forma, el sonido, el olor, el gusto, el tacto y las alegrías y penas mentales. Cuando decimos las seis colecciones, tenemos que tomar en cuenta las variadas alegrías y penas mentales, los cinco sentidos y los objetos mentales. No necesitamos desecharlos o abandonarlos. No necesitamos adoptarlos o mantenerlos tampoco. Los experimentamos sin rechazarlos ni aceptarlos.
Los seres sintientes ordinarios, por otra parte, se aferran a las percepciones; primero se aferran a ellas, y luego se apegan a ellas. Primero está la cognición o apariencia a la que se le llama “sosteniendo algo para que esté ahí”. Uno se fija en una percepción. Después de eso, hay apego a si lo que surgió es bueno o malo. Todos los seres sintientes tienen aferramiento y apego. Por ejemplo, si tienes ojos, entonces seguramente una imagen visual va a surgir, ¿cierto? tú la percibes. Por ejemplo, tú percibes una grabadora de audio y piensas, “Oh, esta es una grabadora de audio”. Primero, piensas ―a este aspecto se le llama “sosteniéndolo para que esté allí”. Después de eso, tú discriminas pensando, “Oh es una buena grabadora”. Luego, además de la fijación, tienes apego. Pensar que no es algo bueno es enojo, y pensar “No me importa” es estupidez. Estas tres nos atan al samsara.
Un practicante yogui tiene ojos y percibe cosas. Si tú tienes ojos, tendrás percepción visual, a menos que tus ojos estén cerrados. Quien tenga ojos tendrá percepción visual, pero lo que es percibido se convierte en una percepción vacía. Si tú reconoces la esencia, luego cuando las formas aparecen, se convierten en la unidad de apariencias y vacuidad. Mientras aparecen, están vacías. Mientras están vacías, estas seis colecciones ocurren o se manifiestan. Aparecer y estar vacío ocurren como una unidad. La palabra “unidad” tiene un gran significado. No dividas las apariencias como algo que está allá y la conciencia como algo que está aquí. Permite que las apariencias y la conciencia sean indivisibles; esto es lo que enseñan los Kagyüpas. El dividir apariencias como estando allá y la mente como estando aquí es lo que hacen los seres sintientes. Los practicantes, sin embargo, no dividen estos dos, pensando que las apariencias están allá y la mente aquí. Ellos practican la unidad de las apariencias y la mente, lo cual es el significado de “un sólo sabor”. Esa es la razón por la que las cosas se vuelven suaves, fáciles para el practicante; sin esto, no habría manera de lograr la facilidad.
Aquí, tú entrenas sin guardar o descartar. Esto significa que el entrenamiento que desarrollas no está en el reino de la mente conceptual ―está más allá de la mente conceptual. El traerlo al camino significa que tú mezclas la práctica con el camino de acción, las actividades diarias, sin perder la continuidad. Si la continuidad se pierde, entonces no has traído la práctica al camino.
Finalmente, tú entrenas en la apariencia y en la vacuidad como una unidad. Por ende, aunque haya una diferencia en terminología, el significado esencial es idéntico [en ambos, el Mahamudra y el Dzogchen].
―Tsele Natsok Rangdröl
El desarrollar un entrenamiento en las apariencias viene después de ser introducido a la vacuidad. Esto es de acuerdo al sistema del Mahamudra. Tú debes reconocer las cuatro partes sin tres. Luego, en todos los caminos de acción, actividades diarias, no importa cuál de las seis percepciones de sentidos experimentes ―ya que ocurren por sí mismas y son auto-liberadas― podrás desarrollar el entrenamiento, el poder de entrenar.
Un ave madre va a entrenar a sus polluelos a volar. Aunque ellos no tienen el poder de volar cuando son muy pequeños, sus padres y madres vuelan con ellos y les enseñan cómo hacerlo. Luego los polluelos se entrenan en la habilidad. Cuando pueden volar propiamente por sí mismos, se separan de sus padres. Cuando decimos, entrenar la habilidad, si tú aún no has sido introducido a lo que debes entrenar, entonces no hay una habilidad que desarrollar. Una vez que has sido introducido a lo que debes entrenar y has reconocido la naturaleza de tu mente como primordialmente vacía y sin raíz ―eso que está vacío desde el principio y que está libre de cualquier base― entonces tú puedes entrenar en ese reconocimiento.
Esto es diferente a sólo imaginar que las cosas están vacías y meditar cultivando esto. Si tú entrenas de este modo, se volverá como el río de la montaña congelado por el viento helado. El agua está fluyendo ininterrumpidamente y naturalmente es libre. Pero cuando viene el viento helado durante el invierno, el agua se vuelve dura y sólida. Del mismo modo, si tú no has reconocido la naturaleza de tu mente, no hay una habilidad que desarrollar. Debes entrenar en la expresión, en la manifestación.
En el sistema del Mahamudra, se habla de la esencia, la manifestación y la expresión. La esencia es no-nacida, la manifestación es libre de obstáculos, y la expresión tiene múltiples apariencias. En nuestra tradición, nosotros hablamos de la esencia, la naturaleza y la capacidad. La esencia es vacía, la naturaleza es consciente, y la capacidad es omnipresente. Estas son el dharmakaya, sambhogakaya y el nirmanakaya. Por otra parte, la terminología del Mahamudra se refiere a la esencia no nacida, la manifestación libre de obstáculos, y a la expresión múltiple. Primero tú eres introducido a la esencia no nacida como siendo la esencia vacía. Después, tú entrenas para desarrollar la habilidad durante las percepciones, la experiencia libre de obstáculos.
Las apariencias y la vacuidad tienen que ser una unidad desde el principio del tiempo primordial. Las enseñanzas del Dzogchen se refieren a esto como la unidad de la pureza primordial y la presencia espontánea. Así es esto desde el principio. No es algo que tenemos que lograr. Es imposible hacer una unidad temporal de estos dos. Desde el tiempo primordial, la pureza primordial y la presencia espontánea han estado unidos inseparablemente.
A través de Trekchö (reconocer que tu propia esencia es la pureza primordial) tú entiendes la visión de la pureza primordial. A través de Tögal (reconocer que la naturaleza es presencia espontánea) tú realizas que la presencia espontánea se auto-manifiesta. Ninguna de estas dos tiene naturaleza propia. La presencia espontánea no tiene una naturaleza propia; tú no te puedes apoderar de las deidades. No importa cuánto les pegues con un palo, nunca sentirán ningún dolor, ¡estoy bromeando! Las apariencias se manifiestan como deidades y tú puedes verlas, pero no las puedes agarrar con tu mano de ninguna manera, ni los cuatro elementos pueden dañarlas. Ellas son como formas de luz de un arcoiris. Ese es el significado de la presencia espontánea. Cuando esta comprensión toma lugar en la mente del yogui, entonces él o ella se empieza a sentir cómodo y sin problemas. Los practicantes nunca se vuelven más y más deprimidos, más y más estrechos de mente, porque entienden las cosas como son.
Desde el principio, las apariencias y la existencia tienen la misma naturaleza que las tres kayas. Esta referencia a las tres kayas significa que la esencia está libre de constructos. La esencia está vacía, la naturaleza es consciente, y la capacidad es unidad ―así es la conciencia. La esencia de los seres sintientes también está vacía, su naturaleza es luminosa o consciente, y su capacidad es unidad. Guru Rinpoche explica lo que se llama “la unidad de la vacuidad y la cognición impregnada de conciencia”.
La luminosidad y la vacuidad han sido una unidad desde el tiempo primordial. En el caso de los seres sintientes, esta unidad está cubierta por ignorancia. Todos los seres sintientes tienen conciencia vacía porque están permeados de sugatagarbha. Sin embargo están cubiertos por ignorancia; son la unidad de la conciencia vacía cubierta con ignorancia. Así es como son los seres sintientes, mientras que el yogui o el practicante experimenta la luminosidad vacía con la esencia de la conciencia. Piensa cuidadosamente sobre esta línea, ya que todo está contenido en la frase “Cognición vacía impregnada de conciencia”.
Si una persona te pregunta, “¿Cómo es la mente? ¿Qué es la mente? dímelo brevemente”. Entonces tú puedes decir, “Es la unidad de la vacuidad y la cognición impregnada de conciencia”. La mente está completa en esta frase. Su esencia está vacía; su naturaleza es cognoscente. Su capacidad es que estas dos no pueden estar separadas. Ese es el significado de la unidad, imposible de separar. La vacuidad y luminosidad no pueden ser divididas, ¿verdad? Ese es el estado de las cosas en todos los seres, sin embargo no lo experimentan.
Como se indica en el Mahaprajnaparamita: “El conocimiento trascendental (prajnaparamita) es inexpresable, inconcebible, indescriptible, sin surgimiento sin cesación ―la esencia del espacio mismo. Es la experiencia de la cognición individual, despertar auto-consciente o sabiduría”. En el caso de los seres sintientes, es la experiencia de la ignorancia de un individuo, pero para los yoguis es la unión de la vacuidad y la luminosidad impregnada de conciencia. La sabiduría, yeshe, se refiere al aspecto cognoscente, llamado rigpa. Los seres sintientes son del aspecto ignorante. Luego, los seres sintientes son descritos como vacuidad y luminosidad impregnados de ignorancia.
En la región Kham del Tíbet, hay un dicho: “Dilo todo, como un saco volteado al revés”. Tú tienes un saco en el que guardas cosas. Entonces sacas las cosas y volteas el saco completamente al revés, así que nada queda adentro; todo está vacío. Así, en esta frase, Guru Rinpoche ha volteado su saco al revés; él ha descubierto todo por completo. Es la unidad de la consciencia (cognición) y la vacuidad. Desde el principio, es consciente y vacía; estos dos son una unidad. El yogui está impregnado de conciencia, cognición. Rigpa significa “saber, conocer”. Todos los seres sintientes están impregnados de ignorancia. En esta declaración, el significado esencial de cien líneas está contenido. Está completo; Guru Rinpoche ha dado la vuelta a su saco.
¿No es así? ¿No lo ha dejado completamente desnudo?
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