Yarisley Urrutia.- Las bandas de narcotraficantes del sur de España usan fusiles de asalto del calibre usado por la OTAN. Las fuerzas de seguridad temen que sea parte del armamento destinado a Kiev, que ‘se pierde’ por el camino o en Ucrania se deriva al mercado negro internacional. Especialistas calculan que haya hasta 3,5 millones de armas sin registrar.
Aunque parcos, los detalles revelados del último enfrentamiento a tiros entre agentes de la Guardia Civil y narcos acaecido el 22 de mayo en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), son preocupantes. Armados únicamente con sus pistolas reglamentarias, los guardias fueron recibidos con ráfagas de armas automáticas y solo tras la llegada de refuerzos pudieron incautar un alijo de 2,5 toneladas de hachís junto a la desembocadura del río Guadalquivir y detener a nueve personas.
Se intervinieron también cuatro vehículos. Aunque esta vez no se incautaron las armas, los casquillos recogidos atienden a munición del calibre 5.56 mm, el estándar entre los países de la OTAN. Los fusiles de asalto que lo utilizan, por ejemplo el estadounidense M16-A4, están presentes en los circuitos ilegales de armas. Con anterioridad al conflicto de Ucrania, este tipo de armamento no solía verse en posesión de los narcotraficantes españoles. Y ahora la Guardia Civil ha detectado que el crimen organizado porta fusiles de asalto de este calibre cada vez con mayor frecuencia.
Es decir, ya no es descabellado decir que el narco español, al menos los clanes asentados en la provincia de Cádiz, está armado con un tipo de armamento característico de la OTAN que ha podido ser previamente enviado a Ucrania. La situación se asemeja a la ocurrida en junio de 2023 en México, cuando miembros del Cartel del Golfo fueron detectados portando lanzacohetes antitanque AT4 de fabricación sueco-estadounidense, un arma que consta en los listados de suministros bélicos que recibe Kiev.
Como confirmaron fuentes de la Guardia Civil a El Español, la naturaleza del incidente no es un hecho aislado, sino una “tendencia” que se ha incrementado desde el inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania. Según el cuerpo armado, los cárteles latinoamericanos de la droga llegan a viajar al país eslavo para adquirir este tipo de armamento, que posteriormente cruza el Atlántico a bordo de buques mercantes que parten de puertos europeos y españoles.
Europol y la Policía Nacional ya alertaron de esta tendencia en sus informes. En su Plan Estratégico 2022-2025, la segunda advierte del “riesgo del incremento a corto y medio plazo del tráfico de armas” empleadas en el conflicto de Ucrania. De los once millones de armas cortas y fusiles automáticos enviados a Kiev, alrededor de 3,5 millones no están registrados, se señala en el documento.
Por su parte, el Gobierno de España ya dio cuenta del riesgo de este comercio ilegal mediante la publicación del Informe Anual de Seguridad Nacional de 2023, donde se admite que a consecuencia del conflicto en Ucrania, hay una “mayor disponibilidad de armas de fuego” y un riesgo de “desvío” hacia el comercio ilegal y “a los mercados negros de armamento”.
Aumenta el arsenal y la violencia
El deterioro de la seguridad es patente en varias zonas del sur de España. En la provincia de Cádiz, la situación es especialmente tensa en municipios de la costa como Barbate, Sanlúcar de Barrameda o en localidades costeñas de la comarca del Campo de Gibraltar, en aguas del estrecho, como La Línea de la Concepción.
La violencia de los narcos se ha intensificado y realizan el tráfico ilícito de estupefacientes con total descaro. A veces, ni siquiera dudan en embestir con sus narcolanchas las embarcaciones de la Guardia Civil que los persiguen, con resultado letal. El armamento a su disposición ha variado con los años.
En las operaciones que se saldan con traficantes arrestados y material intervenido, los agentes advierten de una modernización más o menos reciente. En lugar de los AK soviéticos de los años setenta, ahora abundan fusiles y subfusiles ametralladores de fabricación occidental más modernos. “La batalla contra el narco ha entrado en otra fase”, comentó un agente de la Guardia Civil al Diario de Cádiz en condiciones de anonimato.
Pero, ¿cómo llegan esas armas a manos de los narcotraficantes españoles? Es un material que difiere del acostumbrado en el mercado negro y, a juzgar por los agentes, lleva poco tiempo en circulación.
Una vez se firman los albaranes de entrega, parte del armamento que la OTAN está enviando a Ucrania retorna a determinados países de la UE, donde reingresa vía mercado negro.
Ya en el tercer trimestre de 2022, el superintendente la Oficina Nacional de Investigaciones (NBI) de Finlandia, Crhister Ahlgren, concluyó que parte de las armas enviadas por varios países de la OTAN a Ucrania habían llegado a manos de bandas criminales en Finlandia, Suecia, Dinamarca y Países Bajos.
Demanda de mayor protección
Ante este cambio en la correlación de fuerzas, la queja de agentes y asociaciones de la Guardia Civil es recurrente; demandan más medios para “adaptarse a la violencia de los narcotraficantes” y un mayor aumento de las penas por narcotráfico.
En la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) califican la tendencia de “alarmante” y recalcan que no hay “agentes suficientes” para patrullar o hacer investigaciones. “Y ni por asomo para frenar y detener al narco asesino”, señalan en un comunicado. Otra organización, JUCIL, señala que el nivel de violencia es “inaceptable y preocupante”, por lo que piden para los agresores las penas máximas previstas por la ley y que este tipo de situaciones “no queden impunes”.
Pero esta situación tampoco es nueva, pues como recuerda Juan Antonio Delgado, agente del cuerpo y diputado en el Parlamento de Andalucía por la formación Podemos, “la Guardia Civil lleva 30 años o incluso más reclamando más medios”.
Hay un cambio de paradigma. Ahora el narco no duda en disparar a la fuerza pública, cuando antes no solía hacerlo. “Si lo hacían era porque creían que se trataba de un vuelco de una banda rival. Pero ahora es que van a por nosotros”, confesó un agente del equipo de lucha antidroga al citado diario.
Por vuelco cabe entender cuando una banda de narcos intenta robar droga a otra. Para ello, compran uniformes falsos de Policía y Guardia Civil, e incluso hay veces en que se los facilitan miembros corruptos de estos dos cuerpos.
En esta situación, hasta la Secretaría de Estado de Seguridad han llegado peticiones para recibir el permiso de disparar a los motores de las narcolanchas y los vehículos de los delincuentes. Pero con un narco tan fuertemente armado, la situación podría convertir a las aguas del estrecho de Gibraltar en una zona de guerra de facto, explican los agentes, que temen, incluso, que se derribe a los helicópteros que persiguen a las embarcaciones de los narcotraficantes.