Este lunes se llevó a cabo una manifestación ante la embajada de Estados Unidos en Biskek, la capital kirguisa, para protestar por la ubicación en el territorio de ese país de la base militar estadounidense de Manas.
Decenas de manifestantes, activistas de organizaciones no gubernamentales, armados con pancartas con leyendas tales como «¡Yanquis, go home!», corearon: «¡Diablo, vete!», en rechazo a la permanencia de tropas estadounidenses en el aeropuerto internacional de Manás, la principal base militar de la OTAN en Asia Central. Los manifestantes amenazaron cortar la carretera que une la capital del país con la base aérea, si esta no es cerrada y si no finaliza la presencia militar en Kirguistán.
La base aérea Manas, que EE. UU. tiene en ese país desde diciembre de 2001, se encuentra a unos 300 kilómetros de Afganistán y alberga a unos 1.500 efectivos. Presta servicios esenciales de provisión de combustible a los aviones que vuelan en la zona y sirve de apoyo la campaña militar del Pentágono que se desarrolla en suelo afgano.
Por su parte, el nuevo presidente de Kirguistán, Almazbek Atambáyev, prometió cerrar la base Manas, lo que sería un golpe muy importante a las operaciones de EE. UU. en la región. Después de su victoria en las presidenciales de octubre, Atambáyev declaró en su primera rueda de prensa que la base «es peligrosa» y que EE. UU. tiene que salir de Manas para 2014 (año en que finaliza la vigencia del acuerdo).
«Sabemos que EE. UU. está a menudo metido en conflictos. En primer lugar en Irak, también en Afganistán y ahora las relaciones están tensas con Irán. No me gustaría que uno de estos países nos ataque en represalia por esta base militar», señaló el presidente de Kirguistán.
Mientras tanto, la base de Manas es un lugar que, según algunos analistas, se estaría transformando en un enclave de operaciones encubiertas dentro de la nación centro asiática. Según consideran expertos kirguisos, la base de Manas que se llama «centro de transporte y transbordo», a pesar de que en los documentos estadounidenses se la califica de «base militar», es actualmente un canal de tránsito de insurgentes armados sunitas que organizan operaciones en el sur de Irán en contra de las autoridades de Teherán.
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