Querido maestroviejo, es mucho mas de lo que pueda llegar a merecer. Gracias, ¿sabes?, cuando lo escucho me voy tan lejos, subo tan alto, y cuando regreso, me siento tan bien, ¿a vos te gusta?, para mí es hermosa toda la música de Vivaldi, pero este tema en particular me libera, me eleva, es hermoso, muchas gracias.
Un abrazo, y hasta la vuelta.
Querida Marge:
Si a mi también me gusta la música de Vivaldi.
El poder evocador de la música depende del momento, que te hace identificar con el estilo y la frecuencia de la melodía.
A veces una pieza es especialmente representativa por ser asociada a un sentimiento o momento personal.
En realidad todo el universo es frecuencia y ondas.
Nuestros estados de ánimo y sentimientos, son quizás las manifestaciones más puras que nos pueden definir.
Es por eso que se asocian fácilmente a la música, al sonido, a la melodía.
Gracias a la música podemos expresar y sentir, mucho mejor, aquello que sentimos.
Un abrazo y hasta la vuelta
Querido maestroviejo, siguiendo con la música, durante este viaje estuve en contacto con una colección de viejas grabaciones, y cuando de música de violines se habla (es mi opinión personal, claro) hay un solo autor-intérprete digno de reverencia, en una de estas grabaciones, Jehudi Menuhin, quien porta un Strdivarius, pide disculpas a sus oyentes, por interpretar al «maestro», pero jamás como el maestro lo hacía, esto es grandeza, humildad, y estatura de alma, (como la tuya). El autor-intérprete del que te hablo, es Niccolo Paganini. Arthur Grumiaux también lo ejecuta muy bien, el concierto nº 2 con el final de «la campanella», es un transporte directo al cielo de los brazos del ser que te contiene.
Según el Dr. Antonio Blay, luego se seleccionar un tema musical que te agrade mucho, debes pararte delante de los parlantes, y si no sabes, o no quieres bailar, debes hacer como que dirijes la orquesta, entonces llevas a la acción la energía amor-felicidad que te provoca esa música y eso «detonará» que experimentes por un instante, la felicidad real del ser, y lo bueno de esa experiencia, es que aunque dure un instante de nuestro tiempo humano, es irreversible, lo que sintió el ser es a partir de ahí eterno, y repetirá esa energía amor-felicidad, siempre que la necesites, sin tener que pedírsela, inténtalo, vale la experiencia.
Un abrazo.
Querido maestroviejo, es mucho mas de lo que pueda llegar a merecer. Gracias, ¿sabes?, cuando lo escucho me voy tan lejos, subo tan alto, y cuando regreso, me siento tan bien, ¿a vos te gusta?, para mí es hermosa toda la música de Vivaldi, pero este tema en particular me libera, me eleva, es hermoso, muchas gracias.
Un abrazo, y hasta la vuelta.
Querida Marge:
Si a mi también me gusta la música de Vivaldi.
El poder evocador de la música depende del momento, que te hace identificar con el estilo y la frecuencia de la melodía.
A veces una pieza es especialmente representativa por ser asociada a un sentimiento o momento personal.
En realidad todo el universo es frecuencia y ondas.
Nuestros estados de ánimo y sentimientos, son quizás las manifestaciones más puras que nos pueden definir.
Es por eso que se asocian fácilmente a la música, al sonido, a la melodía.
Gracias a la música podemos expresar y sentir, mucho mejor, aquello que sentimos.
Un abrazo y hasta la vuelta
Querido maestroviejo, siguiendo con la música, durante este viaje estuve en contacto con una colección de viejas grabaciones, y cuando de música de violines se habla (es mi opinión personal, claro) hay un solo autor-intérprete digno de reverencia, en una de estas grabaciones, Jehudi Menuhin, quien porta un Strdivarius, pide disculpas a sus oyentes, por interpretar al «maestro», pero jamás como el maestro lo hacía, esto es grandeza, humildad, y estatura de alma, (como la tuya). El autor-intérprete del que te hablo, es Niccolo Paganini. Arthur Grumiaux también lo ejecuta muy bien, el concierto nº 2 con el final de «la campanella», es un transporte directo al cielo de los brazos del ser que te contiene.
Según el Dr. Antonio Blay, luego se seleccionar un tema musical que te agrade mucho, debes pararte delante de los parlantes, y si no sabes, o no quieres bailar, debes hacer como que dirijes la orquesta, entonces llevas a la acción la energía amor-felicidad que te provoca esa música y eso «detonará» que experimentes por un instante, la felicidad real del ser, y lo bueno de esa experiencia, es que aunque dure un instante de nuestro tiempo humano, es irreversible, lo que sintió el ser es a partir de ahí eterno, y repetirá esa energía amor-felicidad, siempre que la necesites, sin tener que pedírsela, inténtalo, vale la experiencia.
Un abrazo.
Querida Marge:
Tomo «nota»
Un abrazo