Las profecías de Juan de Jerusalén

Juan de Jerusalén nació cerca de Vezelay, Francia, alrededor de los años 1040 o 1042. Su libro de profecías, “Protocolo Secreto de las Profecías“, habría sido leído por Nostradamus, lo que sirvió de inspiración y guía para sus propias visiones proféticas. Juan solía retirarse frecuentemente al desierto para meditar, y a menudo decía sobre él mismo que “estaba en la frontera entre la Tierra y el Más Allá”. Durante su estancia en Jerusalén, en el año 1099, pudo mantener encuentros con rabinos, sabios musulmanes, iniciados, místicos y cabalistas, prácticos en las artes adivinatorias, astrológicas y numerológicas.

 

Estas profecías estuvieron ocultas durante muchos años, hasta que en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, en 1941, fueron halladas en una sinagoga de Varsovia (Polonia). Después de la caída de la Alemania, desaparecieron nuevamente, hasta que fueron descubiertas en años recientes.

Las profecías parecen estar escritas para los tiempos actuales que corren e incluso para tiempos futuros cercanos. Describen con precisión la contaminación ambiental, guerras modernas y otra serie de cosas actuales, ajenas a aquellos tiempos remotos en los que vivía el profeta.

Sin duda una de las profecías que sorprende por su exactitud en la descripción de los tiempos que actualmente estamos viviendo

 

Así comienza la profecía de Juan de Jerusalén… Veo y conozco lo que será. Soy el escriba.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre estará frente a la entrada sombría de un laberinto oscuro. Y al fondo de esa noche en la que va a internarse, veo los ojos del Minotauro. Guárdate de su furor cruel, tú que vivirás en el año mil que sigue al año mil.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. El oro estará en la sangre. El que contemple el cielo contará denarios. El que entre en el templo encontrará mercaderes.

 

Los mandatarios serán cambistas y usureros. La espada defenderá la serpiente. Pero el fuego será latente. Todas las ciudades serán Sodoma y Gomorra. Y los hijos de los hijos se convertirán en la nube ardiente. Ellos alcanzarán los viejos estandartes.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre habrá poblado los cielos y la tierra y los mares con sus criaturas. Mandará. Pretenderá los poderes de Dios. No conocerá límite. Pero todas las cosas se sublevarán. Titubeará como un rey borracho. Galopará como un caballero ciego. Y a golpes de espuela internará a su montura en el bosque. Al final del camino estará el abismo.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Se erigirán torres de Babel en todos los puntos de la tierra. En Roma y en Bizancio. Los campos se vaciarán. No habrá más ley que mirar por uno mismo y por los propios. Pero los bárbaros estarán en la ciudad. Ya no habrá pan para todos y los juegos no serán suficientes. Entonces, las gentes sin futuro. Provocarán grandes incendios.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. El hambre oprimirá el vientre de tantos hombres. Y el frío aterirá tantas manos. Que estos querrán ver otro mundo. Y vendrán mercaderes de ilusiones que ofrecerán el veneno. Pero éste destruirá los cuerpos y pudrirá las almas.

Y aquellos que hayan mezclado el veneno con su sangre. Serán como bestias salvajes cogidas en una trampa. Y matarán y violarán y despojarán y robarán. Y la vida será un Apocalipsis cotidiano.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Todos intentarán disfrutar tanto como puedan. El hombre repudiará a su esposa tantas veces como se case. Y la mujer irá por los caminos umbríos tomando al que le plazca. Dando a luz sin poner el nombre del padre. Pero ningún maestro guiará al niño. Y cada uno estará solo entre los demás. La tradición se perderá. La ley será olvidada. Como si no se hubiera anunciado. Y el hombre volverá a ser salvaje.

 

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. El padre buscará el placer en su hija. El hombre en el hombre. La mujer en la mujer. El viejo en el niño impúber. Y eso será a los ojos de todos. Pero la sangre se hará impura. El mal se extenderá de lecho en lecho. El cuerpo acogerá todas las podredumbres de la tierra. Los rostros serán consumidos. Los miembros, descarnados. El amor será una peligrosa amenaza. Para aquellos que se conozcan sólo por la carne.

 

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Los hombres se juzgarán entre ellos según sean su sangre y su fe. Nadie escuchará el corazón sufriente de los niños. Se les echará del nido como los pájaros a sus crías. Y nadie podrá protegerlos de la mano armada con guantelete. El odio inundará las tierras que se creían pacificadas. Y nadie se librará, ni los viejos ni los heridos. Las casas serán destruidas o robadas. Los unos se apoderarán del lugar de lo otros. Todos cerrarán los ojos para no ver a las mujeres violadas.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Todos sabrán lo que ocurre en todos los lugares de la tierra: se verá. al niño cuyos huesos están marcados en la piel. Y al que tiene los ojos cubiertos de moscas. Y al que se da caza como a las ratas.

Pero el hombre que lo vea volverá la cabeza. Pues no se preocupará sino de sí mismo. Dará un puñado de granos como limosna. Mientras que el dormirá sobre sacos llenos. Y lo que dé con una mano recogerá con la otra.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. El hombre comerciará con todo. Todas las cosas tendrán precio. El árbol, el agua y el animal. Nada más será realmente dado y todo será vendido. Pero el hombre entonces no valdrá más que su peso en carne. Se comerciará con su cuerpo como los canales de ganado; tomarán su ojo y su corazón. Nada será sagrado, ni su vida ni su alma.

Se disputarán sus despojos y su sangre como si se tratara de una carroña.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. El hombre habrá cambiado la faz de la tierra. Se proclamará el señor y el soberano de los bosques y de las manadas. Habrá surcado el sol y el cielo. Y trazará caminos en los ríos y en los mares. Pero la tierra estará desnuda y será estéril. El aire quemará y el agua será fétida. La vida se marchitará porque el hombre agotará las riquezas del mundo. Y el hombre estará solo como un lobo. En el odio de sí mismo.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Los niños también serán vendidos. Algunos se servirán de ellos como de muñecos. Para disfrutar de su piel joven. Otros los tratarán como a animales serviles. Se olvidará la debilidad sagrada del niño. Y su misterio. Será como un potro que se doma. Como un cordero que se sangra, que se sacrifica. Y el hombre no será más que barbarie.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. La mirada y el espíritu de los hombres serán prisioneros. Estarán ebrios y no lo sabrán. Tomarán las imágenes y los reflejos por la verdad del mundo. Se hará con ellos lo que se hace con un cordero. Entonces vendrán los carniceros. Los rapaces los agruparán en rebaños para guiarlos hacia el abismo. Y levantar a los unos contra los otros.

Se les matará para tomar su lana y su piel. Y el hombre que sobreviva será despojado de su alma.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Reinarán los soberanos sin fe. Mandarán sobre multitudes humanas inocentes y pasivas. Esconderán sus rostros y guardarán en secreto su nombre. Y sus fortalezas estarán perdidas en los bosques. Pero ellos decidirán la suerte de todo y de todos.

Nadie participará en las asambleas de su orden. Todos serán siervos pero se creerán hombres libres y caballeros. Sólo se levantarán los de las ciudades salvajes y las creencias heréticas. Pero también serán vencidos y quemados vivos.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Los hombres serán tan numerosos sobre la tierra. Que parecerán un hormiguero en el que alguien clavara un bastón. Se moverán inquietos y la muerte los aplastará con el talón. Como a insectos enloquecidos. Grandes movimientos los enfrentarán unos contra otros. Algunos predicarán la paz concertada. Pero por todo el mundo habrá guerras de tribus enemigas.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Los hombres querrán franquear las murallas. La madre tendrá el pelo gris de una vieja. El camino de la naturaleza será abandonado. Y las familias serán como granos separados que nada puede unir. Será, pues, otro mundo. Todos errarán sin vínculos, como los caballos desbocados. Corriendo en todas direcciones sin guía. Desgraciado del caballero que cabalgue esa montura. Carecerá de estribos y se precipitará en la zanja.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Los hombres no confiarán en la ley de Dios. Sino que querrán guiar su vida como a una montura. Querrán elegir a sus hijos en el vientre de sus mujeres. Y matarán a aquellos que no deseen. Pero ¿qué será de esto hombres que se creen Dios?.

Los poderosos se apropiarán de las mejores tierras y las mujeres más bellas. Los pobres y los débiles serán ganado. Los poblachos se convertirán en plazas fuertes. El miedo invadirá los corazones como un veneno.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Habrá surgido un orden negro y secreto. Su ley será el odio y su arma, el veneno. Deseará siempre más oro y se extenderá su reino por toda la tierra. Y sus servidores estarán unidos entre ellos por un beso de sangre. Los hombres justos y los débiles acatarán su regla. Los poderosos se pondrán a sus servicios. La única ley será la que dicte en las sombras. Venderá el veneno aun dentro de las iglesias. Y el mundo avanzará con ese escorpión bajo el pie.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Muchos hombres permanecerán sentados con los brazos cruzados. Se irán sin saber adónde, con los ojos vacíos. Pues no tendrán forja en la que batir el metal. Ni campo que cultivar. Serán como la simiente que no puede echar raíces. Errantes y empobrecidos. Los más jóvenes y los más viejos, a menudo sin hogar. Su única salvación será la guerra. Y combatirán entre ellos, y odiarán su vida.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Las enfermedades del agua, del cielo y de la tierra. Atacarán al hombre y le amenazarán. Querrá hacer nacer lo que ha destruido y proteger su entorno. Tendrá miedo de los días futuros. Pero será demasiado tarde.

El desierto devorará la tierra y el agua será cada vez más profunda. Y algunos días se desbordará, llevándose todo por delante como un diluvio. Y al día siguiente la tierra carecerá de ella. Y el aire consumirá los cuerpos de los más débiles.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. La tierra temblará en muchos lugares y las ciudades se hundirán. Todo lo que se haya construido sin escuchar a los sabios será. amenazado y destruido; El lodo hundirá los pueblos y el suelo se abrirá bajo los palacios. El hombre se obstinará porque el orgullo es su locura. No escuchará las advertencias repetidas de la tierra. Pero el incendio destruirá las nuevas Romas. Y, entre los escombros acumulados los pobres y los bárbaros, a pesar de las legiones, saquearán las riquezas abandonadas.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. El sol quemará la tierra. El aire ya no será velo que protege del fuego. No será más que una cortina agujereada. Y la luz ardiente consumirá las pieles y los ojos. El mar se alzará como agua enfurecida. Las ciudades y las riberas quedarán inundadas. Y continentes enteros desaparecerán. Los hombres se refugiarán en las alturas. Y olvidando lo ocurrido, iniciarán la reconstrucción.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Los hombres sabrán hacer realidad los espejismos. Los sentidos serán engañados y creerán tocar lo que no existe. Seguirán caminos que solo los ojos verán. Y el sueño podrá hacerse realidad. Pero el hombre ya no sabrá distinguir entre lo que es y lo que no es. Se perderá en falsos laberintos. Los que consigan dar vida a los espejismos. Se burlarán del hombre pueril, engañándole. Y muchos hombres se convertirán en perros rastreros.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Los animales que Noé embarcó en su arca. No serán, entre las manos del hombre. Más que bestias transformadas según su voluntad. Y, ¿quién se preocupará de su sufrimiento vital?. El hombre habrá hecho de cada animal lo que habrá querido. Y habrá destruido numerosas especies. ¿En qué se habrá convertido el hombre que haya cambiado las leyes de la vida, que haya hecho del animal vivo pella de arcilla?.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Se deberá temer por hijo del hombre. El veneno y la desesperación le acecharán. No se le habrá deseado más que por uno mismo. No por él o por el mundo; será acosado por el placer y a veces venderá su cuerpo. Pero incluso el que sea protegido por los suyos. Estará en peligro de tener el espíritu muerto. Vivirá en el juego y en el espejismo. ¿Quién le guiará cuando no tenga maestros?. Nadie le habrá enseñado a esperar y a actuar.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. El hombre se creerá Dios, aunque no habrá progresado nada desde su nacimiento. Atacará vencido por la ira y por los celos. Y su brazo estará armado con el poder del que se habrá adueñado. Prometeo cegado podrá destruirlo todo a su alrededor. Será un enano de alma y tendrá la fuerza de un gigante. Avanzará a pasos inmensos pero no sabrá que camino tomar. Su cabeza estará cargada de saber. Pero ya no sabrá porque vive o porque muere. Será, como siempre, el loco que gesticula o el niño que gime.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Regiones enteras serán botines de guerra. Más allá de los límites romanos e incluso en el antigua territorio del imperio. Los hombres de las mismas ciudades se degollarán. Aquí habrá guerra entre tribus y allá, entre creyentes. Los judíos y los hijos de Alá no dejarán de enfrentarse. Y la tierra de Cristo será su campo de batalla. Pero los infieles querrán defender en todo el mundo la pureza de su fe. Y ante ellos no habrá más que duda y poder. Entonces la muerte avanzará por todo el mundo como estandarte de los tiempos nuevos.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. Multitudes de hombres serán excluidos de la vida humana. No tendrán derechos, ni techo, ni pan.

Estarán desnudos y no tendrán más que su cuerpo para vender. Se le expulsará lejos de la torre de Babel de la opulencia. Se agitarán como un remordimiento o una amenaza. Ocuparán regiones enteras y proliferarán. Escucharán las prédicas de la venganza. Y se lanzarán al asalto de las torres orgullosas. Habrá llegado el tiempo de las invasiones bárbaras.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. El hombre habrá entrado en el laberinto oscuro. Tendrá miedo y cerrará los ojos, pues ya no sabrá ver. Desconfiará de todo y temerá a cada paso. Pero será empujado hacia delante y no le será permitido detenerse. La voz de Casandra será, sin embargo, potente y clara. Pero él no la oirá. Pues querrá poseer más cada día y su cabeza se habrá perdido en las fantasías. Los que serán sus maestros le engañarán. Y no tendrá más que malos consejeros.

4 comentarios en “Las profecías de Juan de Jerusalén

  1. NUNCA SUPE DE ESTE , CUYAS PROFECIAS SE PUEDEN, SIN DUDA, APLICAR A ESTE TIEMPO. PERO YO, HUMILDEMENTE OS DIGO: NADA TIENE QUE TEMER, EL QUE ESTE CON CRISTO Y PARA CRISTO. ESO SI: MEJOR SER PREVISOR…YO DE TI, VENDIA TU CASA DE LA CIUDAD. MAS BARATA QUE NADIE, PERDIENDO MUCHO DEL VALOR QUE TUVIERA AÑOS ATRAS, PARA SER EL UNICO QUE VENDA. (HAY AVAROS OPORTUNISTAS, INSENSATOS SIN ALMA,NI CONOCIMIENTO ESPERANDO LA SUYA…) CON EL DINERO CONSEGUIDO, TE RECOMIENDO COMPRAR CASA BIEN CONSTRUIDA EN UN PUEBLO ENTRE MONTAÑAS, VALLES Y RIOS POCO HABITADO. PUEDES ENCONTRAR CASAS ASI, A PRECIOS DE RISA… Y ALMACENAR,SECRETAMENTE COMIDA DE LARGA DURACION EN UN LUGAR FRESCO Y AIREADO…: LEGUMBRES, MIEL, PASTA…MONTA UN HUERTO Y CRIA UNOS CUANTOS ANIMALES DE GRANJA. PERO, SE SOLIDARIO CON EL VECINO… AMONTONA LEÑA Y BOTELLAS DE GAS…COMPRA APARATOS DE ENERGIA SOLAR. DESCONECTA LA TV, ¡¡¡ TIRALA ¡¡¡ PORQUE POR ESE MEDIO MANIPULARAN TU MIEDO.COMO YA HACEN PROFUSAMENTE… SE GENEROSO Y PROTEGETE CON TUS FAMILIARES Y AMIGOS…BUSCA UNA CASA GRANDE…ESE, HERMANOS, ES MI CONSEJO.NO SUELO DARLOS…PERO LOS TIEMPOS APREMIAN…Y MUCHO… CON MUCHO CARIÑO LO HAGO, NO LO FUDEIS. FRANCISCO

  2. He demostrado con el Libro «Ykael Oraculo del fin del mundo» que el regreso del Mesias, esta proximo, Pronto aparecerá en el cielo su señal, sobre el 12 de Mayo de 2012, el cometa que anunció su nacimiento vuelve a aparecer durante 3 dias, será visible a simple vista en toda la tierra, y despues comenzará la gran tribulación…. para toda la humanidad.

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