El orígen de la palabra “hindu” proviene de los antiguo persas, que llamaban así a los pueblos que vivían más allá del río Indo. Con el tiempo, empezó a conocerse al país en cuestión con el nombre de India. En occidente pocos saben que el auténtico nombre de la India es Bharata Varsha y que los hindús llaman a su religión con el nombre de Sanatana Dharma (Religión Eterna). El hinduismo no tiene fundador. Su filosofía proviene de las enseñanzas de los antiguos Rishis (maestros relizados). Los cuatro Vedas : Rig, Sama, Yajur y Atharva Veda, son los primeros escritos en los cuales se fundamenta su filosofía. Aparecieron escritos entre el 1.300 y el 1.000 a.c.. aproximadamente, fruto de una tradición oral que se pierde en la noche de los tiempos. Estos textos, que constituyen el fundamento más antiguo del hinduismo, (y otros de importancia paralela) fueron recopilados y escritos por Vyasa. Más tarde, otros Rishis enriquecieron los Vedas con sus propios comentarios, fruto de sus meditaciones y de su realización mística interior. Estos comentarios se conocen como Upanishads. En ellos es donde se encuentra en realidad el núcleo central de la filosofía Vedanta. Tratan sobre el significado y la naturaleza del Universo; Son una definición de Dios como una Realidad Absoluta o Principio Cósmico llamado Brahman (el Absoluto). Algunos de los Upanishads más conocido son entre otros: Isavasya Upanishad, Brihadarányaka Upanishad, Mandukya Upanishad, Katha Upanishad etc … El conjunto de los Vedas, Brähmanas y Upanishads se conoce como “Shruti” (aquello que se ha escuchado de la Divinidad), o sea, revelaciones fruto de la experiencia interior y mística de los Rishis. Otros textos que forman la parte más práctica y popular del hinduismo son los “Smriti” (aquello que se recuerda) y son obras como el Ramayana, el Mahabharata, Manu Smriti o los Puranas, que antiguamente se transmitían de forma oral. Una de las características centrales, tanto del Hinduismo como de la filosofía Vedanta, es su gran universalismo, que podría resumirse en esta enseñanza: “Solo hay una Realidad (Brahman), que los sabios llaman de diversas formas”. Es con este concepto de búsqueda espiritual que pueden convivir en perfecta armonía diferentes corrientes filosóficas con un mismo objetivo místico: Realizar esta verdad absoluta por uno mismo y tomar conciencia de que nuestra naturaleza es divina. Es también por este motivo que el nombre original del Hinduismo es “Sanatana Dharma”. Sanatan significa eterno y Dharma puede tener distintos significados como: doctrina, honradez o conducta moral, deber, principio de rectitud etc. … Todo esto expresa la eterna búsqueda del ser humano de la paz interior para poderse liberar del ciclo de muertes y reencarnaciones, consiguiendo la unidad con lo Absoluto (Brahman). Para comprender mejor esto último hay que tener claros los conceptos de Karma y Samsâra. Karma se refiere a la ley de causa y efecto. Según la tradición hindú, toda acción tiene una reacción y una consecuencia, tanto si la acción es positiva como negativa. Samsara es el mundo material en sí mismo, y se refiere al deslumbramiento de deseos y poder que produce en el hombre. Es el lugar donde se renace constantemente, y así se interpreta que cada reencarnación es el fruto o consecuencia del Karma acumulado en vidas anteriores. Igualmente, y teniendo en cuenta que el objetivo de la filosofía hindú es la búsqueda del autoconocimiento, pienso que es interesante citar la opinión que dio el gran sabio Sri Ramana Maharshi cuando alguien le preguntó por esta cuestión: La gran mayoría tiene la idea que el Hinduismo es una religión politeísta con toda una amalgama de dioses y divinidades de muy distintas formas. Nada más distinto de esto. La expresión central de la filosofía hindú es que hay una Única Realidad que lo prevalece, y que con todo, en un sentido más profundo, está más allá de los nombres y las formas. Los sabios escribieron los Puranas para que se pudiese entender esta Realidad, utilizando todo tipo de historias épicas de las divinidades, cuyo objetivo es ilustrar y hacer más comprensible esta Realidad Universal. Los Puranas más conocidos son el Srimad Bhagavatam, dedicado al dios Krishna, el Shiva Purana, dedicado al dios Shiva, el Vishnu Purana, dedicado al dios Vishnu, etc. Los Puranas personalizan la Realidad, humanizándola con los diferentes dioses que toman vida y realizan todo tipo de gestas y heroicidades, en los cuales se realzan todos los aspectos nobles, morales, éticos y espirituales. De esta forma el devoto siente a dios más cerca, como modelo que le permite desarrollar estas cualidades . En un principio, lo Absoluto (Brahman) se representa con el sonido universal Om (compuesto por las tres letras A.U.M. que simbolizan los tres estados naturales del Ser: Sat (existencia), Chit (conciencia), Ananda (felicidad). El concepto de Ishta Devata (divinidad personal), en el cual el devoto hindú vierte toda su devoción, se creó para hacer más accesible la comprensión de Brahman. El Ishta Devata va muy ligado a la personalidad del devoto y normalmente es elegido por su Gurú o maestro espiritual. Los distintos dioses del panteón hindú son la expresión manifestada de lo Absoluto No Manifestado. Es como si fuera un cable con muchas bombillas de distintos colores, todas encendidas por energía eléctrica con un sólo enchufe. El panteón mitológico se define generalmente en la llamada Trimurti, que es el conjunto de tres divinidades: Brahma (el creador), Vishnu (el conservador del universo) y Shiva (el destructor de universo). Esta es la explicación tradicional y más popular, pero si profundizamos en su simbolismo encontraremos un significado mucho más trascendental. Generalmente cada divinidad hindú tiene una consorte o Shakti, la cual es la expresión del poder y la energía de la Divinidad. Brahma tiene como consorte a la diosa Sarásvasti, representación de toda expresión creativa como las artes, el conocimiento, el discernimiento etc … Se la representa sentada sobre un cisne blanco. Según la mitología hindú, este animal puede separar la leche que está mezclada en el agua, simbolizando el discernimiento entre lo real y lo irreal. El nombre sánscrito de cisne es “Hamsa”. Por esta razón a los grandes maestros se les llama a menudo Paramahamsa, lo cual significa que ha llegado al más alto conocimiento de la Realidad o autorealización. Sarásvati sentada sobre esta base expresa toda la creatividad natural del ser. Por eso se la representa tocando la Vina, un instrumento de cuerda tradicional hindú. El arte, en el contexto hindú, es considerado sagrado, y por tanto es un camino espiritual. El sonido de la Vina de Sarásvati simboliza la música del espíritu que conduce a la música del silencio interior donde se encuentra la verdadera paz. La consorte o Shakti de Vishnu es Lakshmi, la diosa de la fortuna, muy popular entre empresarios y comerciantes, a la cual adoran cada día antes de abrir sus negocios. Es muy popular el Dipâvali, fiesta de la luz en la cual Lakshmi es la divinidad central. En esta fiesta todas las casas, templos y calles se llenan de multitud de lámparas de aceite, y en todas partes se respira un ambiente de fiesta y alegría. Aparte de estas manifestaciones populares, el simbolismo de Lakshmi es mucho más profundo. En su iconografía se la representa de pie o sentada sobre una flor de loto, que significa pureza espiritual. Según los grandes Yoguis si no estamos afianzados en la pureza interior no podemos disfrutar del don que Lakshmi representa: el tesoro espiritual de la iluminación. Es por esto que es la divinidad central del Dêpavali o fiesta de la luz, la luz infinita del alma, la luz que disipa la oscuridad de la ignorancia, la luz que aclara el camino hacia la autorrealización, que es la fortuna más grande a la que podemos aspirar, la paz interior. A Shiva se le considera el dios de los Yoguis, de los monjes (Sanyasis) y ascetas. Se le conoce también como Yoguésvara en sánscrito. Es tradicional que aquellos que desean dedicarse a la vida ascética o monástica (Sanyasa) se inicien durante su festividad. El Lingam es el símbolo abstracto de Shiva. A menudo se coge una piedra negra que las aguas del Ganges han redondeado en forma de huevo como Lingam. Esta piedra asentada sobre un soporte estable llamado Yoni simboliza el estado puro yóguico o la unión del Atman con Paramatmam o lo Absoluto. Shiva se representa como un joven asceta. La tradición lo sitúa sentado en meditación en la montaña sagrada de Kailash, pico de los Himalayas. Su consorte, Párvati toma su papel de la Shakti asumiendo distintas formas como Durga, Amba, Kali …. Todas la formas de la diosa son muy populares en la India, donde se la representa desde su forma más benigna hasta la terrorífica Kali, que destruye todo tipo de seres demoniacos, simbolizando el aspecto regenerativo que destruye todo lo negativo. En realidad Shiva representa el asentamiento profundo dentro del Dharma como principio de rectitud y voluntad espiritual en la eterna búsqueda de nuestra naturaleza real (Brahman). Shakti representa el poder y la energía desarrollados mediante la práctica espiritual (Sadhana) destructora de todos los obstáculos (demonios) interiores que complican la llegada a la Autorrealización como pueden ser la violencia, la lujuria, la falta de honestidad etc. … Existen muchas más divinidades dentro de la mitología hindú. Vishnu, por ejemplo, tiene diez encarnaciones o avatares de los cuales los más populares son quizás Rama (héroe del Ramayana) i Krishna (figura central de Mahabharata y del Bahagavat Purana). También es muy venerado Ganesha, hijo de Shiva y Párvati con cuerpo de hombre y cabeza de elefante, que con su fuerza destruye los obstáculos. En un sentido profundo Ganesha simboliza la pureza y fortaleza interior, fruto de una vida totalmente dedicada a la práctica espiritual (Sadhana). Ganesha también es considerado como el escriba de los Rishis y entre otros textos escribió el Mahabharata, dictado por Vyasa. Toda ceremonia religiosa hindú (puja) empieza invocando a Ganesha para que todo se desarrolle sin ningún obstáculo. También son muy veneradas divinidades como Hanuman, Subramanian, Surya etc. … Todas esta divinidades son expresión manifestada de lo Absoluto (Brahman) y en realidad todas se unifican con este principio, que tal como decíamos antes está más allá de todo nombre y forma. Brahman lo incluye todo y todos son Brahman a la vez. El sistema filosófico más conocido en la India y en todas partes, debido a su universalidad es la ciencia del yoga. Cuando oímos hablar de yoga, en occidente, automáticamente nos viene a la cabeza una persona haciendo acrobáticas y difíciles posturas como si su cuerpo fuera de goma, o bien una práctica que nos aporta relax, salud y que nos ayuda a superar el estrés. En realidad ésta es una parte muy secundaria y no es en absoluto el objetivo del yoga. Yoga es una palabra sánscrita que significa unión, la cual expresa el estado de unión con lo Absoluto. Por eso el Yoga es más un estado que una práctica. Todas las disciplinas y técnicas conocidas como Yoga son los distintos caminos que conducen hacia este estado. Desde hace siglos se han agrupado las distintas prácticas de estas disciplinas en lo que llamamos Yoga de la Síntesis. De hecho la filosofía yóguica trata de armonizar los aspectos intelectuales, emocionales y activos del ser humano, para integrarlos como camino hacia el estado yóguico en sí mismo que es la realización del ser. El Yoga de la Síntesis se compone de cuatro partes: Karma Yoga, el Yoga de la acción sin deseo; Bhakti Yoga, el Yoga de la devoción; Jnana Yoga, el Yoga del Autoconocimiento; Raja Yoga, el Yoga de la concentración. KARMA YOGA. Es el camino de la acción sin ninguna motivación egoísta. El Shádaka (practicante), mediante el servicio totalmente desinteresado, trata de desarrollar la conciencia de que todo ser es la expresión de la divinidad. Todas sus acciones son un acto de adoración. Uno de los principales obstáculos en el camino espiritual es el Ego (la actitud de individualismo egocéntrico). El Karma yogui intenta trascendirlo haciendo una unidad de su voluntad con la Voluntad Cósmica. Podríamos comparar esta actitud con el espíritu que tenía San Francisco de Asís cuando decía : “Señor haz de mí un instrumento de tu Paz”. BHAKTI YOGA es el camino de la devoción o amor absoluto a Dios. El Bhakti Yogui canaliza toda su parte emocional hacia lo Divino. En su expresión externa éste es el Yoga que tiene más expresión religiosa. De hecho toda la religiosidad hindú es la expresión de la devoción. El devoto tiene una relación muy particular con la divinidad, recita su nombre (Mantra), adora su imagen como si fuera un ser vivo, le ofrece alimentos, vestidos, flores, perfumes, incienso etc. … Todo su pensamiento está unidirigido hacia la divinidad. El Bhakti Yoga es el camino en que el arte hindú se ha expresado más ampliamente, mediante la escultura, la pintura, la música y la literatura haciendo que toda la expresión artística esté dirigida a la glorificación de la divinidad. Son muy célebres y a la vez fuente de inspiración ,tanto para hindúes como occidentales, muchos santos y poetas místicos como Caber das, Mirai Bai, Ram Prasad, Surdas y Tukaram entre otros que compusieron maravillosos poemas llenos de significado espiritual. Pero el Bhakti Yoga también tiene un sentido interno. Dentro de su estado más profundo el devoto trata de sentir que aquello que adora externamente no es más que la expresión de la divinidad que vive en su corazón. En este estado el Bhakti Yogui desarrolla la conciencia de su naturaleza divina llegando a sentir que todo es la expresión o más bien dicho la manifestación de lo Absoluto, realizándose que no haya diferencia entre él y lo divino. JNANA YOGA es el camino de la introspección y del autoconocimiento. El Jnana Yogui dirige toda su capacidad intelectual a descubrir la Realidad Infinita de su naturaleza interior. El Jnana Yogui estudia las escrituras como los Upanishads y los tratados de Vedanta, como soporte de su búsqueda. De hecho Jnana Yoga i Vedanta van íntimamente ligados. Pero aunque el estudio sea una parte de su práctica, el Jnana Yogui sabe muy bien que aquello que busca está más allá de cualquier escritura o expresión externa, y que lo que trata de encontrar está en su interior. La expresión real del Jnana Yogui toma su significado más profundo en la pregunta ¿QUIÉN SOY YO?. Esta pregunta sale de lo más profundo del corazón del Jnana Yogui, que hace de su práctica un camino de autodescubrimiento de su naturaleza real. Uno de los más grandes exponentes de este camino ha sido el Sri Ramana Maharshi, sabio del sur de la India que vivió durante el siglo XX con una simplicidad increíble en la montaña de Arunachala situada en la provincia de Tamil Nadu. Toda su vida estuvo dedicada a encontrar respuesta a esta pregunta, una respuesta que en realidad no se puede expresar en palabras ya que ésta surge de forma natural al realizar la infinitud cósmica de lo Absoluto. RAJA YOGA. Este es el camino que utiliza todo el potencial mental para llegar a la iluminación. Este es quizás el Yoga que integra todos los caminos yóguicos, ya que es la vía que da las pautas de práctica y autodisciplina para llegar al estado de unión con lo Absoluto. Es el camino conocido como el de las ocho etapas:
El principal fundamento del Raja Yoga o del Yoga en sí mismo se encuentra en los Yoga Sutras, texto escrito por el antiguo sabio Patánjali que describe el Yoga de esta forma: Yogas chitta vritti nirodah. “El Yoga es la completa ausencia del movimiento de la mente” En realidad, aunque se utilice toda la capacidad de la mente, el Yoga la trasciende. Sólo una mente serena y quieta puede reflejar la naturaleza de lo Absoluto. En este estado de profunda quietud se disuelven todos los conocimientos para dar paso al más alto de los conocimientos: El Autoconocimiento. Este es el estado real del Yoga. De hecho, aquello que llamamos yoga en el contexto hindú, no es distinto del estado místico de Santa Teresa de Jesús o de San Juan de la Cruz en otros contextos, por citar algunos ejemplos. En este artículo se ha intentado exponer de que trata la filosofía hindú. He constatado que existen dos Indias. Una es la India externa que todos conocemos bien gracias a una amplia filmografía documental y material literario, o bien por haberla visitado alguna vez. Se trata de la India típica de las castas, las vacas sagradas, la gran expresión religiosa que impregna todo el país con centenares de templos, etc…. Toda religión tiene una connotación social que en la India llena casi toda la vida popular y cotidiana. Pero también existe una India interna, una India profunda y mística; de hecho la verdadera India es la que se expresa dentro de su espiritualidad universal. Los grandes maestros del hinduismo, y digo hinduismo porque han enseñado en el contexto donde han nacido, nunca han discriminado a nadie por su casta, color, raza o creencia. Cuando en cierta ocasión un grupo de fieles se acercó al maestro Swami Sivananda diciéndole que pertenecían a tal casta o condición religiosa, su respuesta fue una pregunta: Decidme ¿Cual es la casta de Dios, cual es la religión de Dios?. Dentro de esta pregunta se expresa la esencia de Sanatana Dharma. Dios es el nombre que humanamente damos a esta Realidad Cósmica y Infinita que lo prevalece todo. El fin de todo camino religioso es llegar a ser uno con esta Realidad, la cual está más allá de las religiones o caminos espirituales. Todos los caminos conducen a la misma Verdad aunque la entendamos de diversas formas. Tal como decía Mahatma Ghandi: “Aquel que llega al corazón de su religión llega al corazón de todas las otras”. Es con este espíritu de universalidad que dentro del marco del hinduismo y desde hace siglos han ido naciendo distintas religiones como el Budismo, el Jainismo, el Sikhismo etc.. Desde la antigüedad hasta nuestros días la India ha dado grandes maestros que con diversos conceptos filosóficos y espirituales han intentado encontrar la unidad con la Realidad: los antiguos rishis como Vyasa o Vashista, Kapila (exponente de la filosofía Samkhya), Vasagupta (escritor de los Shiva Sutras, fundamento del Saivismo de Kachemira), Sankaracharya (que codificó de manera extraordinaria la filosofía Advaita Vedanta y escribió comentarios a los Upanishads, al Bhagavad Gita, a los Brahma Sutras y a los Yoga Sutras de Patánjali), Ramanujacharya (exponente del Vishisthavaita Vedanta) y Sri Krishna Chaitanya (revitalizador del Bhakti Yoga en Bengala hace unos 500 años), etc.. En los tiempos actuales podemos citar maestros como Sri Ramakrishna Paramahansa y a uno de sus principales discípulos Swami Vivekananda. También Swami Ramdas, Ananda Moyi Má, Swami Sivananda, Sri Aurobindo, Paramahansa Yogananda, Mahatma Ghandi, Sri Ramana Maharshi, Nisargadatta Maharaj y otros. Todos han expresado de una manera universal y mediante el fruto de su experiéncia y estado de autorealización el camino hacia la Realidad Universal de nuestra verdadera naturaleza: Brahman. Finalmente citaré una frase del sabio Swami Vivekananda que expresa el sentido de los universal y el espíritu de libertad de Sanatana Dharma: “Cada alma es potencialmente divina. El objetivo es manifestar esta divinidad que llevamos dentro, controlando su naturaleza externa y interna. Conseguidlo mediante el trabajo, la devoción, el control de la mente o la filosofía; por uno o más medios, o por todos estos medios y sed libres. Las doctrinas, dogmas, rituales, libros, templos o formas solo son detalles secundarios». |