Los especialistas reunidos en Madrid coinciden en señalar que cada vez encuentran con mayor frecuencia síntomas de envejecimiento prematuro: «Algunos jóvenes que llegan a mi consulta tienen alopecia con solo 30 años», según la doctora Hernández, vocal de Medicina Estética del Colegio de Médicos de Valencia y directora de la clínica Arts Médica.
Los agentes contaminantes que ingerimos o inhalamos se depositan entre las células «donde se unen a componentes como los proteoglicanos y glicosaminglicanos, lo que origina alteraciones estructurales de la piel y compromete el aporte de oxígeno y nutrientes al organismo», añade esta especialista. La medicina biorreguladora «estimula la capacidad innata que tenemos de reparar y regenerar los propios tejidos», explica esta especialista. «Los principios activos de estos medicamentos son sustancias naturales en microdosis, similares a las del sistema inmunitario», añade.
Las principales fuentes de toxinas «provienen del exterior del organismo y entran en nuestro cuerpo a través de la contaminación del aire, los aditivos alimenticios, la ingesta de medicamentos, y otros hábitos tóxicos, como el alcohol o el tabaco», explica el doctor José Luis Cidón, presidente de Asembior (Asociación para el Estudio de la Medicina Biorreguladora). En ese sentido, el último informe de Greenpeace alerta de que la contaminación es origen de 16.000 muertes prematuras en España al año, y de que cerca del 80% de la población respira aire por debajo de los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Otra fuente de toxinas está en el propio organismo: «Debido a los hábitos de vida poco saludables, como el estrés o la falta de sueño», señala el doctor Cidón.
Una investigación publicada en la revista Skin Research and Technology el pasado mes de noviembre por investigadores de la Universidad de Varsovia, Polonia, demuestra la relación entre determinados productos químicos, contaminantes ambientales y radiaciones ultravioletas sobre el tejido cutáneo, «dañando el proceso metabólico celular e impidiendo la entrada natural del oxígeno», según los autores del estudio. Otra investigación publicada el mismo mes en la revista Clinics in Geriatric Medicine por investigadores de la Universidad de California explica cómo afectan distintos factores ambientales, así como el alcohol, el tabaco y los medicamentos, al envejecimiento de los órganos y de la piel en la población adulta.
«Los medicamentos de acción biorreguladora corrigen las arrugas finas y profundas, combaten la flacidez y las bolsas de los ojos, además de devolver la luminosidad y elasticidad a la piel», según la guía Medicina Biorreguladora: Aplicaciones prácticas en Medicina Estética. «A diferencia de otros tratamientos no implica ningún riesgo, ya que emplea sustancias naturales del organismo, y no utiliza técnicas invasivas. Además, carece de los efectos segundarios de otros medicamentos», según la autora.
Los medicamentos de acción biorreguladora pueden aplicarse por vía oral, tópica, o en mesoterapia (infiltraciones a 4mm bajo la piel), la forma más habitual en estética. Pero en lugar de contener sustancias rejuvenecedoras, como el ácido hialurónico y el colágeno, incorporan sustancias inmunomoduladoras naturales que favorecen los mecanismos biológicos encargados de fabricarlas (lo que hace nuestro cuerpo habitualmente durante la juventud). En el caso de la grasa localizada, existen medicamentos de acción biorreguladora (Fucus Vesiculosus Injeel) que extraen la adiposidad de las células grasas, los adipocitos, y la alojan en el espacio extracelular. Allí otro medicamento encargado de favorecer el drenaje (Lymphomyosot) la lleva al sistema linfático y sanguíneo y finalmente se expulsa por la orina. En los protocolos se asocia habitualmente un medicamento para rebajar el edema (Traumeel).