TEL AVIV, mar (IPS) – Expertos en tecnología no tripulada se reunieron este mes en Israel y trazaron una imagen futurista: las guerras, tanto por tierra como por mar y aire, pertenecerán a los robots.
Esa fue la idea que pareció predominar en la última conferencia Asociación Internacional para Sistemas de Vehículos no Tripulados (AUVSI, por sus siglas en inglés) http://www.auvsi.org/Home/, celebrada entre el 20 y el 22 de este mes en Tel Aviv.
Los campos de batalla modernos llevan cada vez más al límite a los soldados, que deben transportar pesados equipos en su espalda, lo que a veces entorpece su desempeño en combate.
El robot REX field-porter podría convertirse en el mejor amigo del soldado: puede cargar 200 kilogramos en equipos.
Diseñado por la estatal Industrias Aeroespaciales de Israel (IAI), esta plataforma a control remoto procura mejorar el desempeño de las tropas, facilitando la provisión de equipos a los soldados sin que estos deban cargarlos.
El principal impulsor del desarrollo de sistemas robóticos para la guerra ha sido Israel, «que procura ir más allá de sus posibilidades», destacó el vicepresidente de comunicaciones de AUVSI, Brett Davis.
En la guerra de Yom Kipur, en 1973, las baterías antimisiles sirias en Líbano hicieron gran daño en los aviones de combate israelíes.
Por eso, el Estado judío decidió crear un moderno programa de vehículos aéreos no tripulados que utilizó un año después.
David Harari fue el pionero del programa de aviones no tripulados de IAI. «La idea era construir un pequeño sistema que transportara una cámara diurna para información en tiempo real», explicó el consultor principal.
Los primeros aviones a control remoto fueron usados por Israel en la guerra de Líbano, en 1982. Aunque también se utilizaban métodos de reconocimiento convencionales, esas aeronaves proveyeron información de radar que permitió a los jets israelíes destruir unas 30 baterías antiaéreas y más de 80 cazas rusos MIG. Ni uno solo de esos aparatos israelíes fue derribado.
«Esto fue todo un descubrimiento. De pronto, teníamos un campo de batalla de cuatro dimensiones», recordó Harari. Eso «revolucionó la doctrina militar».
Expertos israelíes obtuvieron sus conocimientos de su propia experiencia militar. «Uno es a la vez un civil y un soldado de reserva», explicó Harari. «Mi equipo construyó el escuadrón de aviones no tripulados de la Fuerza Aérea de Inteligencia. A la vez que participábamos de operaciones militares, desarrollábamos estos sistemas».
«No son sistemas teóricos de laboratorio», subrayó Davis. «Se ponen en práctica rápidamente y son perfeccionados a través de la experiencia. Uno concentra en los resultados. Los militares de Estados Unidos pasaron por una experiencia similar».
Las fuerzas estadounidenses utilizaron aviones no tripulados en Iraq, Afganistán y Yemen.
«El ejército de Estados Unidos ha volado el Shadow (basado en un diseño israelí) más de un millón de horas, y el Predator, que posee misiles, es también muy usado», señaló Davis.
El Heron TP2 es el avión no tripulado más preciso y más grande en el arsenal de Israel. Emula al estadounidense Predator.
Con una envergadura de 24 metros (similar a la de un Boeing 737) y un peso máximo autorizado de despegue de cinco toneladas, puede alcanzar una altitud de 13.700 metros y volar hasta 40 horas.
Las aeronaves a control remoto israelíes patrullan incansablemente los cielos de la franja de Gaza. Son acusados de causar daños a civiles.
Organizaciones de derechos humanos señalan que estos aviones son imprecisos y matan civiles cuando persiguen a supuestos combatientes islámicos, pero Harari aseguró que Israel no utilizaba aeronaves teledirigidas con armas, sino exclusivamente como sistemas de apoyo para detectar misiles y evaluar la precisión de sus operaciones.
Sin embargo, expertos señalan que el avión Heron puede ser configurado para transportar armas, y tiene alcance y autonomía suficientes para operar en distantes líneas enemigas, como Irán, por ejemplo.
«Gracias a los sistemas de comunicación satelital, el Heron tiene un inmenso alcance», dijo el consejero Dan Bichman, de IAI.
El mes pasado, funcionarios de defensa israelíes confirmaron un acuerdo de venta de armas por 1.600 millones de dólares con Azerbaiyán, que incluía aviones no tripulados. Ese convenio coloca tecnología de vigilancia israelí más cerca de Irán.
Mientras, funcionarios de Estados Unidos citaron un informe señalando que Israel se había asegurado acceso a bases aéreas en Azerbaiyán.
«Nuestro papel es proveer artefactos y sistemas para recopilación de información. Qué hacen los militares, no lo sé», se excusó Harari.
Es posible que la nueva generación de vehículos a control remoto sea nanotecnológica. «Las necesidades operativas nos llevan a desarrollar sistemas miniatura», dijo Bichman.
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=100461
Un amigo, estadounidense escritor de ciencia ficción, me comentó en cierta ocasión que lo que leemos en las novelas o vemos en las peliculas de ciencia ficción, tiene muy poco que ver con la imaginación y mucho que ver con el acceso a información privilegiada.
Suele ocurrir que lo que vemos (o leemos) acaba convirtiendose en realidad al poco tiempo; y pensamos «que bueno era ese escritor que se adelantó a los hechos». En realidad ese escritor tuvo una información sobre algo en lo que se estaba investigando, le dio forma y lo rodeó con una historia, es todo.
La guerra de las máquinas es un tema recurrente (Terminator hace ya tiempo) y acabará siendo la norma habitual. De igual forma las demás posibilidades que hoy se nos presentan como «ciencia ficción» son, en realidad, lineas reales de investigación. Unas logran sus objetivos y desarrollo y otras se quedan en el camino como proyectos abandonados.
Hacer un repaso a las películas (y novelas) que presentan avances hoy dia impensables es una magnífica manera de saber hacia donde va el mundo en que vivimos. Ahí tenemos una buena herramienta para anticipar los movimientos de los gobiernos, las industrias y los ejércitos del mundo. Solo hay que apartar las historias que son puro relleno y quedarse con el meollo.
Si miramos con atención y discriminamos lo superfluo, tenemos unas magníficas fuentes de información al alcance. Esa es una ventaja que debemos utilizar y aprovechar.
Un saludo.
Por cierto (no sé si a alguien le será de utilidad) para los que gustan de temas ovni, añadir algo que también me comentó.
A veces una misma información deriva en dos vertientes opuestas, la real y la absurda (o improbable) y lo curioso es que no siempre la gente cree la real.
Y pusó el ejemplo de dos películas estrenadas casi a la vez y cuyas «fuentes de información» eran coincidentes: «Independance Day» y «Mars Attack».
Lo curioso con estas películas (me dijo) es que la que apuntaba en la línea más «oficial» de las investigaciones gubernamentales era Mars Attack. Sin embargo la opinión pública pensó mayoritariamente que la que más se acercaba a lo posible era la otra (Independance Day).
No soy un experto en esta temática y solo he visto una de ellas, pero por si a alguien le es de utilidad queria reseñarlo.
Las informaciones que manejaba el gobierno, y sobre todo los militares estadounidenses, apuntaban a una situación tipo Mars Attack, que era la que abordaba el tema desde el punto de vista más cercano a lo real, aunque fuese disfrazada de aparente comedia. Independance Day se realizó para amortiguar el impacto de la información disponible y reconducir el estado de opinión hacia la «normalidad» y la confianza en el ejército y el sistema.
Queda dicho. Si miramos alrededor (sobre todo cine) con los ojos abiertos es posible encontrar muchas «verdades».
Un saludo.