El 19 de marzo los habitantes del ‘planeta azul’ podrán observar la cara visible del satélite natural desde más cerca que en pocas ocasiones antes. Según afirman los científicos, esa noche la Luna estará en el perigeo (el punto de su órbita elíptica que se halla más cerca al centro de la Tierra) y nos acercará a una distancia 356.600 kilómetros, un fenómeno que normalmente se produce una vez cada varias décadas.
Incluso a simple vista desde la Tierra parecerá que la Luna crecerá, porque el tamaño angular del disco lunar en el cielo alcanzará los 0,56 grados, que visualmente es un 10% más que el habitual.
Según comentaron medios de comunicación, el evento astronómico se ha apodado la ‘súper Luna’ y podría provocar terremotos, tsunamis, actividad volcánica y otros desastres naturales.
La influencia de la Luna sobre la Tierra en el momento del perigeo del 19 de marzo, en efecto superará lo normal, pero no hay razón para esperar ninguna catástrofe relacionada con esto, comentó el colaborador científico del Instituto Astronómico Shternberg de la Academia de Ciencias de Rusia, Valdímir Surdín.
El científico explicó que en general la Luna ejerce una influencia considerable sobre la Tierra, causando deformaciones en los océanos (es decir, la marea) y en la corteza terrestre (la denominada ‘marea de tierra’). Pero esto sucede de forma regular: dos veces cada 24 horas la superficie de la Tierra sube y baja cerca de medio metro. Este efecto aumenta un 30% en los períodos de Luna llena y Luna nueva, cuando el satélite se alinea con el Sol en la misma cara o en las caras opuestas de la Tierra y la influencia del ‘astro rey’ se suma a la de la Luna.
Casualmente, el 19 de marzo de 2011 también será Luna llena. “Por ello ese día la Tierra realmente experimentará un efecto casi máximo de la marea”, confirmó el científico, agregando que este efecto no será el máximo posible porque la distancia entre la Tierra y el Sol no será la mínima.
Sin embargo, los geofísicos saben que hay una correlación débil entre el movimiento de la Luna y los terremotos, por eso se puede esperar un ligero aumento de la actividad sísmica alrededor del 19 de marzo, advirtió Surdín. “Pero no hay que esperar algo catastrófico”, subrayó.
El especialista también explicó que la órbita de la Luna no es perfectamente elíptica, sino que es mucho más compleja: la distancia media de la Tierra a la Luna es de unos 384.000 kilómetros y sus oscilaciones mensuales son solamente de un 5% de promedio. Estas oscilaciones periódicas se suman a “agitaciones” en su trayectoria que en general están provocadas por la gravitación del Sol. Sin embargo, el satélite nunca se aleja de la Tierra a más de 406.700 kilómetros y no se acerca a más de 356.410 kilómetros.
“Antes de la aparición de los computadores modernos los cálculos de la órbita lunar eran uno de los problemas más complicados de la mecánica celeste. Hoy en día pronosticamos el movimiento de la Luna para muchos años con la precisión de un metro”, agregó el científico.
Pese a todo lo indicado por el científico, el acercamiento de la Luna sumado a una mayor tormenta geomagnética que se está registrando estos días ya está siendo considerado por varias fuentes como una posible causa del terremoto que ha arrasado parte de Japón el 11 de marzo.
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