Las autoridades mexicanas han hallado este viernes los cuerpos de cuatro niños de entre siete y diez años en una fosa ubicada en la localidad de Villa Tapijulapa, en el estado de Tabasco (sur), que permanecían en paradero desconocido desde el pasado martes, según ha confirmado la Procuraduría General de Justicia de Tabasco.

Los niños desaparecieron cuando iban al colegio desde su casa, próxima al poblado Villa Tapijulapa, en el municipio tabasqueño de Tacotalpa. Para llegar a la escuela primaria «Rafael Domínguez» debían caminar más de cinco kilómetros atravesando montañas y ríos.

Tres de los niños eran hermanos, Blanca Elena, Gustavo Adolfo y Jesús Alberto Gutiérrez Alvarez, de 10, 8 y 7 años de edad. El cuarto, Samuel Vázquez Gómez, tenía 7 años.  Desaparecieron el pasado martes y sus cadáveres aparecieron esta madrugada en una fosa común descubi9erta en el rancho ‘Leche y Miel’, en la carretera Oxolotan-Amatán, en la frontera entre el estado de Tabasco y el de Chiapas.

Sin órganos vitales, según la prensa mexicana

Algunos medios digitales, así como el periódico mexicano ‘El Universal’ mantienen que a los menores les habían sido extraídos sus órganos vitales, aunque las autoridades no han confirmado esta noticia. El procurador, Gregorio Romero Tequextle, descartó que el móvil del cuádruple homicidio fuera el tráfico de órganos y ha aclarado que la causa de la muerte de los tres niños y la niña ha sido la asfixia.

Tequextle no ha desestimado ninguna otra hipótesis y espera que la investigación les lleve ante los culpables. Por el momento, no hay detenidos, según informan medios locales. La Policía no ha arrestado al propietario de la finca donde se encontraba la fosa, que había sido excavada de forma reciente.

El gobierno de Tabasco ha promulgado una ley que brinda protección a los familiares de los altos cargos políticos y judiciales del estado por un periodo de seis años a raíz de este hecho que ha sido condenado desde varios sectores políticos y sociales mexicanos.