(QUO) — Los “nativos digitales”, aquellos nacidos entre 1981 y 2000 y que jamás han vivido en un mundo sin computadoras, permiten analizar el impacto que la tecnología tiene en nuestro pensamiento y comportamiento, de acuerdo un grupo de neurocientíficos.
La capacidad de hacer muchas tareas al mismo tiempo –o de ser multitasking- es una de las nuevas habilidades de los seres humanos, nos dice Gary Small, autor del libro iBrain.
“También están cambiando, por completo, los hábitos de lectura”, añade. Cada día es más fuerte la tendencia de leer superficialmente y escanear visualmente un texto, en busca de palabras claves”, asegura Small, quien dirige el Centro de Investigación sobre la Memoria y el Envejecimiento de la Universidad de California.
En entrevista telefónica, aclara que la exposición constante a la computadora, los buscadores de información –como Google y Yahoo–, los teléfonos inteligentes y demás gadgets tecnológicos, fortalece nuevas secuencias neuronales en nuestro cerebro –como las que permiten que hagamos varias tareas a la vez– y debilitando las más antiguas, como las que hacen posible la comunicación verbal o la empatía.
Small explica que cinco horas de internet son suficientes para alterar y reconfigurar nuestro cerebro. “Si es tan sensible a la tecnología y una hora frente a la computadora puede detonar alteraciones, ¿qué sucede cuando pasamos más tiempo en línea? ¿Qué está ocurriendo en el cerebro de los jóvenes que pasan ocho horas diarias conectados a internet o pegados a los videojuegos?”.
Cerebro en evolución
La neurocientífica Susan Greenfield concuerda en que estamos viviendo un “cambio mental” sin precedentes.
“La web infantiliza nuestros cerebros. El permanecer horas en la pantalla no permite que se desarrollen los conceptos abstractos ni la imaginación. Nos estamos transformando en niños, criaturas que literalmente tenemos espacios cortos de atención. Nos estamos convirtiendo en personas que se distraen con facilidad y que, además, tienen problemas para relacionarse cara a cara”.
Greenfield es profesora de Farmacología en la Universidad de Oxford y fue la primera mujer en dirigir The Royal Institution of Great Britain, el centro independiente de investigación científica más antiguo del mundo.
La investigadora aclara que el cerebro es muy sensible al cambio y a los estímulos externos. “El cerebro, en otras palabras, es maleable no solo durante la infancia, sino en la edad adulta. Tiene el mandato evolutivo de adaptarse”.
Tecnología son condenas
“Si sabiendo lo que hoy sabemos sobre la plasticidad del cerebro y quisiéramos inventar un medio para reconfigurar los circuitos mentales de forma rápida, muy probablemente acabaríamos diseñando algo que se ve y funciona como internet”, asegura el escritor estadounidense Nicholas Carr.
Él es autor del libro The Shallows, que ha sido polémico entre los estudiosos del tema.
“Estamos sustituyendo el pensamiento tranquilo, centrado y sin distracciones, por la necesidad de tomar información vorazmente de todas partes. Y cuanto más rápido accedamos a ella, mejor”.
Sin embargo, no todos están dispuestos a aceptar el lado obscuro del uso de internet. Steven Pinker, profesor de Psicología de la Universidad de Harvard, se ha encargado de calificar estos comentarios como expresiones de pánico sin fundamento.
Autor del libro The Stuff of Thought y columnista en el diario The New York Times, Pinker parece ir a contracorriente cuando afirma que la experiencia no renueva la capacidad del cerebro de procesar información.
“Lo cierto es que la tecnología y el internet nos están ayudando a manejar, buscar y recuperar la producción intelectual colectiva”.
La revista Quo es parte de Grupo Expansión, una empresa de Time Inc. La firma edita en México 17 revistas y siete sitios de internet, entre ellos CNNMéxico.com.
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