Los pueblos originarios celebran su Año Nuevo con el solsticio

Una colaboración de Miranda

Pueblos indígenas que en tiempos precolombinos integraron el imperio Inca iniciaban la celebración del Año Nuevo, en coincidencia con el solsticio de invierno, la noche más larga y el día más corto en esta parte del planeta.

El solsticio invernal es el momento en el que los herederos del Tahuantinsuyo (imperio) Inca rinden culto al Tata Inti (Padre Sol) y le piden que ilumine a la Tierra, la Pacha Mama, para que provea de alimentos al pueblo.

En Salta, el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM) hará la celebración del Inti Raymi (Ilumina tu amanecer), mañana a las 7, en la cumbre del cerro San Bernardo, con cánticos en quechua, una teatralización de un mensaje del Inca y un momento de reflexión.

Al mediodía, en la sede del museo, en la ciudad de Salta, donde se conservan las famosas momias «Niños del Llullaillaco», habrá oraciones al sol y danzas andinas.

En Jujuy, la organización Tupac Amaru, de fuerte composición indígena, hacía esta noche la celebración en el barrio El Alto Comedero, en la periferia de la capital provincial.

Allí, la organización que lidera Milagro Sala, erigió una réplica del templo de Kalasasaya, de la antigua ciudad sagrada de Tiwanaku, en el actual territorio de Bolivia.

En el mismo predio se encuentra una reproducción de la Puerta del Sol y otra de la Puerta de la Luna, sendas alegorías espirituales de la cultura aymara.

En Catamarca, la comunidad originaria de Cerro Pintao hacía esta noche una velada abierta a todo interesado, en la casa comunitaria de la localidad de Las Mojarras, sobre ruta nacional 40.

Luego, los participantes se trasladarán al sitio sagrado La Ventanita, donde harán ofrendas o corpachada a la Madre Tierra o Pacha Mama, y mañana la ceremonia al Inti, el Sol, al momento de su salida, cuando los primeros rayos de luz penetren en el valle Yokavil.

Mientras, en la vecina localidad de Quilmes Centro, sobre cerros que cobijan al pueblo, se reunieron jóvenes y mayores en una celebración nocturna abierta, de historia, cuentos, leyendas, cantos, vivencias y saberes de esa cultura.

Así aguardaban hasta mañana la aparición del Inti por ese sector, donde a continuación se procederá a la corpachada y a un almuerzo comunitario.

En Santiago del Estero, el próximo domingo, en el Ayllu Cacán de Codo, a 110 kilómetros al sur de la capital provincial, el pueblo diaguita Cacano celebra su Inti Raymi 1612 y los 1212 años de presencia en el territorio sagrado de Soconcho (bosque de miel), actual departamento Atamisqui.

En la misma oportunidad se reunirá la asamblea de la Unión Solidaria de Comunidades (USC), organización política que representa al pueblo diaguita Cacano.

Según explicó en un artículo el líder mapuche Armando Marileo Lefio, en esta fecha, los pueblos del hemisferio sur «experimentamos y somos testigos de unos de los episodios más relevantes que acontece en el Cosmos y en la Madre Tierra».

«Es la fusión de la materia (tierra) y la energía (cosmos), los cuales traen consigo la procreación de la vida y el tiempo. Es decir, permiten que se inicien nuevas vidas en la naturaleza: nacimientos, pariciones, brotes, sueños, esperanzas y emergencia de fuerzas o energías desde el corazón de la tierra, dando paso a las distintas etapas del año, cambios climáticos, maduración, descanso entre otros», describió.

Los mapuches del sur de la Argentina y Chile, celebran este acontecimiento, el We Tripantu, con ceremonias de purificación.

La celebración comienza la noche del 23 de junio, con una reunión familiar, en la que se cuentan historias tradicionales de la familia, como preparación de la salida del Sol, el 24.

En tanto, en la antigua Tiwanaku, en Bolivia, cerca del lago Titicaca, fronterizo con el Perú, para esta fecha se organiza, todos los años, una colorida y solemne ceremonia.

Cada 21 de junio los rayos del Sol al amanecer penetran por la puerta del templo Kalasasaya e iluminan al magnífico Monolito de Ponce.

El Kalasasaya es un templo de 126 metros de largo por 117 de ancho. En su interior existe un gran patio rectangular hundido, al que se desciende por una escalinata labrada en una sola roca de seis peldaños.

En tanto, el Mara T`aqa -o Año Nuevo aymara- se celebra cada 21 de junio en las ruinas de Wanqani del ayllu Qhunqhu, como derivación de la tradición surgida en Tiwanaku, que se ha expandido a otros lugares, más allá del altiplano, incluso en ciudades bolivianas como La Paz, El Alto, Oruro o Cochabamba.

http://www.telam.com.ar/nota/29099/

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