- El detonante «podría ser otra mezquita destrozada por los colonos judíos, como la que quemaron el martes, o la construcción de nuevos asentamientos».
- Esta es la conclusión de una reunión privada entre Benjamin Netanyahu, sus asesores de seguridad, un grupo de expertos y ex oficiales de inteligencias.
«La Tercera Intifada es inminente». Esta es la conclusión a la que han llegado los líderes israelíes tras una reunión privada a principios de mes del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con sus asesores de seguridad, un grupo de expertos en Oriente Medio y ex oficiales de inteligencias, según asegura el periodista especializado en la región Nathan Thrall en el diario ‘New York Times’. Inminente e inevitable, pues el detonante principal «podría ser otra mezquita destrozada por los colonos judíos, como la que quemaron el martes, o la construcción de nuevos asentamientos», que se han intensificado durante los últimos años.
Sea cual sea el catalizador, la previsión parte del consenso de que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, «ha llegado a un callejón sin salida». Los intentos del líder palestino de alcanzar acuerdos de cooperación en materia de seguridad han sido infructuosos. «La estrategia política de Abbas se basaba en la idea de que Israel se sentiría más seguro y abandonaría su principal justificación para seguir ocupando Cisjordania, lo que allanaría el camino para un estado palestino», explica Thrall.
Sin embargo, el plan ha salido justo al revés: «gracias al éxito de sus esfuerzos, muchos israelíes se han permitido el lujo de olvidar que hay una ocupación», considera el periodista. La mayoría de los ciudadanos encuestados a principios de este año estaba convencido de que su estado podría seguir siendo judío y democrático sin renunciar a la ocupación de Gaza y Cisjordania.
La frágil tregua, «financiada por EEUU y Europa», en Cisjordania ha dejado de ser percibida como uno de los principales problemas de seguridad para los israelíes, mientras que los palestinos ven cómo la ocupación de sus territorios continúa. Los intentos de sus líderes para lograr que se les reconozca como estado independiente han resultado estériles. Por ese motivo, Thrall considera que «los palestinos de todos los colores políticos ya no están discutiendo sobre la posibilidad de frenar la ocupación de Israel, sino cómo conseguirlo«.
Precisamente, este semana se han vuelto a producir enfrentamiento e intercambios de golpes. El brazo armado de Hamas, las Brigadas Ezedin al Qasam, amenazaron este sábado con romper la tregua anunciada el miércoles con Israel. «Los ataques aéreos del enemigo sionista son nuevos crímenes. No permaneceremos silenciosos antes los crímenes» israelíes, avisaron las Brigadas en un comunicado.
El 24 de febrero de 2005 acababa la Segunda Intifada tras cinco años de tensión. El detonante en aquel momento fue la visita del entonces líder de la oposición israelí, Ariel Sharon, a los exteriores de la mezquita de Al-Aqsa, tercer lugar más importante para los musulmanes, que fue interpretada como una provocación. Para encontar la Primera hay que remontarse a 1987, conocida como «Guerra de las piedras», por los enfrentamientos entre palestinos que lanzaban piedras a unas fuerzas de seguridad isralíes que respondían con fuego real.