¿Eres un prisionero? ¿Qué te parece? Tu primera prisión es la prisión de tus conceptos.
Eso te limita. No te dejará salir. No te dejará comprender.
No te dejará pensar adecuadamente. No te permitirá explorar.
Todos ellos limitan: tus ideas, tus conceptos, tu creencias.
Quiero que cambies tus creencias por conocimiento. Si sabes, no tienes necesidad de creer,
debido a que sabes.
-Prem Rawat
Tal como yo lo veo, los seres humanos necesitan recuperar la capacidad de observar. Necesitamos mirar a nuestro alrededor y comprender ciertas cosas que están sucediendo.
¿Qué es lo que hemos conseguido? Siempre nos hemos aferrado a determinados valores, hemos decidido que todos deberíamos ser instruídos. La verdad es que, actualmente, en este mundo hay más personas instruidas qe nunca. Pero, en proporción, la ignorancia ha crecido a pasos agigantados. Se ha extraído más oro y se ha creado más dinero que nunca. Existe más riqueza, pero hay más pobreza. ¿Cómo es posible? Es un dilema.
¿Qué es lo que eso me enseña? Que algo que debería ocurrir no está ocurriendo. Nuestras tristezas, nuestras quejas, ya han sido expresadas antes. Cuando tropiezas con un problema, parece que eres el único que lo tiene. Pero no es cierto. Hay personas a cientos de kilómetros de distancia que están pasando por lo mismo.
Si hoy día te detienes a observar lo que hemos conseguido como seres humanos, podrás decir: “Hemos llegado a lo más profundo del océano, a lo más alto del espacio, hemos creado relojes que nos puede dar la hora a la centésima de segundo, algo que el ojo humano ni siquiera puede percibir”. Puedes ir a un servicio meteorológico y averiguar el pronóstico exacto del tiempo para las próximas 48 horas. Puedes calcular, con un margen de error de unos poco metros, el lugar de la Tierra en que te encuentras en un momento dado. Ya no necesitas una brújula. Ni siquiera necesitas saber dónde está el norte.
Así pues, hemos conseguido estos avances tan increíbles, pero, ¿cuál ha sido el efecto global? Ninguno. El hecho de que la gente tenga teléfonos celulares no significa que sepa de qué hablar. ¿Es el ser humano, en definitiva, más feliz? No estoy diciendo que debamos prescindir de la tecnología. Pero, ¿no era el propósito de toda esta tecnología mejorar la calidad de la vida? En lo que respecta a la calidad de vida, la tecnología no ha conseguido su propósito ni remotamente. La gente sigue peleando, sigue lamentándose.
¿Qué es la calidad de vida? ¿Qué es la verdadera felicidad? Hay que buscar una nueva definición de la felicidad. ¿Cómo sabes cuando eres feliz? De hecho, ¿qué parte de ti se siente feliz? ¿Es tu cerebro? ¿Tus pensamiento? Si sientes felicidad en tus pensamiento eres feliz en un momento y no lo eres en el siguiente. ¿Dónde está esa felicidad? ¿Se esconde? ¿O es que la gente se siente demasiada avergonzada para decir que no ha logrado su objetivo? A mí no me da vergüenza, estoy encantado de poder decir que todas esas cosas son estupendas, pero no son lo que se supone que deberían ser. A diferencia de todo lo demás, tiene que haber alegría en el corazón del ser humano, no creada por el pensamiento. ¿Te das cuenta de lo mecánico que te estás volviendo? Hubo un tiempo en que la gente comía porque tenía hambre. Ahora la gente como porque es una costumbre social. Suena una campana y todo el mundo puede ir a comer. Cuando éramos niños, se nos enseñó que cuando sonaba la campana debíamos dejar de jugar e ir a clase, luego, volvía a sonar la campana y pasábamos a otras clase. Todos sabemos que es literalmente imposible que todo el mundo tenga hambre al mismo tiempo, que tenga sed al mismo tiempo o que tenga sueño al mismo tiempo.
¿Qué nos ha sucedido? De alguna forma, lo hemos aceptado encantados, sin pestañear, sin decir: “Espera un momento. Se trata de mí. No quiero convertirme en una campana. No quiere convertirme en una vaca.” ¿Qué opción tenemos?
No creo que mi trabajo sea cambiar el orden social de este mundo. Lo que me interesa es recordarte que eres un ser humano. Naciste y un día morirás. ¡Despierta! No hay una segunda oportunidad. Siéntete satisfecho ahora. Encuentra ahora la humanidad que has perdido. Encuéntrala, vive, existe, respira. No tenemos que vivir con miedo, sino con alegría y con esperanza, considéralo, piensa en ello.
Hace mucho tiempo, en el océano, a unos cuantos miles de kilómetros al oeste de América, no existía nada mas que el océano. Pero un día, en el fondo de ese océano, la tierra tembló y expulsó un poco de lava fundida. Y quizás miles de años después, la tierra tembló de nuevo y salió más lava. Por fin, toda la lava, toda la roca surgió sobre la superficie del agua. Eso no sucedió en un año, ni en 10.000, tardó millones de años.
Después de toda esa lucha y de toda esa furia, allí apareció. Y nada podía crecer en la superficie hasta que se enfriara. Llegaron las olas, y lentamente, la roca se convirtió en tierra. Una pequeña semilla llegó viajando a través de miles de kilómetros y arraigó en aquel suelo. Al cabo de mucho tiempo de ir tomando forma, después de muchos éxitos y fracasos, ahí está hoy esa magnífica isla llamada Hawai.
Dentro de ti, quizá tu océano también sea estéril, Pero en lo más profundo de tu interior algo tiembla y retumba. Siempre que eso sucede, algo grita dentro de ti, algo quiere nacer, existir. Tal vez, en tu océano de soledad no haya esperanza, ni bondad, ni alegría, ni razón alguna para la felicidad. Pero es innegable que, en un lugar profundo dentro de ti, algo desea nacer. Tienes que permitir que esa alegría aparezca, que exista esa esperanza. Si no, sólo pasarás como un destello sobre la faz de la Tierra. El simple hecho de que tu dolor, tu esperanza, tu sueño, no sea diferente del de las demás personas que han caminado por esta Tierra antes que tu, te indica que estás recorriendo el mismo camino que todos ellos. Ellos estaban atascados, igual que tú. Con tus pensamiento y tus imaginaciones creas alegría. Creas tus propios juegos y los ganas, porque tal vez te has olvidado de jugar el juego verdadero.
¿Cuál es el verdadero juego? El juego en el que el corazón disfruta, el juego que vas a ganar. Eso es lo que hemos olvidado, hemos acumulado muchos conocimientos, pero nuestra ignorancia crece vertiginosamente. Sin el sol, no importa cuánta luz crees artificialmente la oscuridad prevalecerá. Pero cuando hayas encontrado la fuente de esa alegría, de esa felicidad, te va a costar muchísimo esfuerzo deshacerte de ella, porque va a inundar cada rincón, cada fibra de tu ser.
¿Cuándo vamos a recuperar la dignidad? ¿Cuándo podrás ser realmente tú mismo? No una etiqueta, ni un número. Estás vivo, estas aquí por un milagro increíble, como un regalo, por bondad. El milagro más profundo hizo que respirases, sin que hubiera que apretar ningún botón. Mejor que un ordenador. Automáticamente, ¡Qué bien fuiste cuidado! Cuando naciste, tu alimento vino contigo: la leche; el sustento perfecto para tu cuerpo. Ni sobraba , ni faltaba. Justo la cantidad adecuada. Más exacta que la dosis de un médico. Ya se te había dado la mejor asistencia terapéutica. Gracias a eso naciste. Gracias a eso existes. Y ahí estas, el mayor de los milagros.
El regalo de la vida es el verdadero milagro. Esta respiración es el verdadero milagro. Ser despertado es el auténtico milagro. Hacer que el ciego vea. ¿Quién es el ciego? Nosotros que tenemos ojos, somos los ciegos. Y nosotros somo los que necesitamos ver, porque no estamos viendo lo que debemos ver. Nosotros somos los cojos. Nosotros, que teniendo dos piernas sanas, nunca hemos caminado. Pero alguien dice a esos cojos: “¡Movéos! Caminad por este maravilloso paseo de la vida. Tenemos oídos, pero no oímos. Somos sordos, y los sordos tienen que oir hablar de la vida, porque no lo estamos haciendo. Escucha la música, escucha esa alegría, escucha ese sentimiento, esa belleza que reside dentro de cada ser humano.
Es así de simple. Es muy sencillo despertar, abrirse, aceptar, ver apreciar, saber; porque necesitas saber.
“El aprender a aprender puede durar toda una vida”
Es cierto,,ver sin ver,,,disfrutar sin agradecer, tener muchas cosas a la vez,,,para vivir mejor,,y malgastar como si alguien influyera para hacerlo, cuánto es lo que el ser humano despilfarra, sin mirar?,,el agua por ejemplo…vivimos bien, haciendo mal, vivimos sin compartir, y no nos aguantamos ninguna molestia, como seres egoístas que somos,,,tal vez la lucha que se despierta internamente haga que el ser humano, con carencia de espíritu humanitario, viva mal el día a día y no se entere que la solución está en el despojo de lo propio para el beneficio del otro necesitado….