Referencia: ThunderBolts.info ,
Autor: Stephen Smith, 3 de agosto 2012
Una nueva teoría afirma que la materia oscura podría evitar que las estrellas envejezcan de forma normal y sean preservadas durante miles de millones de años.
Según los astrónomos, el universo tiene casi 14 mil millones de años. Todo comenzó con una explosión, una explosión de la cual devino toda la existencia. Los científicos no saben por qué ni cómo el espacio, el tiempo, la energía y la materia fue creada en el llamado Big Bang, pero se especula que en el primer segundo, los protones, los neutrones y los electrones se condensaron a partir de un mar de indiferenciadas interacciones.
Cuando comenzó el Universo, según establece la teoría, estaba a aproximadamente 10^32 grados Kelvin, esto es demasiado caliente para que cualquier sustancia material pueda estar presente. Tres minutos más tarde, la temperatura había descendido a mil millones de grados Kelvin y las partículas proto-atómicas empezaron a formar los primeros núcleos que se convertirían posteriormente en átomos.
El siguiente cambio importante en el desarrollo del Universo, se produjo después de pasados otros 300.000 años, cuando se enfrió a 3.000 grados Kelvin, permitiendo a los electrones orbitar alrededor de los primeros núcleos y formar el hidrógeno atómico. Como el período de enfriamiento continuó, la temperatura cayó gradualmente hasta un punto donde el hidrógeno atómico fue capaz de combinarse en hidrógeno molecular, y comenzar la transformación que dio lugar a las estructuras y los objetos visibles de la actualidad.
Las estrellas nacidas en ese período inicial eran tan calientes y densas que vivían solamente 100.000 años, consumiendo su hidrógeno y fusionándolo en helio y otros elementos más pesados. Según el Instituto de Astrofísica de París, sin embargo, algunas de esas primeras estrellas podrían aún existir dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. ¿Cuál es el factor de preservación? La materia oscura podría haber amortiguado la fusión estelar a una actividad tan mínima, que el proceso de envejecimiento de esas estrellas quedase suspendido y hubiesen dejado de evolucionar.
Las estrellas originales se conocen como estrellas de población III y muchas de ellos podrían haberse formado dentro de grandes nubes de materia oscura que las preservara prácticamente para la eternidad. Según Gianfranco Bertone, del Instituto de París: «Estas estrellas han podido estar congeladas en escalas de tiempo más largas que la edad del universo.»
Si partículas de materia oscura, llamadas Partículas Masivas de Interacción Débil (WIMP), se forman de versiones más pesadas que la materia normal, puede que hayan profundizado hasta los núcleos estelares a través de la atracción gravitatoria. La materia oscura podría actuar como cualesquiera otros fenómenos termonucleares y someterse a las violentas colisiones con las partículas normales, emitiendo la radiación y los fragmentos elementales en los que parecen estar basadas las teorías convencionales de la evolución estelar. La materia oscura podría terminar con la fusión nuclear y «congelar» la estrella en su proceso de envejecimiento durante cientos de miles de años. Una vez que la materia oscura se haya quemado, la estrella volvería a la fusión del hidrógeno en helio, tal como afirman las teorías dominantes.
Equipo de investigación de Bertone especula que, si las primeras estrellas encendidas cerca de los núcleos galácticos, donde la materia oscura es inusualmente densa podrían estar preservadas indefinidamente: «Podría haber condiciones, en los inicios del universo, donde las estrellas se formaran en grandes suficientes reservas de materia oscura para durar hasta la actualidad.»
En efecto, la materia oscura podría tener la capacidad de traer estrellas muertas a la vida. Si una enana blanca (el supuesto remanente de una estrella amarilla como el Sol) entrara en una densa nube de materia oscura, podría comenzar a quemar la materia oscura y empezar a brillar como si se tratara de una estrella blanca. Algunos investigadores sugieren que podría entonces llegar a ser muchas veces más brillante que antes.
La construcción de una teoría sobre otra teoría, y confiar en las conclusiones de una especulación para apuntalar las conclusiones de otra, equivale a ciencia ficción. En el caso de los «quemadores de materia oscura» y de estrellas casi tan viejas como el universo, entendemos que se trata de un descenso en picado hacia la pura ironía.
Dado que la materia oscura es invisible e indetectable, y así se ha deducido de las manipulaciones matemáticas, ¿podría ser que algo más esté ocurriendo? Desde la perspectiva de la teoría del Universo Eléctrico, las galaxias y las estrellas están todas impulsadas por corrientes eléctricas que fluyen a través del plasma de polvo estelar.
Las corrientes de Birkeland crean los pinzamientos de Bennett en los vórtices eléctricos donde el plasma se comprime formando esferas brillantes, la mayoría a modo de arco, aunque algunos tal vez queden en un estado de descarga en un modo oscuro. Como ya se ha mencionado en artículos anteriores, la materia oscura es un descarado añadido, diseñado para proteger la teoría del Big Bang.
Los teóricos de plasma están ya cansados de la prestidigitación matemática y esperan que los cosmólogos empiecen a pensar en las observaciones empíricas, en lugar de seguir por ese camino hacia el misticismo. La materia oscura (y por extensión, la energía oscura) ha sido imbuida de poderes y habilidades que van más allá del ámbito de la investigación experimental. En el caso de la materia oscura, es posible que esté expulsando a la electricidad de la consideración de ser un factor formativo en lo que se ha observado del espacio.
– Imagen: Un detalle de la imagen del Hubble Ultra Deep Field. Crédito: NASA, ESA, S. Beckwith (STScI) y el Equipo de HUDF.
– Título original: Frozen in the Dark
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