A través de Laura Domínguez Rosado, socióloga que sufre Sensibilidad Química Múltiple (SQM) a la que conocí hace años, al principio de mi acercamento a este síndrome relacionado con la contaminación ambiental, me llega una propuesta de futuro denominada EcoSalud. Dentro de la misma hace meses Laura lanzó la idea de crear un Banco de conocimientos en sustitución de productos químicos y procesos contaminantes. Hay muchísimos talentos investigando y descubriendo compuestos mucho más sanos de los que existen en la actualidad, fabricados con las más de 100.000 sustancias químicas tóxicas que hay liberadas en el medio natural.
¿Sabíais, por ejemplo, que el famoso bisfenol A, un compuesto del plástico muy tóxico, es innecesario y sustituible por un material que se crea partiendo del cáñamo? Con éste pueden hacerse todos los plásticos, incluso tipo DVD.
Esta es la idea, desarrollar una red de colaboradores que gestionen un banco de datos on line, materiales de divulgación, información, formación, desarrollo comunitario y empoderamiento que supongan programas formativos dinámicos en EcoSalud, en los que se base el trabajo de comunicación y formación de la Red. Me parece muy buen idea pues no sólo hay que denunciar la intoxicación cotidiana a la que todo estamos sometidos por la liberación de tantas sustancias tóxicas con las que convivimos. También es necesario crear alternativas, explicar a quien desee oírlo que existen alternativas a todo lo contaminante.
Una de las consecuencias más duras de sufrir Sensibilidades Químicas, es el no poder habitar en entornos donde hay diversas fuentes de contaminación, como son todos los núcleos urbanos y buen parte de los rurales. De hecho, la recomendación terapéutica básica consiste en la evitación de los productos desencadenantes (el control ambiental) lo que obliga a las personas afectadas a confinarse en verdaderas prisiones acondicionadas -si se lo pueden permitir- o a iniciar una ruta nómada en búsqueda del lugar más adecuado para reestablecer la salud.
La imposibilidad de habitar cerca de antenas de telefonía, lugares con densidad de población que usa cientos de productos tóxicos, espacios públicos contínuamente fumigados por imperativo “sanitario” -tanto exteriores como interiores-, unido a las corrientes atmosféricas que arrastran los contaminantes por todo el planeta, viajando por lugares en principio “saludables”, hace de esta búsqueda casi una utopía.
Por ello, las afectadas de Hogares limpios para SQM, ENA (Asociación para la Prevención y Asistencia de Enfermedades Ambientales de Andalucía) y otras asociaciones y particulares buscan lo que se denomina como Zonas Blancas, espacios sin contaminación donde poder emprender una nueva vida. Os animo a que os informéis sobre estas iniciativas y que colaboréis con ellas en la medida de vuestras posibilidades.