Excelente articulo del Profesor A. Riesco del cual fui su adscripto en la Cátedra de Defensa Nacional en la facultad de Ciencia Políticas y RRII de la Universidad Católica de Córdoba, en el cual describe un “episodio” no menor cual fue la destrucción de la Flota del Pacifico del II Imperio Alemán cuando ingreso al Atlántico Sur por la Flota Inglesa que lo esperaba desde su base en Las Malvinas; este punto demuestra cual es la importancia geoestratégica para Inglaterra, USA y la OTAN de este archipiélago y que hoy en día adquiere de nuevo importancia ante los grandes cambios del orden mundial –por el control de los pasos bioceánico y el acceso al continente antártico- y por ello solo en el marco de una diplomacia apoyada con el factor disuasivo militar y con el apoyo político y económico del UNASUR se podrá recuperar las Islas invadidas por la potencia ocupante.- Carlos Pereyra Mele
Derrotero de la Flota del Pacífico Alemana hacia Malvinas
Lo que sugiere la batalla de Malvinas en 1914.
A poco de iniciada la primera “gran guerra” del siglo XX (1914-1 el Atlántico Sur, y poco antes el Pacífico, fueron escenarios de dos grandes batallas navales, donde las flotas de guerra compartieron resultados con muchos muertos y daños materiales. Las traemos a recuerdo para complementar la percepción que los argentinos tenemos de lo ocurrido en 1982 cuando la Nación trató de recuperar su soberanía sobre las Islas Malvinas. Al margen del heroísmo y sacrificio de nuestros soldados, aviadores y marinos, en la opinión pública el mayor peso de los argumentos son de orden jurídico y emotivo. ¿Por qué contrariando nuestros derechos y las resoluciones de las Naciones Unidas no nos devuelven las islas?
“Las cuestiones de política exterior no son cuestiones de derecho, son cuestiones de poder. No podrán ser resueltas mediante teorías jurídicas o de derecho internacional”. (Bismarck)
Tratamos de ver si este capítulo de la historia de los conflictos bélicos ayuda a elaborar una hipótesis en beneficio de una comprensión actualizada del fenómeno de marras. Aunque haya gente que menosprecie lo que ya pasó, no está demás insistir en la búsqueda. Las Malvinas no se movieron de su lugar en los casi 100 años transcurridos desde la batalla naval que veremos. La pregunta es : su significación geoestratégica ha perdido vigencia?
“La geografía nos provee el soporte físico, la estrategia animada por el conflicto le confiere vida, le hace hablar e incluso actuar.” (Frankheimer)
La lucha en el mar -sobre todo para los pueblos que valoran la función y posibilidades del “territorio líquido”- siempre fue una de las modalidades sustantivas de la guerra, tal cual enseña la historia antigua y moderna. Una exitosa batalla naval (siglo V a.C.) permitió a los griegos el dominio militar del Mar Egeo y, con ello, su gran expansión comercial en la región. Estados Unidos mantiene hoy, con alto costo, una decena de grandes flotas (portaviones, submarinos, aviación naval, etc.) en los distintos mares del mundo; pese a sus limitaciones Inglaterra hace lo suyo, como Francia, Brasil y otros. Rusia acaba de anunciar que restablecerá sus bases en Cuba, Vietnam y otros puntos del mapa-mundi y que se sumarán a las que ya posee en Tartus (Siria) y en Sebastopol (Ucrania).
Durante la contienda que, con proyección planetaria, se inició el 2 de agosto de 1914, en el Pacífico se dio la llamada batalla de la Bahía Coronel, al sur de Chile. La flota de los germanos, conducida por el almirante Maximilian Graf von Spee, se enfrentó a la de los ingleses, con base en las Malvinas, comandada por el almirante Christopher Cradock.
Batalla de Coronel al frente de las costas de Chile entre la escuadra Alemana y Británica
La pelea se concretó el 1º de noviembre y dio amplia victoria a la fuerza del conde Spee, con el hundimiento de dos cruceros de la contraparte. En la acción murió el almirante Cradock y muchos de sus hombres; el resto de su flota se desparramó y el Glasgow (insignia) con los buques sobrevivientes lograron cruzar el Cabo de Hornos y retornar a su base en Las Malvinas. Allí, esperando una nueva oportunidad, se reforzaron con el viejo acorazado Canopus y el crucero Invinsible enviado desde Londres.
Según la crónica Spee y su flota también cruzaron al Atlántico, avanzando hacia Malvinas donde estaba apostado, oculto, su enemigo. Pero el germano, ocupado con los festejos de Valparaíso, venía de haberle otorgado a aquél un tiempo suficiente para rehacer su capacidad de combate. Y entonces Spee cometió un nuevo error: desoyendo advertencias y prevenciones fue directamente a la trampa. Lo recibieron los cañones ingleses con toda su contundencia y con un resultado desastroso. La derrota fue total. Spee y sus dos hijos (oficiales) murieron en la batalla y, con ellos, una gran cantidad de sus connacionales. Volvamos a los interrogantes.
“Si yo capto lo que el otro quiere y puede, estaré en condiciones de adecuar, más efectivamente, mis pasos y contramedidas. Y no actuaré a ciegas o mediante acciones estériles”. (Frankheimer)
¿Cuál era la función de Malvinas… en 1914? Sin dudas, lo principal, el control del Atlántico Sur y el paso entre los dos océanos, a lo cual servía adecuadamente por estar en el sitio justo que aportaba la geografía. El archipiélago es un verdadero enclave. Acorde a la circunstancia desde él se proyectan radios de acción u obstrucción al este, al oeste y al norte, sin olvidar su extensión a la Antártida. Semejante condición que liga los intereses (políticos, económicos, militares) con los valores físicos y espaciales sobre los cuales se pueden establecer fines, la ubica en su incuestionable dimensión geoestratégica.
A esta funcionalidad, en la conexión interoceánica, no la clausuró, sino relativamente, la construcción y puesta en uso del Canal de Panamá (apenas inaugurado el 15 de agosto de ese año), aunque sí haya afectado posteriormente el tráfico del transporte de personas, mercaderías y materias primas, no así el de los grandes buques petroleros y de los portaviones. En la eventualidad de una guerra entre grandes potencias el canal puede ser objeto de un sabotaje o de un ataque misilístico, nada absurdo sobre todo luego de la experiencia de las torres gemelas.
¿Tiene vigencia, hoy, 2012, ese carácter de enclave geoestratégico con que hemos calificado la posición del archipiélago en el geoespacio donde está situado? Estimamos que sí y sin titubeos. Por eso la cuestión debe ser enfocada desde el ángulo de los intereses internacionales, actuales y potenciales, de sus poseedores y que excede a quien figura (Inglaterra) con el título que desde 1833 le otorga la fuerza. No es exagerado sindicar a la Organización del Atlántico Norte (NATO) que ya dio otras pruebas de llevar su “jurisdicción” mucho más allá de la ética y de las fronteras de Europa.
“Identificad el interés dominante y aferraos a él, de otro modo quedaréis enredados en las variables secundarias”. (E. J. Salgado)
La experiencia de los conflictos internacionales revindicó aspectos sustantivos del método “comprensivo”, tan despreciado por ciertas groserías del positivismo. Y que es un elemento indispensable del estratega: ponerse “en el lugar del otro” para entender sus intenciones y comportamientos. Y de paso sus maldades.
José Antonio Riesco
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