El murciélago vampiro no chupa la sangre; practica un corte con sus colmillos y la bebe.
No es cierto que matar a estos animales frene la propagación de esta enfermedad entre el ganado.

La matanza de los murciélagos que transmiten la rabia entre el ganado,práctica muy habitual en los países sudamericanos, no impide la propagación de la enfermedad; es más, podría ser contraproducente, según un estudio que se ha llevado a cabo recientemente y que publicaProceedings of the Royal Society B.

Hasta ahora, y según recoge la BBC, se asumía que reducir la población de murciélagos vampiros, aquellos que se alimentan de sangre de mamíferos, era una forma de controlar la expansión del virus. Sin embargo, uno de los autores del estudio, que se ha llevado a cabo en la Universidad de Georgia, asegura que «la rabia se expande aunque haya una matanza de murciélagos».

Las poblaciones de murciélagos se reducían mediante veneno e incluso explosivos. La investigación, llevada  cabo durante 40 meses en 20 localidades de Perú, concluyó que en las zonas en las que no se había tocado la población de murciélagos la incidencia de la rabia era mínima, y sin embargo en aquellas en las que se habían matado murciélagos, los casos habían aumentado.

Algunos investigadores han llegado a sugerir que en áreas con poblaciones de vampiros, el aumento de la población humana podría ser un factor importante de la expansión del virus. El murciélago vampiro no succiona la sangre, sino que practica un corte y después la bebe; una sustancia química en su saliva impide que la sangre coagule.

Aunque no es fácil, la rabia sí se puede transmitir del animal al hombre. En la actualidad, todavía hay 150 países en los que esta enfermedad es mortal. De hecho, cada diez minutos muere una persona a causa de esta enfermedad en el mundo.