¿Preparando una excusa para la intervención?
La reciente retirada del ejército del régimen sirio de la zona del norte dominada por los kurdos ha hecho sonar las alarmas en Ankara, que recibió el sábado un aparente respaldo de Washington a una posible operación militar dentro de Siria.
Cuando la crisis estalló en Siria a mediados de marzo de 2011, se sintió con rapidez al otro lado, en Turquía, donde los refugiados comenzaron a llegar en bandadas de la sangrienta represión.
El presidente turco, Abdullah Gül, anunció a principios de mayo de 2011 que su país se estaba preparando para «el peor caso», aparentemente en referencia a la posibilidad de una gran afluencia de refugiados a través de la larga frontera que su nación comparte con Siria.
Pero cuando la crisis se hizo más profunda en Siria, Turquía comenzó a encarar situaciones aún más alarmantes y su paciencia comenzó a erosionarse, desafiando a su política exterior de «cero problemas con los vecinos» que promueve acercamientos diplomáticos y poder blando.
Las fuerzas sirias del régimen bombardearon áreas dentro de las fronteras turcas en varias ocasiones yderribaron un avión de combate turco en junio pasado. La medida que preocupa a Ankara sobre todo, sin embargo, fue la reciente decisión del régimen de retirar las fuerzas sirias de las zonas fronterizas dominada por los kurdos, en una medida que probablemente será explotada por el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que ha lanzado numerosos ataques terroristas, la mayoría desde sus bases en el norte de Irak, para la causa de un estado kurdo independiente.
A pesar de haber proporcionado campos de entrenamiento a las fuerzas armadas de oposición de Siria y permitido la transferencia de armas de varios países extranjeros para el Ejército Libre Sirio, Turquía afirma que ha mantenido su poder blando en general en su política con Siria. A lo largo de la sublevación de 17 meses en Siria, Turquía proporcionó asistencia humanitaria a los refugiados, apoyo diplomático a la oposición siria y ha ayudado a intensificar las presiones sobre el régimen del presidente Bashar al-Assad.
Pero esta política de poder blando parecía estar hecha jirones poco después de que combatientes kurdos tomaran el control de las zonas dominadas por los kurdos en el norte de Siria. Los informes iniciales sugieren que las fuerzas del régimen fueron expulsadas por combatientes kurdos de la oposición armada, pero los informes posteriores señalaron que el régimen de Assad deliberadamente entregó esas zonas al Partido Democrático Kurdo Unido vinculado al PKK, que lleva una lucha armada contra Turquía.
Algunos observadores dicen que Turquía no va a tolerar el control kurdo de partes del norte de Siria y está avanzando rápidamente hacia una intervención militar allí. Pero otros argumentan que esta evolución en Siria es probable que degenere para Turquía en una guerra potencialmente dañina.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha prometido que su país «no permitirá que un grupo terrorista establezca campamentos en el norte de Siria y amenace a Turquía».
Las declaraciones de Erdogan señalan la posibilidad de una participación militar directa de Turquía en la crisis de Siria.
La Secretaria de Estado, Hillary Clinton, durante una visita a Turquía este sábado, expresó el apoyo de Washington a la posición de Ankara, al declarar que «Siria no debe convertirse en un refugio para los terroristas del PKK».
Clinton dijo en una conferencia de prensa en Estambul que los Estados Unidos y Turquía crearán un g grupo mixto «para entrar en los detalles reales de la planificación operativa … de forma muy intensa.»
Othman Ali, jefe del turco-kurdo Centro de Estudios de Irak, escribió recientemente en Today´s Zaman, «Turquía no puede darse el lujo de ver al PKK vagar libremente por Siria y que lo utilicen como una base desde la cual lanzar ataques armados contra el país».
«El presidente sirio había decidido que era hora de jugar la carta del PKK contra Turquía, una vez más al igual que su política en la década de 1990″, agregó Ali.
Turquía y Siria estuvieron al borde de la guerra en 1998, cuando se supo que Damasco estaba dando cobijo al líder del PKK Abdullah Ocalan.
Abdallah Schleifer, investigador adjunto en el Instituto de Medio Oriente en Washington, DC, le dijo a Al Arabiya que «un compromiso militar turco en Siria, ya sea como una sincera preocupación por la seguridad nacional turca o una justificación conveniente para la intervención directa … es una posibilidad muy fuerte».
Las indicaciones de una eminente participación militar turca en Siria obtuvo un mayor apoyo con los informes que indican que un gran despliegue de tropas turcas se llevaba a cabo cerca de la frontera con Siria. Videos amateur de YouTube mostraron equipo militar siendo trasladado por tren hasta la frontera con Siria.
Sin embargo, estos movimientos pueden ser también más de una demostración de poder y un mensaje a los activistas kurdos en Siria que un período previo a unas operaciones militares directas a gran escala, lo que podría ser costoso y perjudicial para la imagen internacional de Turquía.
Ilnoor Shafiq, un analista político con sede en Ankara, descartó cualquier operación militar a gran escala en Siria, diciendo que Turquía sólo podría interferir en el marco de una alianza internacional contra Siria, pero nunca de manera unilateral – hay pocas ganas de partir contra la política turca de «cero problemas con los vecinos».
«Si hay incursiones de combatientes kurdos en la frontera, Turquía podría responder mediante la persecución de ellos, pero no vamos a ver una operación a gran escala que tenga lugar», dijo Shafiq.
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