Encontrar la paz en este momento, ahora, con lo que nos está pasando, es la meta diaria de muchos de nosotros. Es posible que la realidad nos presente tantos desafíos en estos días que hayamos dejado atrás muchos asuntos pendientes del pasado y preocupaciones del futuro porque lo que nos quita la paz esta pasándonos ahora.
El ego nos convence que hay otras estrategias de mayor beneficio que la aceptación, porque sostiene que aquello que aceptaremos, se instalará para siempre. Y, en realidad, es todo lo contrario.
Aceptar es tener una actitud amorosa.
Este es un paso de la mente al corazón.
Aceptar lo que somos, lo que nos pasa, los que comparten la vida con nosotros. Al hacerlo, todo volverá a ocupar su lugar y crearemos las condiciones para vivir en paz. Es dejar de resistirnos – con la crítica, el enojo o la frustración. Aceptar lo que nos pasa, analizando menos, resistiéndonos menos y dejando fluir más.
Este es el paso más corto, pero más significativo que debemos dar la fuerza de nuestro espíritu. Y al hacerlo, esa situación o esa persona se moverán.
El amor es movimiento y el miedo es paralización. Y esta es una clara elección entre uno y otro.
El amor es «energía en acción», no tiene «ningún paralizador» cuando es entendido como lo que es y el «miedo» a mi humilde entender, puede ser algo que se interponga.. «un obstáculo» que puede ser vencido por una persona o más decididas a vencerlos.
El amor al ser energía en acción hay «emisor y receptor», y ambos deben encontrarse en «la misma frecuencia»
La Paz a mi entender se encuentra más vinculada a nuestra «Consciencia»… ya que podemos sentirla siempre que nosotros la procuremos, por más situación que se presente, y sólo puede «dar paz quien de verdad, siente paz».
Un abrazo de paz Maestro, gracias y Bendición.