Somos el país con más jóvenes, entre 16 y 29 años que ni estudian ni trabajan. Esto, obviamente, se debe a que tenemos una tasa de paro juvenil (16 a 24 años) récord, por encima del 50%, así como un nivel de abandono escolar anormalmente alto (el 26% en 2011). Lo que no es tan obvio es que la tasa de paro juvenil es aproximadamente el doble que la tasa de paro del resto de la población, y que este hecho se ha mantenido más o menos invariable en las últimas décadas, y se da tanto en España como en otros países. Dicho de otra manera, el paro juvenil no es el problema, el problema es el paro del conjunto de la población. Si la proporción del paro juvenil es tan constante a lo largo del tiempo y entre países, se debe a que debe ser poco sensible a las políticas específicas de empleo juvenil.
En cuanto al abandono educativo, como ya he señalado en este blog, es anormalmente alto en España debido a una excepcionalidad extraña de nuestro sistema educativo: prohíbe cursar estudios post-obligatorios. Cuando comparamos la política educativa de distintos países, lo habitual es que, tras la etapa obligatoria, las personas puedan cursar algún tipo de formación reglada post-obligatoria. Pero en España, si no se tiene el título de ESO, no se puede seguir estudiando. Además, si se opta por cursar estudios de FP de Grado Medio, no se puede pasar de forma automática a la FP de Grado Superior. Como resultado, somos un país con una tasa anormalmente baja de personas con estudios de FP, debido simplemente a que no les dejamos estudiar. Este desaguisado ha sido arreglado en parte con la Ley de Economía Sostenible del pasado año, que facilitó el acceso al título de ESO y a la FP, así como a los Programas de Cualificación Profesional Inicial, vigentes desde 2007, y que posiblemente hayan contribuido a que la tasa de abandono escolar sea la más baja de nuestra historia (sin olvidar la “ayuda” de la destrucción de empleo en la construcción). Por ello, se entiende mal que el PP quiera poner todavía más trabas a quienes deseen estudiar, con las reválidas, así como, tras tanto criticar la LOGSE, retomen de ella una de sus peores medidas: el otorgar títulos que no permiten cursar estudios post-obligatorios, como sucedió con la extinta Garantía Social.
Tenemos muchos “ninis” porque hay mucho paro y porque tenemos un sistema educativo que dificulta estudiar. Lo primero se arreglará cuando se solucione la crisis financiera que vivimos, y el crédito vuelva a la economía. Lo segundo, estaba mejorando gracias a la Ley de Economía Sostenible, y al propio paro juvenil.
Pero hay que añadir algo más que no se suele decir de los “ninis”. Se presenta como un problema juvenil, sin señalar que la juventud no existe, existen los jóvenes. Es decir, el hecho de que un grupo de la población tenga la misma edad dice poco sobre ellos, más allá de que se les plantean ciertos problemas. Si miramos la Tabla 1, apreciamos el porcentaje de “ninis” según el nivel de estudios de los jóvenes y de sus padres. En la primera fila vemos la proporción de ninis entre los jóvenes que no han terminado la ESO. Si el padre no pasa de estudios inferiores, la proporción es del 46%, pero si el padre tiene estudios universitarios, la proporción es del 11%. Si miramos a los jóvenes con estudios post-obligatorios, también es mucho mayor la probabilidad de ser “nini” si los padres no tienen estudios (18%) que si son universitarios (10%). A los jóvenes de orígenes populares les renta menos cursar estudios post-obligatorios (*).
Resumiendo, el origen social cuenta mucho a la hora de ser “nini”, más que la edad. Poner el foco en la juventud en vez de en la desigualdad de clases es una forma de tergiversar el debate público, pues se presenta como problema juvenil lo que es una desigualdad de oportunidades según origen social. Parece que preferimos pensar que tenemos problemas juveniles en vez de pensar que los jóvenes, según en la familia que nazcan, tienen oportunidades muy diferentes. Con los años se deja de ser joven, pero no se acaba con las clases sociales.
Tabla 1. Porcentaje de jóvenes (16 a 29 años) que ni estudian ni trabajan, según su nivel de estudios y el nivel de estudios del padre
Fuente: Elaboración propia con los microdatos de la EPA II/2009 (módulo de inserción laboral juvenil).
(*) Se considera sólo la categoría de estudios post-obligatorios debido a que entre los 16 y 29 años hay muchas personas que no han finalizado sus estudios.
Autor de este post: José Saturnino Martínez García (@mandarrian)
Fuente: www.debatecallejero.com
http://sociologosplebeyos.com/2012/10/05/lo-que-no-se-dice-sobre-los-ninispor-jose-saturnino-martinez-garcia/
Esa palabra Nini… es altamente despreciativa y discriminante, irrespetuosa y agrégule todo cuanto se les ocurra…
Además hay que añadir que antes, o buscabas un trabajo o no comias. Ahora, incluso las capas bajas , económicamente hablando, de la población; poseen recursos para asegurar la subsistencia de los indivíduos.
Mi abuela tenía 14 hermanos y la familia vivía del campo. O buscabas un sustento pronto o no sobrevivias. Hoy comer no resulta tan caro ni difícil ( en estos paises ) y la gente posee viviendas con más o menos confort ( electricidad, agua corriente, espacio, seguridad ) que antes no habia.
Muchos jóvenes se arreglan para sus gastos con lo que les dan sus padres, ven la posibilidad de encontrar empleo muy difícil y poco gratificante ( en términos de ganancia económica versus pérdida de tiempo libre ), no tienen aspiraciones de formar una familia ya que, a su alrededor, no ven más que familias rotas, no ansian una vivienda propia ya que no les es necesaria y además resultaría prohibitiva y esclavizante.
Son muchos los factores que confluyen en esta situación. La pérdida de oportunidades sociales, la pérdida de valores personales, la pérdida de ilusiones vitales… Son síntomas y productos de una sociedad decadente.
El tema es complejo y cualquier reduccionismo o simplificación del mismo resulta erroneo y tendencioso.
Y sí, el término «nini» es profundamente despreciativo. De hecho cualquier catalogación de una persona o grupo con cualquier término es en sí misma un desprecio a la persona, reduciendo sus peculiaridades y características para confinarlo en unos stándares sociales de fácil asimilación por parte de la masa.
Es como si una vez catalogado de tal o cual manera, alguien dejase de ser único y solo poseyera los rasgos del grupo al que se le asocia. Es una práctica muy común hoy dia. Catalogar, etiquetar, ubicar a las personas en grupos específicos. Reduccionista, ofensivo y estúpido.
Un saludo.
Entonces sin ningún estímulo para vivir, lo mejor para muchos será suicidarse… Después de leer el artículo me inclino a pensar que mejor que todo, e nó nacer…
El «ni ni», es una realidad de estos Tiempos, o sea es una consecuencia.
Para resolverlo hay que ir a «la causa» y mientras no se haga, tendremos millones de «ni ni» y de todas las edades.
Igualmennte todos los padres deberemos trabajar por un mundo dónde no haya más «ni ni», eso es tener esperanza, y «hacer» aunque cueste mucho viendo la realidad que da tristeza, hay que cambiarla!
Un abrazo.-
Cierto, preparémonos entonces para lo peor… Saludos y un gran abrazo.
No, no. No es que no tengan estímulos para vivir ( de hecho uno de los problemas es que tienen demasiados ), lo que no tienen es proyecciones futuras. Son personas que no visualizan un futuro agradable hacia el cual encaminarse. Todo es difícil, todo es costoso ( trabajoso ), todo es insatisfactorio. Viven puramente el presente, el aquí y ahora, sin plantearse el mañana.
El mundo de hoy, en estas sociedades, ofrece muchísimos estímulos gratificantes que precisamente distraen la atención de la vida misma. Son sociedades del ocio; hay mil y una manera de llenar el ocio y eso hace que se distraigan, se entretengan con esos estímulos inmediatos en detrimento de los logros más lentos y trabajosos.
Hace 100 años el dia se podía hacer muy largo, sin radio, ni teléfono, ni televisión, ni internet, ni películas. Habia pocas distracciones. La gente pensaba en crear algo, formar una familia, viajar, adquirir una vivienda, progresar…etc. Hoy dia estas sociedades son bombardeos contínuos de entretenimiento.
Tan solo el aburrimiento es productivo. Y la gente hoy, difícilmente se aburre.
Saturación de estímulos falsos e inmediatos. Es el producto de una sociedad que ha cambiado los sentimientos por las sensaciones.
Un saludo.
Los causante son las vitrinas de los negocios capitalistas, mostrando un sin fín de cosas fáciles de obtener mediante la apropiación fácil, que con solo romper el vidrio crees tener y satisfaces tus anhelos falsos que no los puedes obtener en el trabajo honesto y ejemplar que esta escrito en los diferente libros religiosos… Somos culpables los padres que cada día adolecemos de principios éticos y religiosos, porque nos invaden con noticias y patrones netamente materialistas de un falso consumo que nos llevara al abismo muy pronto.., ¿Qué miramos en cualquier película o programa televisivo o radia que no tenga es estigma de lo falso y la mentira…
Tal vez no esté mal que un joven se tome un año sabático luego de terminar sus estudios obligatorios si es que no está decidido sobre estudios superiores, pero si esto se prolonga en el tiempo es preocupante porque comienza a menoscabarse la autoestima, los padres debemos estar muy atentos a esto. Saludos.