MÉXICO Bicicletas defienden su lugar en la jungla del DF Por Emilio Godoy

El transporte en bicicleta empieza a dejar su huella en Ciudad de México.

MÉXICO, oct (Tierramérica) – Juan Longueira, de 56 años, usa la bicicleta del sistema Ecobici tres veces por día, para ir y volver de su trabajo y hacer ejercicio en el céntrico Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México.

«Me parece un buen servicio. La uso en la mañana y en la tarde para moverme a la oficina, y al mediodía para ejercitarme», contó a Tierramérica este empleado de la Secretaría de Educación Pública que se suscribió en septiembre al Sistema de Transporte Individual Ecobici, ejecutado por el gobierno capitalino desde 2010.

Ya hay 32.500 usuarios que han efectuado unos 4,7 millones de viajes. En septiembre, la administración izquierdista lo extendió al barrio de Polanco, en el occidente, con lo que cuenta con 168 estaciones y 2.380 bicicletas en el centro y el oeste de la capital, de unos ocho millones de habitantes.

Pero este éxito plantea muchos retos, como abarcar zonas más populares y lograr una promoción más activa de la bicicleta como medio de transporte.

Ecobici «ha ayudado a cambiar la percepción hacia la bicicleta; eso ha sido muy importante», dijo a Tierramérica la presidenta de la entidad no gubernamental Bicitekas, Areli Carreón. Para ella, el «cuestionamiento» es su viabilidad futura. «Hay que ver si se amplía a otras zonas» de ingresos más bajos, acotó.

Para montar una Ecobici hay que registrarse y pagar un monto anual equivalente a unos 30 dólares. Eso da derecho a una cantidad ilimitada de trayectos de 45 minutos durante 12 meses. Si se sobrepasa ese tiempo, hay que pagar entre 70 centavos y dos dólares, dependiendo del lapso utilizado.

Una razón del progreso de Ecobici es el subsidio estatal que recibe, de unos siete millones de dólares, y que de hecho supera el presupuesto público destinado promover el uso general de bicicletas.

La filial mexicana de la transnacional estadounidense Clear Channel Outdoor es la concesionaria del servicio. Con su línea de bicicletas Smartbike, promueve iniciativas similares en ciudades de España, Francia, Noruega, Italia y su país de origen.

Además, el gobierno capitalino tiene un programa de préstamo de bicicletas en Paseo de la Reforma y ha construido estacionamientos para que cualquier ciclista coloque su aparato.

En total, las autoridades estiman que diariamente se realizan más de 120.000 viajes en dos ruedas en esta ciudad.

La promoción de las bicicletas se enmarca en el Plan Verde que el gobierno de la capital adoptó en 2008, e incluye el tendido de ciclovías, carriles confinados para ciclistas que cubren 6,8 kilómetros, y una ciclopista de 60 kilómetros entre el sur y el oeste de la ciudad.

En Culiacán, municipio situado al noroeste de la capital, la bicicleta ya «es una nueva forma de recreación y se ha vuelto un símbolo de identidad de la ciudad», dijo a Tierramérica el arquitecto Juan Rojo, activo ciclista desde 2008.

En esa urbe de 675.733 habitantes, hay 9.000 personas que se trasladan en bicicleta. Y el gobierno municipal proyecta construir 30 kilómetros de ciclovías. «Es una referencia posible de alternativa de transporte», dijo Rojo, director general de la asociación Ciclos Urbanos.

Desde 2009, Ciclos Urbanos organiza el primer martes de cada mes la Ciclonoche, un recorrido nocturno de siete kilómetros y una hora de duración, del que ya han participado 14.000 personas en Culiacán.

Para mostrar los efectos benéficos de reemplazar el transporte automotor por la bicicleta, la entidad estima que en esos paseos se ahorraron 8.000 litros de gasolina y se evitó la emisión de 21 toneladas de dióxido de carbono.

Una evaluación del no gubernamental Centro de Transporte Sustentable de México (CTSEmbarq) sostiene que los usuarios de Ecobici tienen una mayor tendencia a dejar el automóvil en casa y que el medio más sustituido es el microbús, una de los seis tipos de transporte público existentes en la capital.

La entidad estudiará el impacto de Ecobici en la calidad del aire, puesto que su uso implica el abandono de transportes contaminantes.

Lo que se necesita es «un sistema integrado de transporte, con diferentes modalidades y estacionamientos sostenibles», sugirió Hilda Martínez, gerenta de calidad del aire y cambio climático del CTSEmbarq, que depende del Instituto de Recursos Mundiales (WRI), con sede en Washington.

La Secretaría de Medio Ambiente y el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanosorganizaron una encuesta entre 1.000 usuarios de Ecobici, cuyos resultados se publicarán en noviembre.

Hay que evaluar «si Ecobici es idónea para promover el uso de la bicicleta. Lo que decimos es que no es la única opción para promover el ciclismo urbano. No es indispensable una infraestructura en cada calle o un carril confinado», planteó Carreón.

El gobierno prevé que el programa concluya este año con 4.000 bicicletas, 275 estaciones y unos 87.000 usuarios, además de 42 kilómetros de ciclovías.

Para 2013, la expectativa es sumar otros 35 kilómetros de recorrido con la ampliación a barrios alejados del centro, en el sur y el oriente.

Algunos, como Rojo, sugieren adoptar un verdadero sistema de bicicletas públicas, con pago de abono o de trayecto individual, que se convierta en un transporte público individual.

Para Martínez, «lo ideal sería invitar a otro socio que financiara el programa, porque puede ser autofinanciable».

Como usuario, Longueira pide más promoción. «Hay compañeros míos que no lo conocen», comentó mientras devolvía la bicicleta.

* Este artículo fue publicado originalmente el 6 de octubre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=101694

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