Expertos japoneses y ecuatorianos instalarán la próxima semana en la nación andina un aparato de alta sensibilidad para medir el campo magnético de la Tierra, informaron hoy responsables del proyecto, en el marco del Taller sobre la iniciativa internacional sobre clima espacial.
Como parte del proyecto llamado Magdas, los científicos colocarán el instrumento de medición a 40 kilómetros al norte de Quito, en la localidad de Jerusalén, donde se levantará próximamente el Observatorio Astronómico de la capital ecuatoriana, dijo su director, Ericson López.
«No se han hecho en Ecuador mediciones del campo magnético», informó López, quien explicó que en la zona ecuatorial «existen ciertos fenómenos anómalos que son muy interesantes de ser estudiados».
El aparato se añadirá a una red de 68 magnetómetros, la mayor de este tipo, que ya recogen datos alrededor del mundo, según indicó el experto japonés George Maeda, encargado del proyecto, quien participa en Quito en la reunión de expertos en temas espaciales, que se inauguró hoy y concluirá el próximo viernes.
Se trata de un instrumento «muy sensible», uno de los mejores de su tipo, con un costo de 40 mil dólares y un peso de 25 kilogramos, de acuerdo con Maeda, quien explicó que su instalación tomará alrededor de cinco días.
López explicó que con los datos arrojados por el aparato se podrá analizar el comportamiento y la variación de lamagnetósfera, que es el escudo protector de la Tierra, «gracias al que existimos».
«Si la magnetósfera disminuye, pasarían los asteroides», entre otros efectos, y se destruiría la vida, dijo López durante el taller organizado por Naciones Unidas y el Gobierno ecuatoriano, que congrega a alrededor de 80 investigadores mundiales en el área de ciencias espaciales.
En la cita, los expertos, entre ellos de la NASA, analizarán los avances en sus estudios sobre la atmósfera, el campo magnético, la influencia del sol sobre la Tierra y las afectaciones sobre la vida, entre otros temas, que están basados en la información aportada por unos 150 instrumentos de diversos tipos instalados alrededor del mundo.
Esos análisis, explicó López, abordan las variaciones del clima y el planeta, y sirven para planificar el futuro de las ciencias espaciales, estudios físicos, astronómicos y solares.
En la cita se analizará, asimismo, el soporte de Naciones Unidas y de agencias espaciales como la NASA para consolidar este tipo de estudios.
«Aquí es donde se decide el futuro de las ciencias espaciales», apuntó López, al señalar que el clima espacial «es un sistema muy complicado de estudiar» y está principalmente ligado a variaciones del Sol.
Indicó que en los últimos cinco años ha habido «ciertas anomalías» ligadas con la disminución de la radiación solar, pues no es «la cantidad que se esperaba» y añadió que a mediados del próximo año habrá un pico de radiación que no será «tan alto como en épocas pasadas».
«Estas variaciones provocan alteraciones en el clima de la Tierra, en la magnetósfera», indicó al comentar que no hay aún explicación científica contundente para el fenómeno, que ya ocurrió en el siglo XVIII.
gpdm
EFE
eluniversal.com.mx
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