Dieciocho años después del fin del apartheid, Sudáfrica sigue registrando importantes desigualdades económicas entre negros y blancos, como ha quedado de manifiesto en su último censo, que sitúa los ingresos anuales de una familia de raza blanca seis veces por encima de los de otra de raza negra.
El censo correspondiente a 2011 cifra en 52 millones el número de habitantes de Sudáfrica –siete millones más que hace una década–. De este total de población, un 79 por ciento es de raza negra, lo que mantiene a este colectivo como mayoritario en un país que aún arrastra marcadas diferencias.
De media, cada año un hogar de la minoría blanca ingresa 365.000 rands (unos 32.500 euros), lo que les sitúa por encima de los indios, que suman anualmente 251.000 rands (22.400 euros), y los negros, cuyos hogares ingresan 60.600 (5.400 euros) de media, según datos recogidos por la radiotelevisión pública británica BBC.
El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, ha lamentado que la población negra siga estando a la cola en cuestión de ingresos.
Zuma ha declarado que, pese a los “grandes avances” logrados desde el fin del apartheid, la mayoría negra sigue sufriendo como ninguna otra comunidad “la pobreza, el desempleo y la desigualdad”. “Queda mucho por hacer para mejorar la vida de nuestra gente, especialmente en cuanto a las importantes disparidades que persisten entre ricos y pobres”, ha añadido.
El censo dibuja una Sudáfrica lastrada por el desempleo, con una tasa cercana al 30 por ciento.
LibreRed
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