Suena como una película de Kung Fu, pero un dúo de padre e hijo de la provincia de Henan en China, utilizó artes marciales para dar una paliza a casi tres docenas de matones que irrumpieron en su casa y atacaron a su familia en un intento de forzar la salida de su propiedad y demoler su casa.

Al parecer, los dos habían entrenado artes marciales desde que eran niños. Por esto, los matones, quienes fueron ordenados por Xu Shaoying, secretario local del Partido Comunista Chino (PCCh) para forzar a la familia a abandonar la casa, se llevaron una sorpresa.

El presunto video de la derrota, muestra las consecuencias de la defensa del padre y del hijo. Dicho video fue subido al sitio chino Youmaker.com desde el pueblo de Chengliu en Bazhou ciudad de Henan.

El vídeo no mostró el combate, sólo los matones tirados en el suelo cerca de la entrada. Algunos se sostenían la cabeza como si sufrieran una lesión grave, mientras que varios se quedaron afuera insultando a la familia.

Shen Yanming, el padre, dijo a La Gran Época: «Los funcionarios locales del PCCh vendieron todos los terrenos disponibles en el pueblo y ahora tienen sus ojos puestos en los predios de las casas de más de 30 familias, incluyendo la mía».

Los funcionarios trataron de obligarlos a firmar documentos para entregar la propiedad del inmueble a la oficina local del PCCh, pero ellos se negaron, dijo Shen

«Se ordenó entonces, a decenas de personas trataran de entrar en la casa de mi hijo todos los días. Estas personas bloquearon la entrada y nos amenazaron con un lenguaje abusivo», continuó Shen.

Zhang, el hijastro de Shen Jianzhong, le dijo a La Gran Época el jueves que el jefe de la aldea local del Partido Comunista, Xu Shaoqing, dijo a decenas de familias a finales de octubre que sus casas serían demolidas, indicando que tenían que ser desalojados para el desarrollo de la tierra. Xu, sin embargo, no ofreció a las familias ningún documento legal para firmar.

Después de que las familias se negaron, Xu ordenó a algunos hombres de la localidad tirar petardos y ladrillos en las casas de los aldeanos, rompiendo sus ventanas y puertas, a la vez que eran insultados, dijo Zhang.

El 29 de octubre, unos 30 hombres no identificados intentaron traspasar la casa de Shen y uno de ellos le dijo a la mujer: «¿Está usted de acuerdo en demoler su casa o no?», pero ella se negó. Entonces el hombre le respondió con rabia: «¡Usted estará de acuerdo cuando le diga que lo haga! ¡Deje de molestarme con esas tonterías!»

Luego, algunos de los hombres agarraron a Zhang y le propinaron puñetazos y patadas, y cuando atacaron al padre y al hijo, llevaron a siete de ellos, dijo Shen Yanming. Añadió que cuando los hombres salieron corriendo, ellos no los persiguieron.

Pero al día siguiente, más personas se reunieron frente a la casa, los insultaban y no permitían que salieran. Un día después, más de 50 personas y varios carros sitiaron la casa. «Llamé a la policía y me dijeron que ellos tenían derecho de hacer lo que quisieran. Nadie se preocupaba por nosotros «, dijo Zhang a La Gran Época.

Finalmente, la familia de Shen se vio obligada a abandonar su casa después de varios días.

«Nadie en la familia se atrevió a salir durante dos días. Estos matones estropearon nuestra vida. Pido a todas las personas justas en la sociedad para que nos ayuden. Por favor, ayúdennos «, dijo Shen Yanming.

Otras familias en China no fueron tan afortunadas como los Shens, porque las autoridades locales de todo el país obligaron a muchas familias a abandonar sus hogares y confiscaron sus tierras para construir nuevos edificios. Muchas veces, estas familias se quedan con poco en términos de compensación del gobierno. Esta práctica es criticada por grupos de derechos internacionales, entre ellas Amnistía Internacional.

«La forma en que estos funcionarios intimidan a civiles es peor que los soldados japoneses durante la segunda Guerra Mundial», dijo Zhang

Amnistía dijo en octubre que los desalojos forzados con violencia en China aumentaron en los últimos dos años, y agregó que estas expropiaciones de tierras se hacen para compensar los déficit de presupuestos locales.

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