Un hombre fue visitado en sus sueños por extraños mensajeros que lo persuadió para llevar a cabo una aventura que algunos nostálgicos continúan hoy en día.
Familia Koyle, circa 1910
El gobierno de Utah parece tomar como una parte más de su patrimonio turístico la historia de la montaña mormona de los sueños, una leyenda del siglo XIX que involucra a un famoso predicador y profeta, el cual parece que pudo haber hecho su fortuna gracias a los sueños que la mina le entregaba –claro, si hemos de creer en leyendas.
Esta empieza con John H. Koyle, quien en 1894 tuvo un sueño donde era visitado por un visitante de otro mundo. El visitante lo llevó a una alta montaña al este de la casa de Koyle, mostrándole el interior de la montaña y explicándole los diferentes minerales que contenía, así como sus propiedades. La montaña estaba llena de tesoros de civilizaciones antiguas y desaparecidas.
Koyle recibió la orden de abrir una mina y extraer oro para el bien de “su” gente. El sueño se repitió tres veces, y Koyle lo obedeció al fundar en 1909 la Compañía Minera Koyle. Gracias a sueños posteriores predijo lo que pareció ser la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión de 1929; en sus visiones supo de “carruajes sin caballos”, sumamente veloces, además de otros detalles concernientes a la construcción de la mina, como ductos de aire, salidas de emergencia y túneles de drenaje.
Placa puesta sobre la mina en honor a los dos “mensajeros” que lo visitaron.
En 1910 se ordenó obispo en la fe mormona, y sus intereses en la industria de extracción minera no pasaron desapercibidos para la cúpula de la iglesia, quienes en una inspección cercana no pudieron encontrar ni metales ni evidencia de que la mina valiera absolutamente nada. La Iglesia Mormona atacó duramente a Koyle y le quitó su puesto en la jerarquía eclesiástica. En un extraño episodio, Koyle negoció retractarse de sus declaraciones y sueños, sólo para volver a defenderlas vehementemente poco después, por lo que fue excomulgado de la iglesia Mormona en 1948 y moriría al año siguiente.
La “Mina de los Sueños”, como aún se le conoce en Utah, continuó buscando tesoros por otros 23 años luego de la muerte de Joyle. Una compañía minera continuó los trabajos, que aún no han encontrado el anhelado rastro de civilizaciones antiguas en su interior.
[Utah.gov]