Zygmunt Bauman en la introducción de su obra Vida de consumoe scribía que: “La característica más prominente de la sociedad de consumidores –por cuidadosa que haya sido escondida o encubierta– es su capacidad de trasformar a los consumidores en productos consumibles” (2007: 26). El autor hace énfasis en cómo nuestros cuerpos son una mercancía sin siquiera notarlo, claro ejemplo son las páginas web que ofrecen a la pareja “perfecta”, solo hay que buscar bien, y si no hay suerte, seguramente en la siguiente página podrá haber alguien que tenga las características que buscamos; un lindo rostro, una gran figura y por qué no, wi-fi o bluetooth. Vendemos y ofrecemos nuestro cuerpo (o una idea de este) en este mundo de consumo.
El día de hoy, en la nota “Lo importante de la clonación terapéutica es lo que viene”,me llevó a pensar como la clonación –a pesar de que no funciona como lo plasman las películas de ciencia ficción– podría hacer del cuerpo humano una mercancía (literalmente) y como, lo vislumbrado por Bauman en su obra mencionada anteriormente, puede caer en un punto en que el cuerpo –fisiológicamente hablando– sea visto meramente como un mercancía más, al cual se le puede explotar y sustraer lo que se requiera (de manera distinta a la cual ya se realiza, a través de la fuerza de trabajo); es por eso que el texto aquí escrito tiene como fin reflexionar sobre la temática de clonación, exponiendo así, algunos puntos de vista sobre este tópico desde una perspectiva ética.
La posibilidad de crear un ser humano, a pesar de los tintes negativos que se le ha dado desde el ámbito religioso, por considerarse como un desafío a “Dios”, no ha imposibilitado los avances sobre esta rama, por otro lado, la perspectiva de las organizaciones sociales, ha girado en torno a una regulación en cuanto a la clonación humana, lo cual se puede ver de manifiesto en la siguiente cita:
El Pacto adicional al Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y la Dignidad Humana en relación con la aplicación de la biología y la medicina sobre la prohibición de clonar seres humanos, suscrito por el Comité de Ministros del Consejo de Europa el 6 de noviembre de 1997,prohibió en su artículo 1o. “cualquier intervención que tenga por objeto crear un ser humano genéticamente idéntico a otro, ya sea vivo o muerto. Genéticamente idéntico a otro ser humano significa -precisa el mismo numeral- compartir con otro la misma carga nuclear genética’’ (Solórzano s/a:151).
De igual forma:
La resolución del 7 de septiembre de 2000, el Parlamento Europeo consideró que ‘‘la clonación terapéutica que implique la creación de embriones humanos con fines de investigación plantea un problema profundo y franquea una frontera sin retorno en el campo de la investigación’’, por lo que solicitó a la Unión Europea que promoviese ante la Organización de las Naciones Unidas ‘‘una prohibición universal y específica de la clonación de seres humanos en todas las etapas de su desarrollo’’ (ibíd:152)
Los estudios sobre clonación humana tienen dos fines principales, lograr crear otro ser humano y la llamada clonación terapéutica, esta última se basa en crear un embrión, para así extraer un órgano que sea necesario para salvar una vida. Por su parte “la Academia Nacional de las Ciencias, organismo privado que asesora al gobierno en temas científicos, ha propuesto que se autorice la clonación terapéutica”. (ibíd:153), la cual parte desde un punto de vista médico-científico. Mientras que, en la cuestión ética, existe un debate, el cual comienza con la consideración que debe tener un embrión. Luis de la Barreda Solórzano citando a Aznar, aporta que: la intención de crear embriones humanos para después destruirlos convierte a la clonación terapéutica en
…un medio por el que unos seres son creados exclusivamente para provecho de otros. Un abuso de los más fuertes sobre los más débiles, una disposición de unos por otros, contraria a la igualdad ontológica y de derechos de todos los seres humanos. Así pues, destruir a unos seres humanos para salvar a otros parece algo contradictorio y opuesto a la pretendida finalidad humanitaria con que se quiere justificar la clonación terapéutica. (ibíd:155, 156)
Por otro lado -refiriendo al miso texto de Luis de la Barreda- la filósofa española Blanca Castilla menciona que ‘‘cuando hay vida humana individualizada allí hay persona en sentido constitutivo’’. Mientras que Santos Cifuentes apunta: ‘‘Se ha dicho (del embrión) que es algo más que un tejido, pero algo menos que una persona como sujeto de derecho’’, finalmente San Agustín plantea que, “según la ley, el aborto no puede considerarse homicidio ‘porque aún no se puede decir que haya un alma viva en un cuerpo que carece de sensación, ya que todavía no se ha formado la carne y no está dotada de sentidos’’
En suma “si seguimos estos razonamientos, habríamos de aceptar que el embrión humano no es precisamente un ser humano sino, más bien, una expectativa de ser humano o un ser humano en formación” (ibíd:158). Sin embargo, la duda generada es: ¿es ético crear otro ser solo para salvar a otro?
Actualmente vivimos en una era donde la tecnología ha llegado a tener tanta importancia, que parecería que supera a la propia vida humana; mucho de esto va de la mano con el estilo de vida que ahora tenemos, no nos interesamos muchos por los demás, vivimos en un hedonismo individualista, donde zacear nuestras necesidades y ser felices a costa de los demás es la visión de vida. A esto, cuando hablamos de crear otro ser, para que simplemente cumpla la función de una maquina o que cumpla un servicio, hace reflexionar sobre ¿qué tan distinto es una vida de un celular?, ¿qué tan diferente es una vida que un auto?, o algo que compremos; el lograr en algún momento de la historia manipular y tener la capacidad de crear vida humana sin duda es un gran avance para la ciencia médica, pero esta gran capacidad intelectual y tecnológica, conlleva así mimos a una gran responsabilidad y si un ser, se crea solo para cumplir una función de mercancía –por más buena que sean la intención– lleva a una deshumanización.
Qué pasara después si no existe un debate ético sobre este tema, ¿en donde puedan emanar propuestas y mejores perspectivas sobre el tema?, si esto se llega a generarse, podríamos caer a una visión hollywoodense donde los humanos sean creados para fines específicos (refacciones para otros cuerpos, soldados, que si llegan a morir no serán vistos como una perdida como tal). No podemos olvidar que un gran “avance” debe ir acompañado de una dialogo ético, sino, caeremos en un objetivo meramente competitivo, donde el superar la tecnología o la capacidad de otros se convertirá en la única finalidad, sin importar las consecuencia que puedan devenir a la sociedad, las cuales pueden ser, el llegar a considerar una vida como un simple artículo de venta en este mundo hiperconsumista y enfermo de “avances” tecnológicos, donde la parte humana ha quedad en un segundo plano.
Artículo de Gustavo Bravo Rubio, visto en reeditor.com
Bibliografía
SOLÓRZANO, L. D. (s/a). LOS DERECHOS HUMANOS Y LA CLONACIÓN HUMANA. Recuperado el 17 de 05 de 2013, de Biblioteca Jurídica de la UNAM: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/1/478/10.pdf
http://sociologosplebeyos.com/2013/06/07/clonacion-humana-el-cuerpo-humano-como-mercancia/