De acuerdo con el análisis de Tyler Burden en la página de crítica económica estadounidense Zero Hedge, la entrada en fase de pruebas, anunciada en noviembre para el mes de mayo, ha sido precipitada ante la caída en la cotización del rublo y, en los últimos días, también del yuan chino.
Otros bancos involucrados son Gazprombank, Rosbank, Alfa Bank y el Banco Ural para la Reconstrucción y el Desarrollo, además del segundo del sector ruso, VTB.
Recientemente, la dirección de este último banco había multiplicado sus llamados a la autosuficiencia del sistema bancario ruso y a cortar lazos con el dólar estadounidense, según informes del diario económico Vedomosti.
En el mes de septiembre, las autoridades rusas alertaron sobre menciones occidentales de la posibilidad de excluir a Rusia de la SWIFT, eventualidad que el presidente de VTB, Andréi Kostin, calificó de “punto de no retorno”, tras el cual todo diálogo entre Rusia y Occidente sería imposible.
Aludiendo a la experiencia de Irán, con su escandalosa expulsión de un sistema de pagos internacionales prácticamente monopolístico, Kostin declaró entonces: “No sé cómo se puede bloquear la SWIFT y luego confiar en la cooperación en la lucha contra el terrorismo y el desarme nuclear. Esta es una acción que incluyo en la categoría de extremadamente hostil”.
El giro ruso hacia la autosuficiencia sigue los pasos dados por Irán ante el belicismo occidental.
Irán está dotado desde 2002 de una Red de Transferencia de Información Interbancaria (SHETAB, por sus siglas en persa) que sostiene pagos electrónicos y la red de cajeros automáticos iraní y, desde 2013, de un Sistema de Mensajería Financiera Electrónica (SEPAM, en persa), destinado a sustituir en caso de necesidad los servicios de SWIFT.
Las presiones occidentales para excluir a Rusia de la SWIFT llevaron a ésta a emitir un comunicado en octubre en el que se pretendía “una compañía cooperativa mundial neutral”, si bien pocas líneas después recordaba su sumisión a la legislación de la Unión Europea (UE) para justificar la exclusión política de los bancos iraníes en marzo de 2012.
La SWIFT, con sede en Bélgica y fundada en 1973, es el mecanismo de servicios de mensajería financiera más utilizado en el mundo entero y se encarga de los pagos transfronterizos de más de 10.000 instituciones financieras y corporaciones en 210 países.