¿Cómo es posible que algo tan saludable como la sal se haya convertido en nuestro veneno de cada día?
El refinamiento de la sal hace que esta haya perdido los minerales tan valiosos para nuestro organismo y tenga exceso de cloruro sódico.
El flúor y el yodo artificiales, junto con los conservantes y estabilizantes, añadidos a la sal, hacen que esta sea aún más dañina para nuestro organismo.
Se sabe que la enfermedad es un gran negocio, por eso nos preguntamos si
¿acaso existen intereses económicos que persiguen enfermar a la población?
Deberíamos leer las etiquetas de los productos que vamos a consumir y comprar aquellos que contengan sal marina sin refinar.
También nos conviene alejar de nuestra mesa otros productos refinados como las harinas y los arroces.
SI NO QUEREMOS PERDER LAS PROPIEDADES DE LA SAL marina natural conviene echarla después de cocinar, ya que al elevar la temperatura, pierde minerales.