El jueves 11 de agosto Daniel Fitzpatrick, de tan sólo 13 años, decidió poner fin a su sufrimiento. Un mes antes de quitarse la vida escribió unacarta en la que relataba el acoso que había sufrido de varios compañeros de colegio y la falta de acción por parte de las autoridades del centro educativo.
Fue su propia hermana quien descubrió a Danny, como lo llamaba su familia, ahorcado con una correa, en la azotea del edificio donde vivía con su familia en Staten Island, Nueva York. Sus padres encontraron la nota suicida de su pequeño hijo y la dieron a conocer a la prensa local.
El adolescente tomó la determinación ante la desprotección por parte de la de las autoridades del Holy Angels Catholic Academy, situado en en Brooklyn, a las que les había advertido del acoso constante que sufría.
Daniel dice que «rogó y suplicó» al personal escolar, pero ignoraron sus quejas: «Me rendí. Los profesores no hicieron nada. Mrs. Goldrick (la directora) no hizo nada. Les conté a todos los profesores y no hicieron nada, excepto Ms. D’Alora. Es la mejor profesora. Ella me comprendió e hizo algo, pero no duró mucho«, dice el niño en su desgarrador relato.
En el texto además nombra a los compañeros que le estaban haciendobullying y cuenta que se peleó una vez con uno ellos cansado del hostigamiento. «Me acosaron y lo hicieron constantemente», se puede leer en otra parte del texto.
«Al principio estaba bien. Tenía muchos amigos, buenas notas y una buena vida, pero todo cambió. Mis antiguos amigos cambiaron. Dejaron de hablarme y yo dejé de caerles bien. El sexto curso llegó y mi amigo Anthony me falló y yo le fallé a él. Antony la tomó conmigo y me acosó con John, Marco, Jose y Jack. Lo hacían constantemente hasta que me peleé con él. Acabé con un meñique roto», expresó Danny en su hoja de cuaderno.
La familia dio a conocer el texto al diario New York Daily News para denunciar lo ocurrido. «Daniel ha tenido que morir para ser escuchado. Hay algo que no funciona en los adultos con poder para que un niño no pueda acudir a ellos en busca de ayuda», expresó su madre, Maureen.
Según detalló el padre de Danny al citado medio la directora del instituto, Rosemary McGoldrick, le había dicho que no era «un buen ambiente» para su hijo y que lo mejor para él era cambiarlo de centro educativo.
En un video, la familia agradeció los mensajes de cariño recibidos y lanzó un mensaje a los padres «de los chicos que atormentaron a su hijo» y a los que calificaron de «pequeños monstruos». «Espero que nunca tengan que sentir lo que está pasando mi familia», dice el padre entre lágrimas.
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