www.prosveta.com
«El agua, debido a su gran poder de absorción, se carga de impurezas al circular por la tierra y en la atmósfera. Pero la naturaleza ha previsto ciertos procesos para su purificación. Estos procesos son de dos clases. En el primero, el agua se filtra en el suelo: ahí en la oscuridad, atraviesa diferentes capas y deja sus impurezas a su paso; poco a poco se vuelve clara y cristalina, y un día brota de nuevo como agua de manantial. En el segundo, se produce la evaporación: calentada por los rayos del sol, el agua se eleva por la atmósfera, y se purifica con su misma evaporación. Más tarde, vuelve a caer sobre la tierra en forma de rocío o de lluvia aportando vida a la vegetación y a todas las criaturas.
Para los humanos, existen también dos métodos de purificación. Si llevan una vida opaca, prosaica, pasional, deberán purificarse hundiéndose en el suelo en donde serán sometidos a fuertes presiones; es decir que pasarán por pruebas, sufrimientos. Pero los espiritualistas eligen conscientemente el segundo método: saben que si se exponen a los rayos del espíritu, se volverán más ligeros, se elevarán y se impregnarán de partículas más luminosas que les purificarán y les santificarán.»
***