Miles de personas se manifestaron este viernes en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo para exigir al Gobierno de Egipto que cumpla con las reformas prometidas tras el derrocamiento de Hosni Mubarak y para que se traspase el poder de las autoridades militares a otras de carácter civil.
“No se ha cumplido ninguna de las demandas de la revolución”, estimó uno de los manifestantes, Ibrahim Ali, de 38 años de edad.
Por su parte, un religioso encargado de dirigir la tradicional oración musulmana del viernes en la plaza de la revuelta que derrocó a Mubarak el pasado 11 de febrero, afirmó que “sería indigno para el pueblo egipcio olvidar las promesas de la revolución”.
Entre tanto, el portavoz del Movimiento 6 de Abril, Ramy Al Sewisy destacó la necesidad de poner fin a los juicios militares a civiles, que han aumentado en los últimos meses, y de satisfacer las demandas de transición democrática para garantizar el triunfo de la revolución.
Entre el pasado 28 de enero y el 29 de agosto, los tribunales militares procesaron a casi 12 mil civiles, seis veces más de los cerca de dos mil que pasaron por sus salas en los últimos veinte años, según cifras difundidas esta semana por la Justicia militar egipcia.
El Ejército egipcio reconoció en un comunicado publicado en su página de Facebook, “el derecho de manifestarse pacíficamente” pero advirtió que respondería “con la mayor severidad y la mayor determinación” a cualquier tipo de violencia.
“No nos van a amedrentar”, señaló Hossam Mustafa, uno de los participantes en la marcha, en la que no faltaron carteles contra Mubarak y sus hombres de confianza.
Esta manifestación en la emblemática plaza de la revuelta fue convocada por organizaciones laicas y de izquierda, sobre todo por movimientos juveniles. Sin embargo, según agencias internacionales, ha sido boicoteada por la organización de los Hermanos Musulmanes y por otros movimientos islamitas.
Las fuerzas de seguridad se movilizaron para poner fin a las protestas y desplegaron a policías en la plaza.
Los activistas laicos temen que la celebración de elecciones legislativas fijadas para noviembre próximo favorezca a los islamitas y dirigentes del antiguo régimen, por lo que pidieron una revisión de la normativa electoral.
En un intento de calmar el descontento de los egipcios, el gobierno de transición asegura que “ya no hay presos políticos” y el Consejo Militar de las Fuerzas Armadas, en el poder desde la salida de Mubarak, resalta el reciente indulto a 230 personas por la fiesta del final del Ramadán.
Muchos egipcios creen que aún no se han producido cambios reales tras las manifestaciones contra la administración de Hosni Mubarack en las que murieron unas 850 por la represión de las fuerzas policiales egipcias, según datos oficiales.
Algunos creen que el nuevo gobierno militar está conspirando para quedarse en el poder, luego de las elecciones parlamentarias y presidenciales que el Ejército prometió para fines del 2011.
Miles de egipcios acamparon en Tahrir durante semanas en julio pasado para acelerar las reformas políticas y los juicios contra Mubarak y sus colaboradores por la muerte de manifestantes.
AFP / EFE / Telesur
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