Por: Jiryu Rutschman-Byler,
La idea aquí es que los budistas siempre han evitado la política, ¡hasta que los budistas de izquierda americanos llegaron para destruir el Dharma!
Esta es una fantasía que nos aflige especialmente a los budistas occidentales modernos con una experiencia de vida tan corta del budismo como una fuerza política e histórica. La historia real del budismo en Asia es precisamente una historia de la interacción budista con la política y el poder. Volviendo atrás,¿quién llamaría el rechazo del Buda al sistema de castas «apolítico»? Hoy no habría budismo si no fuera por su deliberado compromiso político.
Mi suposición es que nuestra presunción de que el budismo es una tradición apolítica se basa en una lectura ingenua de partes del código monástico temprano que advierten contra la afiliación con partidos políticos o facciones. Por ingenuo me refiero a tomar los textos como descriptivos de la vida monástica real más que como prescriptivo de una vida monástica ideal – ¡dijeron que no, por lo tanto, no lo deben tener!.
Cualesquiera que sean esas primeras escrituras, debería ser bastante claro que las admoniciones sobre temas hindús pre-modernos sobre la forma de relacionarse con sus gobernantes, no deberían ser la última palabra para nosotros sobre cómo comprometernos de manera sabia con una democracia participativa moderna.
Sea lo que sea que se haya sido dicho en esas primeras escrituras, sea cual sea la palabra que se haya utilizado para «política» y lo que hayan querido decir con eso (para no mencionar si algo de eso es pertinente para los budistas modernos, en su mayoría seglares), debe ser bastante claro que las admoniciones sobre los asuntos hindúes premodernos relacionados con sus gobernantes, no necesitan ser la última palabra para nosotros sobre cómo comprometernos de manera sabia con una democracia participativa moderna.
4. La iglesia y el estado están separados en los Estado Unidos – por lo tanto, las instituciones budistas no deben ser políticas.
Esta versión de la idea de la separación es noble y está sinceramente soportada; odio ser demasiado duro con ella, pero simplemente es imposible estar de acuerdo con nuestro sistema político actual. ¿Se han dado cuenta de cuánto espacio ha logrado la derecha cristiana en las últimas décadas? Las iglesias evangélicas pueden hacer que George W. Bush sea elegido, y de alguna manera, tapando sus narices que aman a Dios, elegir al… “no-tan-piadoso”, Donald Trump, ¿pero los centros budistas ni siquiera pueden decir que no están de acuerdo con él?
Esta objeción legal al budismo politizado no es totalmente infundada – hay efectivamente limitaciones en lo que una organización no lucrativa religiosa puede decir o hacer antes de que pierda su estatus de exención de impuestos del IRS, y hay un terreno minado semántico y financiero del que deben ser conscientes los administradores de las instituciones. Pero la idea de que los budistas deben autocensurarse anticipando las consecuencias legales que la derecha cristiana, o incluso los cuáqueros, apenas han sufrido, es difícil de tragar. ¿Deberíamos trabajar arduamente para convertirnos en la religión más proactiva legalmente obediente de todas?, y ¿quién se daría cuenta o le importaría?
Entonces, ¿qué es una política budista?
Si el budismo no es apolítico, ¿qué política tiene?
¿Se puede decir que hay una política budista correcta?
Sí.
Yo diría que es la política de los preceptos del Bodhisattva, especialmente en su aspecto activo y positivo: Hacemos el voto de «apoyar la vida», no sólo de «no matar»; “decir la verdad”, no sólo “no mentir”; etc. Es la política de la interdependencia, lo que significa que no hay inmigrantes chivos expiatorios, no hay refugiados deshumanizados, no hay grandes muros hermosos alrededor de mi país, mi raza o mi persona. Es la política de nutrir el planeta que nos nutre, no verlo como el regalo de Dios para que los humanos lo escurran. Y así en todos los aspectos. Al menos, esta es la forma como lo veo.
Pero ¿qué es realmente la política budista? ¿El activismo pacifista de Thich Nhat Hanh? ¿El imperialismo sincero del budismo japonés de principios del siglo XX? ¿El nacionalismo budista birmano militante?
¿Qué dices tú? ¿Qué dicen en tu centro, en tu templo?
El budismo no es apolítico. Con amor en tu corazón, sin alienar a nadie, actúa ahora. Actúa con claridad. Mira, si alguien está alienado. ¡Habla! ¡Habla otra vez! Da la cara por algo. Sigue los preceptos e insiste en ellos. Honra la interdependencia e insiste en ello. Defiende a los vulnerables. Levántate por ti mismo. No te equivoques, aunque no pueden hacerlo bien. Haz el voto de resistir a Trump y de resistir sin odio.
Un versión más mordaz de este artículo apareció por primera vez en el blog no Zen en Occidente.
https://www.lionsroar.com/isnt-buddhism-supposed-to-be-apolitical/
Traducido por: Sanriki Jaramillo
Imagen:
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¿Se supone que el budismo debe ser apolítico? (segunda y última entrega).