¿Es posible vivir sin productos fabricados en China? La familia que lo hizo durante un año y este fue el resultado

Terminal Automatizada de Contenedores de Qinzhou del Puerto de Beiwan, una de las más grandes del mundo.
Terminal Automatizada de Contenedores de Qinzhou del Puerto de Beiwan, una de las más grandes del mundo.Getty

  • Una periodista estadounidense y su familia se propusieron de vivir durante un año sin adquirir productos hechos en China, y la experiencia fue «agotadora, incómoda y cara».
  • China produce «la mayor parte de todos los bienes de equipo, de los barcos o de los componentes industriales y electrónicos que emplea la industria y las grandes multinacionales».

Vivir sin productos made in China. Quizá pueda parecer un reto fácil; otros pensarán que es imposible: ¿por qué opción apuestas? Sara Borgiorni, una periodista estadounidense y su familia, hizo la prueba durante un año y los resultados fueron sorprendentes, pero más aún si tenemos en cuenta que el experimento se realizó en 2005. Imagina lo que será ahora en 2024, de ahí que sea doblemente interesante verlo con una perspectiva de casi 20 años.

China ha ido creciendo a un ritmo increíble y hoy es ya una potencia comercial, económica y militar, la segunda, acercándose a EEUU y la primera por paridad de poder adquisitivo. Sobre todo tienen fama por lo primero, pero la tenían por producir cosas de bajo valor y copias. Es cosa del pasado y ahora fabrican de todo, sí, desde aún productos típicos ‘todo a cien’, pero también la tecnología más puntera y nada de copias, porque son ya la primera potencia en patentes.

El reto de una familia americana

La periodista plasmó esta experiencia, veremos si también odisea, de un año, en el libro A Year without Made in China (Un año sin made in China) y del que habla Julio Ceballos, experto en mercados y negociación, y que lleva viviendo casi esos 20 años de margen en China, en su libro sobre el gigante asiático Observar el arroz crecer.

«La experiencia fue agotadora, incómoda y cara», reconoce la periodista. La dependencia de los productos chinos era tal, que la supervivencia dependió de mantener los que ya tenía o arreglar los que se estropearan, aunque normalmente sin éxito. Borgiorni califica la experiencia como propia de cuando vas de acampada, es decir, muy alejado de la comodidad de un hogar con todo lo necesario.

La principal reflexión es que si esto ocurría ya en 2005, casi que no vale la pena hacerlo en 2025 porque el resultado será igual o peor. Si antes se fabricaba de todo en China, pero se podía elegir, hoy en día muchos productos de todo tipo se fabrican solo en China. Lo tienes fácil: mira en tu casa el origen de cualquier utensilio, prenda, producto tecnológico y, si es chino, intenta buscar una alternativa fabricada en otro país.

Como apunta Ceballos en el libro, incluso aquello que no está fabricado íntegramente allí, tiene componentes hechos en China, muchas veces solo disponibles también allí, como pasa con la tecnología que usamos a diario. Sin los componentes chinos, no tendríamos móviles, ni televisiones, ni portátiles o electrodomésticos, aunque algunos estén fabricados en otro país.

Otra muestra de la dependencia con China: la Navidad

Cinco años más tarde, en 2010, se estrenó un documental con la misma temática, en este caso centrado en la Navidad: ¿Podría sobrevivir una Navidad sin nada made in China en casa? Otra familia estadounidense, en este caso los Jones, que vivían en Los Angeles, lo hizo pero en este caso con las cámaras como testigos para el documental Xmas without China (Navidades sin China).

«Lo que me da miedo es que nosotros ya no producimos nada. ¿Cuál es, entonces, el lugar de EEUU en la economía mundial?»

El resultado fue igualmente espectacular y traumático: la familia tuvo que cenar bajo la luz de las velas o tener que poner en un árbol navideño un peluche de casi 100 euros en vez del típico del chino que costaba menos de 5 euros.

Lo de traumático comenzó por la propia familia y sus conclusiones: «Lo que me da miedo es que nosotros ya no producimos nada. ¿Cuál es, entonces, el lugar de EEUU en la economía mundial?», confesó Evelyn, la madre. Hay que insistir en el hecho de que era 2010, aunque el experimento había comenzado en 2007, y ahora estamos casi en 2025.

La fábrica del mundo

Es un apelativo que se usa con China que no es nada exagerado. El autor de Observar el arroz crecer enumera el poder productivo y comercial chino, y con «las cotas de calidad más exigentes». «Además de los bienes de consumo diario, China produce la mayor parte de todos los bienes de equipo, de los barcos o de los componentes industriales y electrónicos que emplea la industria y las grandes multinacionales», apunta Ceballos.

China «se picó»

Incluso hoy algún despistado o poco informado puede creer que China es una fábrica de baratijas. Si alguna vez lo fue, el gigante asiático se sacudió ese polvo y ahora es líder o una de las potencias en telecomunicaciones; robótica e inteligencia artificial; equipos aeroespaciales, ferroviarios y navales; maquinaria agrícola; instalaciones energéticas; equipos médicos; nuevos materiales; supercomputadoras, y biotecnología.

https://www.businessinsider.es/finanzas-personales/posible-vivir-productos-made-china-familia-hizo-durante-ano-fue-resultado-1428637

Un comentario en “¿Es posible vivir sin productos fabricados en China? La familia que lo hizo durante un año y este fue el resultado

  1. ¿ Y qué tiene de malo ?

    Antes dependíamos de otros países y lugares que fabricaban las cosas y ahora ése espacio lo ha ocupado China. ¿ Cuál es la diferencia ?

    ¿ Porqué nos molesta comprar televisores, móviles, coches, ropa o juguetes hechos en China y no nos molesta hacerlo con otros hechos en Alemania, Suecia o EEUU ? Si la calidad es buena y el precio también ¿ cuál es el problema ?

    Responder a éstas preguntas es un buen ejercicio de auto aprendizaje y nos puede llevar a conclusiones que no imaginamos.

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