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La respuesta lógica es sí, sobre todo cuando se tiene conocimiento de los cuerpos energéticos y espirituales que nos envuelven e interpenetran, pues al existir una relación estrecha entre el cuerpo físico y sus contrapartes etérica, astral, mental y espiritual, obviamente lo que afecta a un cuerpo, termina afectándolos a todos.
Ahora bien, ¿cuáles son las consecuencias e implicaciones de hacerse un tatuaje, colocarse un piercing e incluso de hacerse una intervención estética?
En primer lugar se está provocando una alteración energética que va a repercutir en toda nuestra aura y hasta en el nivel espiritual, independientemente de que nos tatuemos un dibujo aparentemente inofensivo, un símbolo sagrado, un mandala o el nombre de un ser querido, vivo o muerto.
¿Son positivas o negativas las consecuencias? Eso es lo que trataremos de analizar en los siguientes párrafos.
Los canales energéticos resultan bloqueados
Ahondando sobre el tema, hallé artículos y comentarios de estudiosos, conocedores y practicantes espirituales, e intercambié ideas con otros terapeutas holísticos que han evaluado y percibido -principalemente con radiestesia y aparatos de biomedición- el campo energético de quienes se han colocado implantes estéticos, piercings y tatuajes.
Todos coinciden en que la primera consecuencia se ubica en el cuerpo etérico (vitalidad), el doble que cubre e interpenetra al físico y que absorbe y nos nutre de la energía vital que fluye desde los chakras etéricos y recorre los meridianos de acupuntura para alimentar órganos y sistemas físicos.
Está alteración del cuerpo etérico es semejante a un cambio en las rutas de un mapa, si imaginamos a nuestro cuerpo etérico, compuesto por miles de rutas sutiles, como tal mapa.
Bruno J. Gimenes, en el artículo “Piercings y tatuajes, alterando el mapa del alma”, señala lo siguiente:
“Imagina que viajas por primera vez a una gran ciudad, al entrar en ella te orientas por un mapa de esa región. En ese mapa, encuentras todas las calles y avenidas, encuentras los mejores caminos, los atajos, los puentes, los viaductos, y aunque no entiendas o no conozcas bien el lugar, acabas llegando al destino deseado.
Ahora, procura hacer una analogía con el cuerpo humano en sus aspectos físicos y energéticos. Sus flujos energéticos son los canales por donde fluye la energía vital. Esa energía penetra a través del cuerpo físico, lo abastece y lleva a cabo sus propiedades de energizar, vitalizar y activar las funciones vitales del organismo. Toda esa circulación de energía vital discurre por esos flujos y conductores naturales que poseemos.
Ahora, imagina que ese mapa en que te basabas para llegar a la ciudad tuvo un nombre de avenida alterado, o quien sabe la calle “tal” fue tachada, borrada.
¡Los tatuajes y los piercings actúan de la misma manera! Tachan, borran o alteran el mapa del flujo de la energía sutil que circunda y abastece nuestros cuerpos, por eso la mayoría de las veces, pueden crear alteraciones tan significativas que son capaces de generar desequilibrio en los aspectos físicos, emocionales, mentales y espirituales del individuo. Si profundizamos en ese estudio, veremos que lo que ocurre en el cuerpo físico de una persona se refleja en los campos energéticos (aura) y viceversa.”
La alteración que se genera en el aura varía, según se trate de un tatuaje, un piercing, un implante o una cirugía, aunque en todos los casos se produce un bloqueo del flujo energético.
Tatuajes: nuevo patrón celular y energético
Un tatuaje cambia por completo la configuración aurica, pues el dibujo, imagen o palabra también se graba en el campo energético, generando un “nuevo patrón celular en la persona, haciendo que la vibración vital modifique su flujo y altere su frecuencia, pudiendo ser desviada, drenada o incluso acumulada en aquel punto tatuado.”
Asimismo, la vibración que se produce con el tatuaje atrae energías afines al dibujo o símbolo tatuado y además también se convierte en una especie de hueco en el aura, por el que pueden penetrar energías de otros planos.
Brinda Mair, en canalizandoluz.com comenta que lo que se graba en la piel es lo que el cuerpo etérico lleva consigo y lo guarda para próximas encarnaciones.
“Es muy particular la energía de los tatuajes. No importa la creencia que los lleve a ponerlos sobre el cuerpo: ellos son el signo visible de algo que se carga en el campo energético, ya sea como karma pendiente, ciclo kármico abierto, herida multidimensional o bien seres a los que no se puede dejar partir por no poder ver la trascendencia de la muerte.”
Resulta interesante esta idea, que asocia los tatuajes con el tema del karma y la reencarnación, considerando que en el artículo de Gimenes también se hace tal asociación cuando se menciona que “siendo el alma inmortal la responsable por moldear el cuerpo físico en cada encarnación, es en ella donde reside la esencia divina de cada individuo y donde quedan almacenados los registros de vidas pasadas.”
Para el autor, el esclarecimiento de esta cuestión es importante para comprender que, muchas veces, un problema físico, mental, emocional e incluso espiritual de hoy, tiene origen en el pasado, de esta vida o de otras vivencias pasadas ya experimentadas por el individuo.
Vale tener esto en cuenta si se toma la decisión de tatuarse, pues aunque lo que grabemos en el campo etérico nos parezca agradable hoy, puede ser que más adelante nos disguste o no sea cónsono con un nuevo plan de vida.
En tal sentido, Gimenes relaciona los tatuajes con los miasmas.
“Cabe hablar también de los miasmas, que pueden ser dolencias, marcas, cicatrices de nacimiento, o incluso defectos físicos que tienen origen en vidas pasadas, que a veces se convierten en enfermedades agudas en la vivencia actual del individuo, pues eran cicatrices del alma… Esto muestra que aquello que experimentamos físicamente acaba quedando registrado en el aura y en el espíritu.”
“¿Será que una persona tatuada, no traerá un miasma de un tatuaje ? ¿Y qué consecuencias podrá esto generar? Quizá ninguna, pero solo quizá… Sin embargo, puede ser también que aquel punto donde hubo un tatuaje en el pasado sea una fragilidad en el presente… Que quede bien claro, ¡no son todos los tatuajes los que pueden crear un problema o una debilidad! Estudios radiestésicos comprueban esa teoría, aunque alteración en el flujo natural de la energía habrá siempre, esto es conclusivo.”
Piercings: desconfiguración energética
En el caso de los piercings el efecto primario es un corte u impedimento en el flujo de energía vital por el canal. Lo que asemeja a colocar un obstáculo en una vía de tránsito; obviamente por ese canal no se podrá seguir transitando y habrá que buscar vías alternas para seguir la ruta.
Según Gimenes:
“Las perforaciones en puntos vitales, y el alojamiento de un trozo de metal, conductor de electrones, en partes específicas del cuerpo, (normalmente en la región de los chakras) tienen impactos que a veces llegan a ser groseros, pues actúan como pararrayos. Desconfiguran completamente el flujo energético del ser, alteran las ondas de forma y pueden crear efectos físicos directos e indirectos, según la región y el chakra responsable de ésta que haya sido afectado.”
Buscando en el pasado: práctica tribal
Las anteriores ideas que vinculan los tatuajes con la reencarnación son bastante reveladoras y tal vez sean la explicación para las elecciones que hacen muchas personas que deciden tatuarse.
He escuchado comentarios de quienes eligen tatuajes y piercings, que van desde los simples, como seguir la moda o a los amigos; los que reflejan personalidades excéntricas y exhibicionistas; los más emotivos, como mantener el recuerdo de alguien: padres, pareja, hijos o personajes que admiran; hasta las razones “desconocidas”, como la identificación con un símbolo o dibujo “desde siempre”, según dicen.
Las argumentaciones llegan a lo socio-cultural, con la remembranza de prácticas tribales, considerando que ancestros de muchas tribus y civilizaciones americanas, asiáticas, africanas y hasta europeas han utilizado tatuajes y piercings. Por ello, de forma consciente o inconsciente, se busca perpetuar la práctica.
Si retomamos la relación entre tatuaje y reencarnación, tal vez quien se tatúa o se pone un piercing quiere reiniciar o mantener un vínculo con una vida tribal pasada. Sea como fuere, igualmente se trata de un ciclo kármico abierto, que -para bien o para mal- tendrá sus efectos en esta vida y en las futuras.
Tomado de argosenred.blogspot.com.es
No obstante, hay que reconocer en mi opinión que algunos tattos son magistralmnente obras de arte.