Cuán equivocados viven todos aquellos que siguen creyendo que el amor es un bien gratuito para el ser humano que, como tal, lo es; pero si profundizamos muy pronto comprenderemos que nada es gratuito en la vida; es decir, para todo hay que pagar un precio, sino cuantitativo, sí cualitativo.

El amor se construye, nada es más cierto. De repente, entre un hombre y una mujer puede surgir lo que llamamos afinidad de sentimientos, aunque los mismos, por ambas partes hay que alimentarlos. Puede ocurrir que, de pronto, una llamarada te queme las entrañas ante lo que crees que el amor, pero si pasa el fulgor citado y no ocurre nada más, ahí murió el amor; en realidad, no era amor, era puro deseo que cualquiera lo puede tener.

Dije una vez que una bella mujer me dijo TE AMO y me convertí en un hombre; pero han pasado los años para que juntos, hayamos construido ese mundo de amor e ilusiones.

Amar, como se sabe, no es otra cosa que mirar a la persona amada como la única en el mundo; si entre un hombre y una mujer coinciden ambos sentimientos, es cuando estamos opositando al más bello amor. Pero si lo analizamos, se ha construido un mundo de ilusiones al albur del amor citado puesto que, la pasión se acaba, mientras que el amor fraguado desde el alma, perdura para siempre.

Seamos constructores del amor, en definitiva, edificaremos el monumento más bello del universo sin necesidad de otra materia que los sentimientos bellos de una persona hacia la otra, en este caso, como explico, entre un hombre y una mujer.

Te amo, dije una vez y me valió para la eternidad. Han transcurrido muchas vivencias, años, penurias, desasosiegos, vicisitudes de toda índole pero, como quiera que habíamos puesto los “cimientos” más elementales para la obra que queríamos construir, edificamos un monumento al amor, el que construimos con esfuerzo, con dedicación con respeto, con altura de miras en todos los órdenes para que, muchos, lo quieran tomar como ejemplo.

No existen parámetros para definir el amor; es algo consustancial en el ser humano; o lo entregas a cambio de nada para que la vida te lo de todo, o estás abocado al fracaso. Han pasado los años y ella y yo seguimos construyendo aquello que un día empezamos para que, junto al respeto y la entrega, la vida nos haya sonreído como a nadie.Aquel TE AMO tuyo sigue retumbando en mi corazón, por ello, mediante el respeto, quise guardar semejante tesoro dentro de mi corazón.

No existe mayor fortuna que sentirse amado y, a su vez, mostrar ese amor a la persona que te ama; en definitiva, amor, con amor se paga y yo pude cobrar lo que un día ya lejano entregué. Me queda darle gracias a Dios por lo vivido que, como siempre dije, si le sirve a alguien eso ya será el colmo de la dicha.