Sin prisa todo llega.
Ningún camino se puede acelerar ya que todos los caminos tienen bien marcados sus propios tempos.
La vida no tiene reloj.
El camino hacia la Totalidad corre sin agobios de ningún tipo.
Los procesos profundos son eternos y no están ligados al tiempo y al pensamiento.
Sin planificar nada, todo acontece.
El proceso de cocción de un buen pan no se puede acelerar, lleva su tiempo; cuando se ha amasado convenientemente, cuando además el horno está caliente, entonces el pan se hace, es el pan que alimenta y que además es bonito de ver.