>Todos alguna vez hemos tenido la sensación de que sabíamos que algo iba a pasar, justo antes de que ocurriera. Lo llamamos corazonadas, o presentimientos.
Son una forma de premonición, pero no está referida a grandes acontecimientos, sino a situaciones personales que nos involucran.
Son la suposición de que algo sucederá de determinada forma.
En la cultura popular se habla mucho de los presentimientos.
Se dice, por ejemplo, que el corazón de una madre nunca se equivoca.
Esta afirmación hace referencia a que, aparentemente, las madres son capaces de detectar lo que le conviene o no a sus hijos.
También se habla del “me late”, o del “me huele”.
Esas expresiones tienen que ver con la supuesta posibilidad de que se pueda ver más allá de lo aparente.
“Se leal con tus sentimientos y se leal mucho más con tus presentimientos”.-Luis Gabriel Carrillo-
Los presentimientos están a medio camino entre la intuición y la premonición.
Se supone que actúan como una especie de radar.
Captan de forma imprecisa que va a suceder algo bueno o malo. Que un camino conduce a un final feliz, mientras que otro lleva a grandes dificultades.
También que está por llegar un acontecimiento grato o, por el contrario, una tragedia.
Los presentimientos, ¿existen de verdad? ¿Son tan certeros como mucha gente afirma?
Testimonios que hablan de presentimientos
Ivan Tozzo es el vicepresidente de Chapecoense, un equipo de fútbol brasileño que en 2016 protagonizó un terrible accidente aéreo en Colombia. Como miembro directivo del conjunto, una de sus obligaciones era acompañarlos en los partidos de la final sudamericana de clubes.
Sin embargo, antes de embarcar el avión que luego se siniestró, Tozzo tuvo un presentimiento.
Decidió no viajar, sin saber por qué. Esa decisión le salvó la vida.
Un exguerrillero de El Salvador, llamado Francisco Cerquera, cuenta que una noche le fue encomendada la vigilancia de la zona sur en su campamento.
A diferencia de otras veces, en esta ocasión sintió miedo.
Tanto, que inventó un fuerte dolor de estómago para ser relevado de su tarea, la cual asignaron a otro combatiente.
Esa misma noche el ejército los atacó precisamente por el lugar en donde él se negó a hacer la vigilancia.
En las redes sociales, una madre, de nombre Martha Fernández, cuenta su experiencia.
Dice que su hijo llegaba a casa tarde en la noche, pero no siempre a la misma hora. Una vez, aún siendo temprano, ella sintió angustia.
Las horas comenzaron a pasar y su hijo no llegaba. A la madrugada recibió una llamada en la que le indicaban que él estaba en un hospital.
Había sido atropellado.
La madre asegura que había comenzado a sentir angustia una hora antes del accidente.
Seguramente hay muchos otros testimonios de fenómenos similares. ¿Podemos tomar esos relatos como base para afirmar que sí existen los presentimientos?
La ciencia también se ha hecho esta pregunta.
De hecho, también se han realizado varios experimentos para encontrar la verdad.
De todo ello ha emergido un interesante concepto: el de la “actividad anticipatoria anómala”.
La actividad anticipatoria anómala
La Northwestern University, de Estados Unidos, se dio a la tarea de revisar 26 estudios elaborados en diferentes partes, cuyo tema central eran los presentimientos.
Tales estudios habían sido publicados entre 1978 y 2010.
Frente a la pregunta de si es posible tener presentimientos, los investigadores dieron una respuesta contundente: sí.
Según sus pesquisas, hay ocasiones en que los seres humanos, efectivamente, se anticipan a lo que va a suceder.
La clave de todo esto no está en ninguna fuerza mágica, sino que se encuentra en el inconsciente.
Los investigadores indicaron que el inconsciente tiene una información y unos conocimientos mucho más amplios y profundos que los del consciente.
Algunas mediciones fisiológicas indicaron que el organismo responde antes de que el estímulo se haga consciente.
Un estudio de la Universidad de Washington corroboró esto con un experimento en 2005.
La doctora Julia Mossbridge, principal responsable de estas investigaciones, indicó que si las personas están en sintonía con su propio cuerpo, detectan hasta 10 segundos antes una situación de riesgo.
Señala que estos fenómenos no pueden ser considerados como presentimientos.
A esta clase de reacciones las ha llamado “actividad anticipatoria anómala”. Afirma que no es “normal”, en el sentido de que no se aplica a todos los sujetos. En cambio, sí es verificable en laboratorio.
Según Mossbridge, este fenómeno no puede explicarse con nuestro conocimiento actual de biología.
Los instrumentos de medición muestran cambios en el sistema respiratorio, cardiaco y pulmonar, segundos antes de que se produzca un suceso peligroso.
Pero hasta el momento, se desconoce el motivo.
El grupo de la Northwestern University indica que quizás sea posible encontrar explicaciones en la biología cuántica. El estudio fue publicado en Frontiers in Percepction Science.
Aunque no podemos dar crédito a todas las sensaciones y a todos los pensamientos que nos invaden, muchas veces estos son tan intensos que no somos capaces de hacer oídos sordos.
Llamémoslo sexto sentido, intuición o pálpito, bienvenidas sean aquellas sensaciones que nos ayudan o bien a protegernos o bien a disfrutar del momento.