La controvertida organización, legal en España, utiliza una de sus asociaciones pantalla para atraer al profesorado a través de un curso sobre derechos humanos
Entra una persona en un centro educativo y pide permiso para dejar algunos folletos publicitarios junto al tablón de anuncios. Otras veces, simplemente los mete en el buzón. Nada fuera de lo común, ocurre todos los días. Unos son descuentos para un espectáculo infantil, otros anuncian la inauguración de un parque de bolas próximo o de una academia para mejorar el inglés fuera del horario escolar. En esta ocasión, lo que llega es una especie de flyer algo más grande de lo normal y con papel de mejor calidad que ofrece un curso para educar a los más jóvenes en Derechos Humanos. Según ha podido comprobar elDiario.es, varios centros educativos de València han recibido estos envíos.
Lo que nadie sabe, y en ningún momento se especifica, es que detrás de este curso impulsado por la asociación Juventud por los Derechos Humanos, se esconde la Iglesia de Cienciología, un polémico culto ufológico fundado en 1954 por el escritor Ron L. Hubbard y con presencia en València desde 1985. En los centros consultados, ninguno de sus responsables conocía la relación entre ambas entidades.
Aunque hay unanimidad entre los expertos en calificar a Cienciología como una de las sectas destructivas más peligrosas y duras de combatir, en España es totalmente legal. La entidad está inscrita en el Registro de Instituciones Religiosas desde 2007, en cumplimiento de una sentencia de la Audiencia Nacional.
El remitente de los polémicos folletos es, aparentemente, Juventud por los Derechos Humanos (cuyo verdadero nombre es Youth for Human Rights International, YHRI), una asociación que no está registrada en España, lo que no significa que su actividad tenga algo de ilegal. En realidad, detrás de esta acción está la Iglesia de Cienciología. Dado el proverbial secretismo de la organización ‘madre’ —han declinado participar en este reportaje— y que YHRI carece de interlocutor en España, es imposible saber el verdadero alcance de esta campaña.
De hecho, para cualquier contacto, su web remite a la central de la organización, sita en Los Ángeles, mientras que la página oficial de la Iglesia de Cienciología en España no la cita. Los folletos distribuidos en València —y puede que en otros lugares— han sido impresos en Estados Unidos. Cabe añadir que la propia web especifica que los derechos de los contenidos pertenecen a Cienciología y a los herederos de Hubbard, lo que confirma la relación entre esta y YHRI.
El curso
“Todo el mundo tiene 30 derechos humanos. Nadie tiene derecho a usarlos mal” es el gancho que utiliza el folleto para atraer la atención de los profesores. Una vez captado el interés, ofrece —totalmente gratis— un paquete educativo multimedia. Este está formado por una guía para el educador con planes para todo un semestre (incluye tareas para casa) y con contenidos específicos para Primaria y Secundaria.
Además, 24 ejemplares de un folleto con una versión ilustrada de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el documental United, dirigido por la directora de YHRI Mary Shuttleworth que, aseguran, ha sido premiado en múltiples ocasiones, aunque no aparece en ningún base de datos de cine disponible en internet.
Para dar credibilidad al curso, la página web ofrece una serie de testimonios de personas que ha recurrido a los materiales y los valora muy positivamente. Pero dado que no aparece ningún nombre, es difícil pensar que no son totalmente inventados.
Por ejemplo, un presunto Embajador, Representante Permanente y Observador de la ONU para la Unión Africana asegura que la “organización es sumamente elogiable” por llevar a cabo este proyecto; un fundador y director de Amigos de las Naciones Unidas afirma que “Recomendaría vigorosamente Juventud por los Derechos Humanos a instituciones y organizaciones de jóvenes»; y una ministra del estado de educación superior de Ghana añade: ”Me impresionó su pasión por el proyecto“.
Polémica asociación
La situación legal de Cienciología es controvertida ya que en algunos países está considerada como una secta y en otros —como España— tiene rango de religión. El reconocido experto Luís Santamaría del Río, investigador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), es de los que la considera una organización muy peligrosa. “Llama la atención que se presente en ocasiones como una entidad dedicada a la defensa y promoción de los derechos humanos, cuando no se caracteriza precisamente por defenderlos. Si nos atenemos a los centenares de testimonios de exmiembros repartidos por todo el mundo, todos coinciden en describir grados muy elevados de violencia psicológica”.
“Cienciología tiene muy buenas estrategias de marketing, mucho dinero, y un buen número de organizaciones pantallas que utilizan fines aparentemente filantrópicos para hacer llegar su mensaje. Los derechos humanos, en este caso, son el argumento para captar posibles adeptos. La estrategia no es nueva y la han utilizado otras veces: sus sociedades afines les sirven para hacer proselitismo y, posteriormente, es cuando llegan las ofertas de cursos de mejoramiento personal, y los intentos para intentar atraer a la gente hacía Cienciología”, añade.
Santamaría es autor de un estudio publicado por la Universidad de Valladolid titulado, precisamente, Un mapa de la organización de la Iglesia de Cienciología y sus entidades dependientes. “Juventud por los Derechos Humanos es solo una de sus tantas organizaciones, y tiene de muchos tipos para acercarse a distintos colectivos”, explica. La lista no exhaustiva incluye entidades como World Institute of Scientology Enterprises (WISE), dirigida a empresarios; Association for Better Living and Education (ABLE), de carácter social; Applied Scholastics International, también destinada a docentes; o Citizens Commission on Human Rights (CCHR), conocida por sus campañas contra la psiquiatría, su bestia negra. Por otra parte, Juventud por los Derechos Humanos es muy similar a otras iniciativas como Unidos por los Derechos Humanos o a la Comisión de Ciudadanos por los Derechos Humanos.
La secta ‘pop’
Cienciología es una organización religiosa creada en 1954, en California, por el escritor de ciencia ficción Ron L. Hubbard, años después de haber intentado, con éxito, hacerse un hueco en el naciente mundillo de la autoayuda y la superación personal con su libro Dianética: La ciencia moderna del poder mental.
Según el escritor y periodista Eduardo Bravo (autor de libros como Ummo, lo increíble es la verdad o AAA. Del peronismo mágico al caso Almirón), “Cienciología es una secta pop, un producto de su tiempo. Es la suma del clima de la Guerra Fría, el auge de la ciencia ficción, y el nacimiento de la autoayuda y la New Age”. El núcleo de las creencias de Hubbard, explica, “no tiene nada que envidiar a las novelas que escribía. Xenu, el dictador de la Confederación Galáctica, trajo a la Tierra hace unos 75 millones a todos sus enemigos, los metió en volcanes (entre ellos, el Teide), y lanzó bombas atómicas para hacerlos desaparecer”. Pero los espíritus de estos seres —conocidos como Tethanes— “se adhirieron a los seres humanos, y son la causa de todos sus problemas. Solo la práctica de la cienciología les permite librarse de ellos”.
Un dato muy curioso, apunta el escritor, “es que Hubbard tuvo una relación bastante intensa con España, y estuvo al menos en Canarias y en Valencia. Dado que lo filmaba y lo fotografiaba todo, en algún archivo de la organización tiene que haber material de esa época con un gran valor sociológico”.
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