Un estudio sobre el matrimonio monógamo sugiere que éste se generalizó porque entraña diversas ventajas evolutivas
En las sociedades en las que está permitido a los hombres tener múltiples esposas, hay niveles más altos de crímenes, violencia, pobreza y desigualdad entre ambos sexos que en las sociedades en las que la monogamia se practica y está institucionalizada. Pero la monogamia entraña otras ventajas sociales, como el hecho de favorecer una atención esmerada a los hijos. Estas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado en Canadá, cuyos resultados sugieren que la monogamia ha sustituido a la poligamia en los últimos siglos por razones evolutivas. Por Yaiza Martínez.
Este es uno de los hallazgos clave de un nuevo estudio realizado por especialistas de la Universidad de British Columbia (UBC), en Canadá, en el que se han analizado las causas de la generalización global del matrimonio monógamo como institución cultural dominante.
La investigación sugiere que este tipo de matrimonio remplazó rápidamente a la poligamia porque produce un menor nivel de problemas sociales inherentes.
Problemas derivados de la poligamia
Según declaraciones del antropólogo de la UBC, Joseph Henrich, director del estudio, recogidas en un comunicado de dicha Universidad: “Nuestro objetivo era comprender porqué el matrimonio monógamo se ha convertido en el modelo imperante en los últimos siglos en la mayor parte de las naciones desarrolladas, cuando la mayoría de las culturas conocidas han practicado la poligamia”.
La poligamia, de hecho, aún se practica en algunas partes de África, Asia, Oriente Medio y Norteamérica. En otros países, ha sido anulada sólo recientemente: en Nepal en 1963, en la India (parcialmente) en 1955, y en China en 1953.
“La emergencia del matrimonio monógamo resulta extraña para algunos, y mucha gente que se beneficia de la poligamia –hombres poderosos y ricos- la rechaza”, afirma Henrich.
Sin embargo, continúa el investigador: “nuestros hallazgos sugieren que el matrimonio monógamo institucionalizado proporciona mayores beneficios netos a la sociedad, porque reduce los problemas sociales inherentes a las sociedades polígamas”.
Según Henrich y su equipo de investigación, en el que se encuentran los profesores Robert Boyd (de la Universidad de California en los Ángeles) y Peter Richerson (de la Universidad de California Davis), estos delitos estarían causados sobre todo por grupos de hombres que permanecen solteros porque otros hombres tienen múltiples esposas.
“La escasez de mujeres casaderas en las culturas polígamos incrementa la competencia entre los hombres por las mujeres no casadas”, afirma Henrich. Este aumento de la competencia hace que los hombres sean más propensos a tener comportamientos delictivos, para obtener más recursos y mujeres.
Ventajas de la monogamia
Los investigadores señalan que la principal ventaja evolutiva cultural de la monogamia sobre la poligamia es la distribución más igualitaria de las esposas, lo que reduce la competencia masculina y, con ello, algunos problemas sociales.
Además, según los resultados del estudio, la monogamia permite trasladar los esfuerzos masculinos de la búsqueda de esposa a la inversión parental, con lo que se reducen las tasas de negligencia, abuso, muerte accidental, homicidios y conflictos en los hogares.
Por otra parte, el matrimonio monógamo favorece la planificación a largo plazo, la productividad económica, el ahorro y la inversión económica en los hijos.
Por último, este tipo de matrimonio aumenta en general la influencia de las mujeres en las decisiones del hogar, lo que a su vez reduce la tasa de fertilidad total e incrementa la igualdad entre ambos sexos.
Todos estos beneficios se derivan de un mayor nivel de atención parental y de la formación de grupos familiares más pequeños, sugiere la investigación.
En ellas, el hecho de desposarse de esta forma ha estado siempre relacionado positivamente con el estatus, la riqueza o la nobleza.
Con el origen de la agricultura, las sociedades humanas crecieron en extensión, complejidad y desigualdad, y los niveles de matrimonios polígamos se intensificaron, alcanzando su extremo en los imperios más antiguos, cuyos gobernantes poseían harenes inmensos.
Posteriormente, la institucionalización de la monogamia se ha visto respaldada por su adaptación por parte de algunas religiones, como el cristianismo, y ha precedido en muchas ocasiones a la democracia y a los derechos de voto de las mujeres.
Hoy día, el matrimonio monógamo está generalizado, tanto normativa como legalmente, en los países más desarrollados del mundo. Según los científicos, esta generalización se ha producido por las ventajas que, para las sociedades complejas, suponen los matrimonios monógamos.