El azúcar es tan peligroso para la salud como el alcohol

Leer Nature ofrece estas sorpresas. Una noticia (Comment) en Nature afirma que el azúcar tiene efectos similares al alcohol en el cuerpo humano y que, como más vale prevenir que curar, convendría regular su consumo de forma similar, tanto con impuestos similares a los del alcohol, como limitar la edad de consumo y su venta entre niños y adolescentes. La razón es que en septiembre las Naciones Unidas declararon, por primera vez en la historia, ciertas enfermedades crónicas no contagiosas, como los ataques al corazón, el cáncer y la diabetes como de mayor riesgo para la salud de la humanidad que las enfermedades infecciosas, contribuyendo al fallecimiento anual de más de 35 millones de personas. El problema no es solo un problema del mundo desarrollado y de la dieta occidental. La llamada “comida basura” es uno de los grandes responsables de la obesidad y se estima que el 30% de la población mundial es obesa; además en los países en vías de desarrollo se estima que el 80% de las muertes son debidas a enfermedades no contagiosas. Nos lo cuentan Robert H. Lustig, Laura A. Schmidt, Claire D. Brindis, “Public health: The toxic truth about sugar,” Nature 482: 27–29, 02 February 2012. El artículo es curioso, así que permíteme traducir/resumir su contenido.

“El 20% de las personas obesas tienen un metabolismo normal, tienen y tendrán una vida normal. Por el contrario, hasta el 40% de personas con peso normal desarrolla enfermedades relacionadas con un síndrome metabólico: diabetes, hipertensión, problemas de lípidos, enfermedades cardiovasculares y enfermedades del hígado no relacionadas con el consumo de alcohol. La obesidad no es la causa de estas enfermedades, sino que es un indicador de la existencia de una disfunción metabólica. Las Naciones Unidas con su anuncio pretende centrar la atención en los factores de mayor riesgo para estas enfermedades: el tabaco, el alcohol y la dieta; dos de los tres, el tabaco y el alcohol, están regulados por los gobiernos para proteger la salud pública, dejando a uno de las causas principales de esta crisis de salud sin control, la dieta. Por supuesto, la regulación de los alimentos es muy complicada, porque la comida es necesaria, mientras que el tabaco y el alcohol son dos lujos suprimibles. La pregunta clave es ¿qué aspectos de la dieta occidental deben ser el foco de la intervención en prevención?”

“En octubre de 2011, Dinamarca decidió poner más impuestos a los alimentos con alto contenido en grasas saturadas, a pesar de que los médicos no creen que la grasa sea el principal responsable. Pero ahora, el país está considerando hacer lo mismo con el azúcar. El Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria creen que se debe prestar especial atención a la “adición de azúcar” (cualquier edulcorante que contenga fructosa y que se añada al alimento en su procesamiento).”

“En los últimos 50 años, el consumo de azúcar se ha triplicado en todo el mundo. Hay una creciente evidencia científica que apunta a que la fructosa puede desencadenar procesos que conducen a toxicidad hepática y a toda una serie de otras enfermedades crónicas. El azúcar mata, pero mata lentamente. Los organismos internacionales preocupados por la salud pública deben considerar limitar la fructosa (es decir, el azúcar y la sacarosa) porque suponen un peligro para las personas y para la sociedad en su conjunto.”

“El azúcar, como el tabaco y el alcohol, actúa sobre el cerebro para estimular su consumo posterior (lo que da pie a que su consumo provoque mayor consumo). El azúcar afecta a la ruta metabólica de la hormona grelina, la que controla nuestro apetito; también afecta al transporte y señalización de la hormona leptina, que ayuda a producir la sensación de saciedad; y además reduce la señalización de la dopamina en el centro recompensa del cerebro, lo que disminuye el placer que nos da consumir alimentos, por lo que acabamos comiendo más de la cuenta.”

“¿Cómo podemos reducir el consumo de azúcar? El azúcar es natural, es un nutriente, es todo un placer, como lo es el alcohol, pero en ambos casos, consumir con moderación es bueno para la salud, pero el exceso se paga con toxicidad. Gravar con impuestos especiales el alcohol y el tabaco es la forma más popular y más eficaz para reducir su consumo excesivo. En consecuencia, los autores del artículo de Nature proponen hacer lo mismo con los alimentos a los que se agregue azúcar (como bebidas gaseosas azucaradas (refrescos), otras bebidas endulzadas con azúcar (por ejemplo, zumos, bebidas deportivas y leche con chocolate) y los cereales azucarados. Canadá y algunos países europeos ya han empezado a imponer impuestos adicionales a algunos alimentos endulzados. Estados Unidos está considerando un impuesto para las sodas. Otra opción sería la de limitar las ventas a menores de cierta edad (por ejemplo, 17 años), prohibir su venta cerca de colegios y/o en horario escolar. Las regulaciones impuestas por los gobiernos a la comercialización de alcohol en los jóvenes han sido muy eficaces; quizás también lo sean aplicadas a los productos azucarados.”

“La regulación del azúcar no será fácil, pero la industria alimentaria sabe que tiene un problema. Ahora es el momento de centrar nuestra atención en el azúcar.”

Lo confieso, yo soy muy goloso.

El azúcar es tan peligroso para la salud como el alcohol

7 comentarios en “El azúcar es tan peligroso para la salud como el alcohol

  1. ¡Vaya qué noticia! ¿De qué siglo es? (lo digo por la síntesis del azúcar-alcohol-azúcar.
    De nuevo las pretenciosas autoridades mundiales se siguen preocupando, sin lugar a dudas, por su inestimable ciudadanía mundial.
    Pero es que resulta que…. señores… espero que cada día hayamos menos tontos entre tanto escogido por los codificadores de buenos ciudadanos… Mal que nos sepa, todo lo que asimilamos (físicamente, sin entrar en lo mental), es pura bazofia, y cuando no es pura bazofia requeterequeterrecocida es pura bazofia artesanal salida de los laboratorios para el buen funcionamiento de las economías de las alimenticias que nos dan de «comer».
    ¡XD y XD! ¿Vamos a seguir haciendo «caso» a esos tristes reporteros que en pura compenetración con esas macroindustrias de lo imposible, donde de cien gramos de harina refinada se sacan hasta diez kilos de pan, y donde los turrones son de patata, el colesterol de los huevos de las supuestas gallinas provienen de maquinales animales que a su vez han sido compuestos hasta su muerte por dignos piensos de no se sabe qué y que a su vez están compuestos por miles de componentes, a cuál de ellos el menos natural por inexistencia material propia de toda materia natural?

    Dicho de otro modo: nos siguen tomando por idiotas, peor todavía, nos toman por estúpidos idiotizados: esclavos de las comidas y sus mejunjes, esclavos de los alcoholes, esclavos de una vida parasiataria y mohooosa. Pues sí, mal que me sepa, hay muchos, pero espero que cada vez seamos menos y nos ríamos a mandíbula batiente de sus chorradas e hipocresías… que menudos son ellos!

    Nota: me sigue encantando masticar la caña de azúcar, y eso sí, dejé de mascar eso que a veces tenía vicio: chiclés, porque al leer sus componentes mejor me dije: «cómprate un chupete de gomaespuma y fin del vicio». Ahora sólo masco, de vez en cuando alguna que otra hierba, y cuando se hace esparto, la tiro, eso sí, no se pega igual que un chicle, es penoso, ni puedo ir rellenando los baches de las calles con sus cadáveres alquitranosos.

  2. Hola a todos y en especial a Ana.
    Todos lo que dices me parece muy bien. Pero…. el azucar (digo azucar, no las cosas/componentes dulces que nos hacen creer que es azucar) potencia en cantidad absolutamente bestial al CEREBRO, por lo tanto es NECESARIA y sobre todo en las edades más tempranas para el buen desarrollo del MÚSCULO mas importante que tenemos. Querer hacer que se paguen impuestos y demás zarandajas solamente quiere decir que nos quieren hacer cada vez MÁS TONTOS y que nos puedan manejar mejor.

    Saludos.

  3. Absolutamente de acuerdo contigo Ana… me encanta tu prosa.

    Solamente añadir que si ahora sale a colación el tema del azucar con el que nos han envenenadado siempre, (por cierto soy un goloso del azucar) el motivo no es para proteger nuestra salud… pues demostrado queda que si por ellos fuera nuestro mejor estado es el de ENFERMEDAD CRÓNICA. El motivo es para gravar con algún impuesto uno de los productos más consumidos por el ser humano y poder vaciar de este modo, nuestros más que esquilmados bolsillos.

  4. Ya lo dice la canción AZUUUUUUUCAR.

    Pues puede que el AZUUUUUUUCAR no sea tan malo. Lo que realmente es malo es el azucar porque en realidad no es AZUCAR.

    El AZUCAR ayuda y potencia notablemente al CEREBRO, si ese MÚSCULO, el más importante que tenemos y sobre todo ayuda y beneficia en edades tempranas, aunque tambíen a lo largo de toda la vida.

    Cobrar por todo es lo que quieren, porque cobrando solamente pueden tener acceso a «ESO» que se cobra un porcentaje reducido de la población y cada vez menos población puede tener acceso a «ESO» sobre lo que se cobra porque cada vez somos más y más pobres, y por lo tanto cada vez más controlables.

    Asi que amigos consumir AZUUUUUUUCAR y no dejéis que nos lo cobren a precio de PUTO oro.

    Un saludo.

    Nota: «ESO»= cualquier cosa que les interese a la pandilla de cabr…. que cobran por todo.

  5. Apreciado Paco, quedan lejanos los días en que dejé de disfrutar de mis pobres cosechas de pequeña huerta, pero te aseguro que, aquellos días con poca comida recogida disfrutábamos yo y mi cuerpo con lo que ingería. Mi cuerpo se sentía agradecido y diferente, respiraba mejor…

    Es un triste tema amigo Paco ya que rebobinar para encontrar un poco lo imposible: lo natural parece que nos vaya a costar un poco, a pesar de toda la publicidad que ahora hacen de los alimentos biológicos. Alucino cuando veo a los agricultores que van con súpermáquinas de echar venenos sobre los cultivos.

    ¿Qué nos están dando? Si para matar los piojos y los gorgojos y los gusanillos nos están envenenando y vendiendo sustancias totalmente artificiales y cancerígenas y demás desajustes fisiológicos.
    Los azúcares poco y lo justo, mejor los naturales, si se pillan, y no porque ya se nos vayan a caer los dientes, que para eso tenemos el flúor mágico hasta en la sopa… mejor no seguir hablando, porque si antes era mala la cal en todas partes, ahora se pone de manifiesto que lo contrario: lo ácido es el imán de lo antisaludable y atrayente de los cánceres.

    No sigo que ya lo has dicho tú, ellos no andan preocupados, en absoluto, sino que se entretienen con nosotros y de paso manejan a lo grande y a lo bruto sus criminales «econosuyas», porque la economía del y para el bien común es inexistente.

    Nota: volver a los pequeños productores naturales, acudir a ellos, es nuestra solución más inmediata y más razonable, también la vía para que desaparezcan esos monopolios de la muerte: «alimentarios», de laboratorio y de haciendas públicas. Un saludo.

  6. Hola. Para el que ha dicho dos veces (ambos comentarios han sido realizados por la misma persona) que el azúcar es buena y necesaria, comentarle que 1) El azúcar no es un nutriente, ni básico, ni esencial ni necesario, a ninguna edad y para ningún individuo. Estamos hablando de azúcar blanca refinada, no de azúcares naturales. 2) el cerebro no es un músculo, es un órgano y solo utiliza para su funcionamiento azúcar, pero obviamente no la blanca refinada sino la presente en todos los alimentos en mayor o menor medida.
    En un articulo donde se dice: «el azúcar es un placer como lo es el alcohol», sobra leer todo lo demás. El azúcar es UNA DROGA, como también lo es el alcohol. Es una droga adictiva, degenerativa y mortal. Busca en la página oficial del ministerio de salud las sustancias catalogadas como drogas y encontrarás el azúcar.

    El azúcar, que se sepa, está detras de la diabetes, la obesidad y el glaucoma; y se sospecha que tiene un factor decisivo en el alzheimer. Tratar el azúcar como algo frívolo o benigno es una necedad. La industria azucarera americana subvenciona con 100 millones de dólares anuales a la ONU, para que frene toda campaña contra ella, es la misma que realiza importantes donaciones a las campañas presidenciales de los candidatos estadounidenses; y curiosamente aporta fondos en ambas candidaturas (muy sospechoso). Y para hacerse una idea de lo importante que es este negocio y el poder de esta industria, un dato: Si entras en EEUU un kilo de azúcar blanca refinada (esa sustancia tan buena e inofensiva), y te pillan en la aduana, te caerá una condena superior a la que tendrias por entrar un kilo de cocaina. Curioso ¿verdad?.
    Un saludo y recuerda que con el azúcar ocurre lo mismo que con el alcohol, la cantidad adecuada es ninguna.

  7. Estimado Jose muy apreciable tu aportación, ya lo creo, y sobre todo porque te/nos metes en camisas de once varas donde eso que comentas está superdesplegado en todas las industrias llamadas «alimenarias» y que como tú bien dices son mafias que compran en silencio de esas adorables instituciones, sin las cuales el ser humano se sentiría realmente desprotegido y totalmente vulnerable en una sociedad donde los Derechos Humanos es un camuflaje en una guerra sin cuartel.

    Dicho esto, lo único que sé respecto al azúcar es que el azúcar blanco en sí no es bueno, pero tampoco son buenas, absolutamente el resto de sustancias que nos venden como bebidas o como componentes alimentarios, y ya sin entrar en eso que tendría que ser totalmente «entero» o sea productos del «campo» ya que están contaminados hasta el mismo génesis y reprogramados en él mismo.
    O sea que es tan escabroso el tema, no sólo el del azúcar, que DA MIEDO meter cuchara en ese caldo.

    Ser conscientes de todo lo que «cogemos» pagando a precio de oro en los súpers, las inocentes tiendas, los agradables mercados, debiera ser parte de una historia retrosprectiva, ya que si hasta ahora nos han «abastecido», también nos han matado y enfermado, hasta la saciedad, lentamente.

    Sólo tengo una propuesta: comer lo mínimo indispensable y no llenarse las alforjas de lo imposible (recreado en un marco cerebral del apetito y la necesidad no reales). Comer lo más sano que se pueda, es decir, acudir a los productores, pasando olímpicamente de esos mercados de «abastecimiento». Beber lo más sano posible, acudiendo, si se puede, a las mismas fuentes del agua no contaminada, ya que hasta las que te venden están tratadas. Prescindir de alimentos no precisos como pueden ser la carne y sus derivados ya que además de que son el producto de cadáveres, resulta que esos cadáveres no tuvieron (en vida) una vida nada agradable, llenando sus organismos de sustancias peores que con las que nos llenan a nosotros, con lo cual reciclamos no sólo sus químicas y enfermedades sino todo lo que ese organismo llevó a lo largo de su vida: enfermeddad, tristeza, estrés, agonía lenta… ¿vale la pena pues llevar a nuestra boca ese «agradable» sabor llamado jamón, chorizo, morcilla… etcéteras?

    Dicho lo dicho, lo único que tengo que añadir respecto al azúcar es un comentario positivo dentro de todos los negativos: tengo un centro de animales, y cuando a alguno por ejemplo le da algún ataque de esos tipo «epiléptico» debido a anidaciones de parásitos intestinales, lo primero que hay que hacer para restituir esos ataques es darles agua con bastante azúcar, toda la que puedan soportar, y al animal en cuestión de segundos le remite el ataque. Esto es lo único que puedo añadir.

    Un comentario anecdótico de mi vida de cuando fui niña, lo cual me valió el asco eterno hacia el azúcar fue que un día no tuve otra ocurrencia que llenar hasta los topes una taza de plástico con azúcar y cubrirla ligeramente con agua. Como era un ser «noble», me obligué a mí misma a tragarme aquello que me había preparado o sea que cogí un mal físico (no me acuerdo bien) porque creo que hasta llegué a vomitar. Creo que me lo tomé todo, pero a partir de entonces, quedé enteramente vacunada contra esa sustancia… Después siempre que tomaba algo dulce, inmediatamente después tenía que contrarrestarlo con algo salado. Años más tarde sí fueron de mi apetencia cosas de bollería o pastelería, eso a raíz de mi embarazo (supongo que cambió mi metabolismo), pero aún y así, hoy en día y a pesar de que ya no me causa tanto asco el azúcar, sí que me gustan los alimentos no contaminados, o sea azúcar que se note que es natural y la justa, porque lo químico me revuelca. Y lo mismo frente al alcohol: éste sí que ya ni a kilómetros, vengande donde vengan los vapores etílicos me echan de espaldas. Para esto sólo me bastó una leve borrachera cuando hacía las mismas tonterías que los demás jóvenes hacían, y gracias al champán y sus maravillosas etilencias quedé eternamente vacunada.

    ALCOHOL: «No, gracias».
    AZÚCAR: «Natural o de frutas y muy poca muy poca».
    TABACO: «Para sus productores»
    BOTICA-FARMACIA: «No acudo para mis males que, de momento, son muy pocos y se remiten a algo de ibu muy de tanto en tanto y nunca una gragea entera».
    «ALIMENTOS»: «Más vale ayunar en gracia, que no sentirse desgraciados tras ingerir sustancias innecesarias y materias no necesarias que ni siquiera va a aprovechar nuestro organismo, y menos cuando nuestro «desgraciado» organismo se ve sometido a una lucha constante frente a tanta agresión».
    ORGANIZACIONES LAPIDARIAS: «Debemos olvidarlas, sobre todo sus gratos consejos sobre vacunaciones y alimentos». Debemos aprender a discernir y a actuar por Nosotros Mismos.

    Un saludo y perdón por el tocho lapidario

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