Afloran las grietas en el apoyo internacional a la operación en Libia. La tormenta que amenazaba desde hace días en el seno de la OTAN, ha estallado el lunes. Francia rechaza que la Alianza Atlántica reemplace a la coalición internacional en Libia, mientras Reino Unido y EEUU defienden que «la OTAN desempeñe un papel» de coordinación «en unos días», en palabras del presidente estadounidense.
Si ya este domingo el secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa, criticaba el ataque aliado –declaraciones matizadas después– porque ‘se desvía’ de su objetivo, despertando las dudas sobre la legitimidad del ataque aliado en Libia, este lunes son Italia y Noruega las que, por la falta de definición del mando de la misión, cuestionan su apoyo a la operación ‘Amanecer de la Odisea’.
Los 28 embajadores de la OTAN se reunieron este lunes para tratar de resolver diferencias sobre su posible implicación en la operación que aplica la resolución sobre Libia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que este jueves volverá a reunirse a petición de Trípoli para analizar el ataque militar.
Durante la reunión de la Alianza Atlántica, los embajadores de una mayoría de los países miembros confirmaron su apoyo a que la alianza releve cuanto antes a la coalición (dirigida por EEUU, Francia y Reino Unido), que el sábado inició los bombardeos.
El propio presidente estadounidense, Barack Obama, dijo este lunes que «la OTAN desempeñará un papel» en la nueva fase militar en Libia, añadiendo que esta nueva fase se producirá en un plazo de «días, no semanas». «La OTAN se implicará en una función de coordinación por la extraordinaria capacidad de esta alianza, ha dicho desde Chile, donde está de gira.
El premier británico, David Cameron, también ha abogado en su comparecencia ante los Comunes por que sea la OTAN la que tome las riendas. «Deseamos que el mando de las operaciones pase a la OTAN y que haya una coordinación diferente de la que hay actualmente».
La oposición de Francia
Sin embargo, Francia -que lanzó los primeros ataques aéreos- se ha mostrado en contra de una implicación de la OTAN. Si la Alianza Atlántica dirige la intervención, argumenta, los países árabes no se sumarán.
Varios diplomáticos dicen que Francia se opone a la implicación de la OTAN porque la reputación de la Alianza se ha visto dañada en el mundo árabe por la guerra en Afganistán, y porque se considera que está dominada por Estados Unidos. Asimismo, funcionarios de defensa franceses creen que poner a la OTAN a cargo de la operación haría imposible obtener el respaldo de la Liga Árabe para la intervención.
Por su parte, ni Alemania (que el jueves se abstuvo en la votación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas) ni Turquía quieren que la OTAN, si finalmente interviene, bombardee a su vez como ha hecho en las últimas 48 horas la coalición.
Este lunes, el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, dijo que Turquía quería que se cumplieran varias condiciones para un papel de la OTAN: «Nuestro mayor deseo es que esta operación se termine lo antes posible, (…) que el pueblo libio decida su propio futuro».
«Si la OTAN va a entrar en la operación, tenemos algunas condiciones. La OTAN debería entrar con el reconocimiento de que Libia pertenece a los libios, no para la distribución de sus recursos», agregó.
Consecuencias de las discrepancias
Ante la situación, Roma ha afirmado que podría recuperar el control de las bases aéreas que ha cedido a los aliados para sus operaciones si la OTAN no acuerda una estructura de coordinación para la misión.
«Si hay una multiplicación de mandos, lo que podría ser un error en sí mismo, tendríamos que buscar una manera de que Italia recupere el control de sus propias estructuras de mando», dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Franco Frattini a los periodistas durante una reunión en Bruselas. El ministro añadió que «habría que buscar una solución operativa para asegurarnos que la acción de otros no tenga repercusiones contra nosotros».
El propio primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha reclamado la coordinación de la Alianza Atlántica este lunes: «Deseamos que el mando de las operaciones pase a la OTAN y haya una coordinación diferente a la que existe actualmente», dijo Il Cavaliere en una rueda de prensa en Turín.
El pasado viernes, cuando Francia y Reino Unido comenzaron a preparar sus aviones, Italia informó de que excluía, por el momento, que aviones italianos puedan participar para garantizar la zona de exclusión aérea, dadas la situación de Italia como antigua metrópoli de Libia, país con el que firmó en 2008 un Tratado de Amistad.
También como signo de la creciente tensión, Noruega -miembro de la OTAN y uno los primeros países en anunciar que participaría en la operación militar- ha dicho este lunes que no participará en ataques a Libia hasta que no se aclare su misión. La ministra de Defensa noruega, Grete Faremo, afirmó que los aviones de su Ejército -seis cazabombarderos del tipo F-16- no participarán todavía activamente en las acciones militares.
Las discusiones de la Alianza Atlántica, calificadas de «muy difíciles» por un diplomático aliado, fueron suspendidas una vez más esta noche.
Francia reconoce descoordinación
Por su parte, las autoridades francesas, impulsoras del ataque, han admitido que la cooperación en el seno de la coalición que aplica la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Libia aún no está «integrada».
El portavoz adjunto del Ministerio de Defensa francés, el general de brigada Philippe Pontiès, declaró que la coordinación de las operaciones es un asunto «extraordinariamente complejo» pero que sí existe ya «a nivel de ministerios de Defensa» de los países que intervienen.
«Por el momento las operaciones se desarrollan conforme a la resolución» de la ONU y es «evidente que el mando integrado facilitaría los intercambios; hoy de momento esta coordinación que hay funciona, aunque la integración haría los intercambios más fluidos», añadió el portavoz.
«Estamos en una operación querida por las Naciones Unidas, aplicada por una coalición ‘ad hoc’ a la que la OTAN podría eventualmente dar su apoyo«, agregó. «Su papel sería en un perímetro de apoyo», indicó el portavoz, que hizo un resumen a la prensa de las últimas operaciones protagonizadas por las fuerzas francesas que participan en la operación.
Declaraciones contradictorias
Además, a lo largo del día se han sucedido otras declaraciones contradictorias. El francés Alain Juppé ha descartado que la OTAN coordine la intervención militar en Libia porque considera necesario «tener en cuenta la opinión de los países árabes». Sin embargo, el primer ministro británico, David Cameron, mantiene justo la opinión contraria y se ha mostrado a favor de que sea la OTAN quien lleve el mando de la misión militar.
Los ministros de Asuntos Exteriores del bloque europeo se han reunido hoy en Bruselas con la intención de aclarar esta fórmula, acuñada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, cuando hace diez días, en una cumbre europea en Bruselas, tomaba la delantera y subrayaba la disposición francesa a realizar «ataques selectivos de carácter defensivo» en Libia.
Y ese es, precisamente, uno de los núcleos centrales del debate actual en la UE, donde comienzan a sonar acordes no tan afinados en cuanto a la «necesidad» de un ataque contra Libia, sea con las bombas guiadas por láser de los aparatos europeos o con los misiles Tomahawk estadounidenses.
Tras el encuentro de Exteriores en Bruselas, la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Catherine Ashton, ha defendido «la determinación de la UE para actuar rápido», rechazando divisiones por el rechazo de Alemania a participar en la intervención militar, una decisión «soberana» de cada país.
España
La ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, subrayaba que la acción militar de la coalición internacional en Libia cumple estrictamente con la resolución 1973 de Naciones Unidas para proteger a los civiles.
«La resolución dice expresamente que se puedan utilizar otro tipo de recursos para mantener la protección de la población. Lo único que se excluye es que haya una fuerza de ocupación terrestre. Es lo único que excluye expresamente la resolución», comentaba.
Por otra parte, ante la división occidental entre quienes desean que sea una gran coalición (más amplia todavía que la actual) la que lleve a cabo las operaciones y quienes prefieren que sea la OTAN quien asuma esa tarea, España, dijo la ministra, apuesta por la coalición.