Un nuevo modelo del universo
Hace tiempo que es necesaria una revolución científica sobre las teorías de la naturaleza de los cometas, la formación del sistema solar y de los fenómenos astronómicos en general. Por ejemplo, las imposibilidades y contradicciones inherentes en el “modelo cometario de la bola de nieve sucia” y la teoría del “colapso nebular” sobre el origen del sistema solar son legión. Las teorías se quedan cortas al explicar los fenómenos observados, pero nunca escucharás una aceptación por parte de los científicos que las promueven. Desafortunadamente, parece que en todas sus excavaciones mentales, los científicos producidos en masa de nuestra era se han enterrado en una trinchera de deprimentes proporciones, llevados por la tendencia inercial de las inocentes opiniones de sus queridos profesores. De hecho, ni siquiera pueden decir qué tan enterrados están, o que sus teorías están tan tristemente desactualizadas como los fósiles de los mastodontes a los que hacen la vista gorda. Y gracias al trabajo de James McCanney en los últimos treinta años, ellos se ven sumergidos, según palabras de Mullah Nasr Eddin, “en las más profundas botas de lluvia que unos pies transpirados jamás hayan usado”.
James McCanney es como un rebelde en la comunidad científica. Habiendo enseñado física y matemáticas en la Universidad de Cornell, fue destituido debido a la presión que recibían las autoridades de la Universidad por parte de profesores del departamento de astronomía que no simpatizaban con lo que él estaba publicando. En ese sentido, el sector académico es como una parte en la vida de la Mafia: “No puedes decir esas cosas. Si lo haces, te arruinaremos”. Pero mientras que McCanney pudo haber sufrido el destino de cualquier científico que intenta ir contra la corriente, sus teorías siguen vigentes, prediciendo nuevos fenómenos observados sin tener que recurrir a la “vieja plaga” de falsas teorías ampliamente aceptadas (el término de McCanney para la vergonzosa “revisión” de viejas teorías para explicar observaciones inesperadas).
El primer libro de McCanney de una serie que presenta sus ideas, Planeta-X, Cometas y Cambios Terrestres: Un tratado científico sobre los efectos de la llegada de un nuevo gran planeta o cometa en nuestro sistema solar y el esperado clima y cambios terrestres, introduce su trabajo teórico sobre estos temas. Está dividido en trece breves capítulos que describen los conceptos científicos en términos simples, seguido por reimpresiones de sus ensayos científicos originales publicados a comienzos de los 1980s. El resultado posee tres vertientes: primero aparta las teorías actuales, evangelizadas durante décadas por instituciones ineptas como la NASA y NOAA. Luego presenta sus propias teorías, explicando todas esas irritantes “anomalías” ignoradas o inexplicadas por los científicos reconocidos. Además explica estas anomalías, como lo hace en la parte II de su “Ensayo sobre cometas en tres partes”, incluido en el apéndice II:
“Toda teoría alterna respecto al comportamiento de los cometas y del origen del sistema solar (OSS) debe re-explicar muchos fenómenos observados en un contexto auto-consistente. Este incluye la observación del origen del núcleo del cometa y la razón de las “familias” de comentas que llegan desde varias direcciones específicas del espacio, el deambular de los cometas, las puntas hacia el sol, las colas en abanico hacia el sol, separación ocasional de la cola del núcleo, división de cometas, la causa de colas tipo I, II, y III, la rotación del material de la cola, la estratificación de algunas colas, múltiples colas, el hundimiento de la coma a medida que el cometa se acerca al sol, y el mantenimiento de corrientes meteóricas.
Relacionando lo mencionado arriba con la formación de planetas, lunas y asteroides, la teoría también debe explicar el calor interno y radiactividad de los planetas, la orientación del eje rotacional de los planetas, el espacio de las órbitas planetarias y lunares, el cinturón de asteroides, la fuente de atmósferas planetarias, el tamaño de distribución de los cuerpos celestiales, la causa de las órbitas retrógradas de ciertas lunas, y por último, pero no menos importante, los campos magnéticos de los planetas. Todo ello debe realizarse en un contexto consistente con la evidencia (aunque no necesariamente con la teoría uniformitaria) en otros campos tales como geología, biología, arqueología, antropología, etc.”. (“Ensayo sobre cometas en tres partes” Parte II, p. 61)
Luego describe lo que todo ello significa para nosotros que vivimos en el planeta Tierra, lo que ha sucedido en el pasado y lo que sucederá nuevamente – efectos que la mayoría de los científicos desconocen o son incapaces de describir debido a la firma de acuerdos de no-revelación. Pero primero, ¿qué es exactamente lo que las teorías actuales explican? Por supuesto, no puede haber huecos en la “sabiduría” que se expone como dogma sagrado por estos días, ¿no es cierto? Para evitar cualquier exceso de sarcasmo (¡ya hay suficiente de ello, y más por venir!), les dejaré adivinar mi respuesta. Solo diré que todas estas “anomalías” han sido ignoradas o las actuales teorías modificadas simplemente con “factores correctivos” para explicar la evidencia inesperada (generando en consecuencia aún más inconsistencias).
La teoría nebular de OSS, por ejemplo, posee grandes problemas (sin manipular los números o crear nuevos fenómenos físicos) en explicar la formación de grandes proto-planetas solo con el núcleo de un cometa en términos del colapso gravitacional de nubes de gas, la gran expulsión de energía de Saturno, la mayor expulsión de energía de Venus comparada con el ingreso desde el Sol, la elevada temperatura de la luna Titán en comparación con la poca luz solar que recibe, el mantenimiento de la atmósfera de Plutón, el flujo de corriente eléctrica entre Júpiter y su luna Io, y diversos fenómenos eléctricos observados en el espacio, por solo nombrar algunos. El “modelo cometario de la bola de nieve sucia” (DSCM), en cambio, no puede sostenerse en absoluto con respecto a la continua renovación del coma cometario, su curvatura y bordes bien definidos, “puntas hacia el sol ” con intensas señales de radio provenientes del núcleo, rotación de la cola, etc. Según indica McCanney arriba, toda buena teoría debe explicar todo lo mencionado, y más. ¿Entonces qué es lo que ofrece él? La “teoría OSS de la captura de cometas” y el “modelo cometario de descarga de plasma” (PDCM), según las cuales nuestro sistema solar, y el espacio en general, no es eléctricamente neutro. En lugar de ello, vivimos en un universo eléctrico.
Nebular Collapse
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