Aida. El Poder de tu Mente Inconsciente

por VidaNaturalia

El Poder de tu Mente Inconsciente

 

 

 

 

 

Descubre las diferencias entre la mente racional y la mente inconsciente y por qué los símbolos y la visualización son extraordinarias herramientas para el desarrollo personal.

Algunas terapias como el conductismo trabajan básicamente desde y con la mente consciente o racional. Otras, como la hipnosis o la visualización, utilizan la parte de nuestra mente que menos controlamos y que, por el contrario, más poder ejerce sobre el modo en que nos manejamos en el mundo: la mente inconsciente.

Nuestra opinión es que trabajar desde la mente inconsciente es una forma mucho más poderosa derealizar cambios profundos y verdaderos. En este reportaje te explicamos las diferencias, te hablamos delinmenso poder de la mente inconsciente y te proponemos algunos métodos de trabajo.

La mente consciente o racional

La mente consciente o racional es aquella que se ocupa de las cosas “de las que nos damos cuenta”. Es decir, con ella llevamos a cabo nuestra decisiones, análisis o reflexiones de todo aquello que percibimos conscientemente o que resulta “visible” a nuestro entendimiento. Con esta parte de la mente manejamos los asuntos cotidianos como el hecho de tener un pantalón azul y otro marrón y decidir que el marrón combina mejor con la camisa beige y por ello escogerlo para vestirme hoy. Es aquella que detecta que hoy tengo mal genio y por ello decido hablar poco para no crearme problemas en el trabajo. O la que percibe el sinsentido de seguir fumando o comiendo mal cuando sé que son hábitos que me perjudican. También es la parte de la mente que almacena los recuerdos más recientes.

El conductismo, por ejemplo, es una terapia que trabaja desde y con la parte racional, analizando aquellos aspectos que nos resultan evidentes y proponiendo pautas de comportamiento que mejoren nuestra vida emocional o conflictos. Por ejemplo, en una terapia conductista aprendería a controlar mi ira contando hasta 10. Obviamente es un ejemplo muy básico, sin embargo nos sirve para explicar que las terapias que usan la mente racional utilizan herramientas muy concretas para situaciones muy concretas.

Sin duda, este tipo de trabajo puede resultar muy efectivo en algunos ámbitos de la vida y, muy especialmente, cuando se trata de conflictos específicos y a corto plazo.

La mente inconsciente

La mente inconsciente, mucho más desconocida, es la que se ocupa de todo aquello de lo que “no nos damos cuenta”. Almacena los recuerdos más primarios de la infancia o incluso los heredados genéticamente (nuestras células contienen información genética que afecta junto con otros factores, no solo a la parte física sino también a la emocional).

Con la mente racional no entendemos por qué seguimos fumando, comiendo mal o manteniendo relaciones que nos destruyen a pesar de que sabemos que todo ello nos perjudica. La mente inconsciente es la que nos da la respuesta. Dentro de ese abismo desconocido se encuentran nuestras primeras experiencias, el aprendizaje de toda una vida, incluso las características emocionales que hemos heredado y puede que, en algún lugar de ese abismo, se haya creado un patrón autodestructivo, absolutamente inconsciente. Puede ser que de pequeños “aprendiésemos” que no somos dignos de amor, o de salud, o de felicidad; quizá entendimos que cualquier logro requería grandes esfuerzos; tal vez nos enseñasen (copiando patrones de otros) que conviene ser víctima para llamar la atención… ¡Quién sabe!

La cuestión es que, la información que realmente determina nuestro comportamiento, se haya en el inconsciente. Podemos decir o pensar muchas cosas, pero lo que determina la verdad de quiénes somos es aquello que hacemos. Y las claves de lo que hacemos, se encuentran en las profundidades más remotas de nuestra mente inconsciente.

Trabajar el inconsciente desde la parte racional

Algunas terapias como el psicoanálisis trabajan haciendo especial hincapié en el inconsciente para proporcionar al paciente una visión más completa de su personalidad y comportamientos. En una sesión de psicoanálisis, el paciente habla en lo que se conoce como libre asociación (sin cortapisas, expresando con total libertad sus emociones o ideas aunque sean estas aparentemente inconexas) y es el terapeuta quien hace una interpretación.

Podríamos decir que el paciente expone su puzzle a través de ideas, símbolos, sentimientos o pensamientos y es el terapeuta quien lo ordena para que el paciente pueda comprender, desde la parte racional, lo que se esconde en ese pozo desconocido que nos marca el comportamiento.

Trabajar el inconsciente desde el inconsciente

Sin embargo, otras terapias como la hipnosis o el trabajo con visualización, nos permiten realizar cambios en el inconsciente sin pasar por un proceso racional. En este tipo de terapias se utilizan escenarios mentales inventados y símbolos que permiten crear nuevas conexiones neuronales positivas y destruir viejas estructuras dañinas. Este trabajo nos ayuda a relacionar el bienestar con aquello que deseamos en la vida y el malestar con aquello que nos perjudica. Por ejemplo, trabajar a diario con una visualización nos ayudaría a relacionar el hecho de no fumar con la libertad en lugar de relacionarlo con el estrés. O a relacionar la fortaleza y la serenidad con los confrontamientos de la vida, en lugar de relacionarlos con el miedo.

Todo este trabajo se realiza siempre a través de símbolos y ensoñaciones. Normalmente, una sesión de hipnosis comenzará con una frase parecida a esta “imagina que estás en el jardín de tus sueños. ¿Puedes oler las flores? Escucha el sonido del viento”… etc. En este escenario inventado el paciente, guiado por la narración del terapeuta, se encontrará con experiencias, objetos y situaciones que, de un modo intuitivo, le ayudarán a establecer en su mente nuevas sinapsis (conexiones neuronales). Es decir, no se entra en análisis sobre situaciones específicas y concretas de nuestra vida, sino que se trabaja desde una perspectiva irreal pero muy poderosa.

Obviamente es necesario charlar con el terapeuta en algún momento, pero la terapia en sí procura evitar, en lo máximo posible, el proceso racional y centrarse, por el contrario, en la imaginación, la visualización, los símbolos y la parte inconsciente.

El inconsciente y el poder de los símbolos

Cuando analizamos con la mente racional aspectos concretos de nuestra vida, el miedo es uno de los primeros personajes en aparecer en escena. El miedo y los miles de juicios y prejuicios que tenemos insertados en nuestro “software mental”. La mente racional nos ofrece una visión bastante sesgada de la realidad. Nos hemos contado tantos cuentos a lo largo de la vida que hemos terminado por creérnoslos todos. Trabajando desde la parte racional es bastante fácil caer en las excusas y en el miedo, por lo tanto, la mente racional no nos proporciona una información fiable con la que buscar soluciones definitivas.

En cambio, cuando realizamos una visualización y usamos símbolos, nos des-identificamos y somos capaces de vivir una especie de “realidad paralela” en la que todo es posible. Por ejemplo, en lugar de analizar cómo podríamos ser más fuertes, se trataría de visualizar la fortaleza (por ejemplo en forma de guerrero o guerrera) e integrarla dentro, permitiendo que salga de manera espontánea e intuitiva cuando sea necesario.

Según numerosos terapeutas, sentir o experimentar dentro cierto tipo de energía (amor, abundancia, libertad, etc), es el primer paso para hacer que las cosas ocurran, es decir, para generar una nueva realidad a partir de nuestros pensamientos.

El inconsciente y el poder del sonido

Los mantras también son una buena herramienta para trabajar desde el inconsciente. Los mantras son sonidos vocales que se repiten y que, según la tradición hinduísta, tienen el poder de elevar los estados de la consciencia. El famoso “Om” es uno de ellos. Existen diferentes tipos de mantras que se utilizan con distintas finalidades para integrar en el inconsciente distintos aspectos del desarrollo personal (la valentía, el desapego, la fotaleza, la aceptación, la prosperidad, etc). En internet puedes encontrar miles de ellos.

Si eres de esas personas a las que les gustaría hacer meditación pero no eres capaz o te aburres, y todavía nos probado con los mantras… te aconsejamos encarecidamente que lo pruebes. Los mantras tienen un poder extraordinario a la hora de realizar cambios en el inconsciente, al menos según nuestra experiencia. Hacer una meditación cantando un mantra y concentrando la mente en una sola idea, energía o símbolo es una herramienta fabulosa para despertar en tu interior aspectos que jamás creíste que podrías tener, de una forma sencilla y muy cómoda, sin entrar en agotadores análisis mentales. Luego, esa energía aparece en los momentos apropiados “como por arte de magia”. En realidad no hay magia (o sí, quien sabe), sino el inmenso poder de nuestra voz interior cuando nos decidimos a escucharla y le proporcionamos las herramientas necesarias.

En breve dispondrás en nuestra web de audios con visualizaciones y algunos de los mantras que nos parecen más interesantes para desarrollar determinados aspectos importantes del desarrollo personal. En cuanto estén preparados te lo haremos saber en la Newsletter.

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