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Después de casi medio siglo de enseñanza, el Buda estaba por partir a otros planos de existencia rodeado de sus discípulos. Llorosos le preguntaron, “Bendito, ¿quién será nuestro maestro ahora? ¿Quién nos guiará? ¿Cómo vamos a alcanzar la iluminación sin tu ayuda? “
Las últimas palabras de Buda fueron: ”Sé tu propia luz.”
Todos los que habían seguido sus enseñanzas lo comprendieron.. La Verdad es la luz. Busca la verdad, y la verdad te hará libre. Libre de sueños .
Cuando Siddhartha Gautama “despertó”, fue reconocido como “El Despierto”, un Buda. Él era su propia Luz..
Cada uno tiene su propia luz. Dentro de cada uno de nosotros duerme el resplandor de la memoria de lo que realmente somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. En esta luz, el sonido de la verdad puede ser oído, claro como la campana de un templo. En un momento, ocurre una comprensión total y comienzan a llegar las respuestas a nuestras preguntas. Todo se nos acomoda exactamente como debe ser y percibimos una razón divina para todo. Nos desbordamos en un sentimiento de profundo amor y gratitud.
A lo largo de la historia, las personas han experimentado la iluminación, una iluminación gradual, o una repentina que revela una realidad más amplia. Por un momento, una hora, un día, un año, florecemos plenamente, y nos abrimos para recibir la Luz. Ésta es la experiencia de la iluminación, distinta para cada quien, por eso, poco explicable con palabras.
Es un despertar de la conciencia en el que somos total y definitivamente conscientes de que todo está conectado. Se puede sentir como una resonancia repentina, como la vibración de la energía de la vida a nuestro alrededor. En un instante, dure lo que dure ese estado, lo sabemos todo intuitivamente, nos sentimos parte de todo. Las preguntas y dudas desaparecen, y sólo el Universo como es, permanece.
Puede llegar a través de la meditación, la música, la jardinería, el contacto con un animal, o en una experiencia cercana a la muerte. En cualquier momento puede producirse. Siempre está ahí. Es un estado de consciencia al que nos abrimos por instantes, años o vidas. Llegaremos a estar permanentemente en ese estado cuando ascendamos nuestras energías lo suficiente. Mientras, suele ser un florecimiento breve, como el de la flor que se marchita a poco de abrirse a la consciencia del sol.
El Buda se dio cuenta de que todo está conectado. Solo existe el UNO. La separatividad es una ilusión. Los Devas que ayudaron a crear el Universo tendieron una red infinita en todas direcciones. Ataron una perla en cada nudo. Cada átomo que existe es una perla. Cada pensamiento, cada ser, cada emoción, cada momento… son perlas. Si nos consideramos en el Uno, todas perlas están reflejadas él. Como un holograma, cada perla contiene toda la imagen. MARAVILLOSO!…Cada gota contiene la esencia del océano….cada perla es DIOS.
La ciencia moderna ha confirmado la existencia de una membrana misteriosa, integrada al Universo, que trasmite información a todo sitio de ese universo, al instante. Los físicos llaman a esta interrelación, “entrelazamiento cuántico.” Albert Einstein la describió como “acción espiritual a distancia”, porque nada conocido en ese momento podía viajar más rápido que la velocidad de la luz. Causa y efecto parece que se entrecruzan en esa trama, en el mismo momento.
Einstein llegó a la misma conclusión que el Buda: ”Un ser humano es una parte de un todo llamado por nosotros ‘Universo’, una parte limitada en el tiempo y el espacio, que se experimenta a sí mismo, sus pensamientos y sentimientos, como algo separado del resto, en una especie de ilusión óptica de la conciencia”. Esta ilusión es una prisión para nosotros, ya que nos restringe a nuestros deseos personales y limita nuestro Amor a unas pocas personas cercanas a nosotros. Nuestra tarea es: liberarnos de esta prisión ampliando el círculo de comprensión y de compasión para abarcar a todas las criaturas vivientes, y a lo que llamamos “objetos”, que son parte de ésta trama maravillosa de la Vida, en diferentes estados de consciencia.
Todos tenemos nuestro propio itinerario en la vida, las palabras de otra expresión de vida que resuenan con la verdad, pueden ser el comienzo de la Luz en nuestro camino, para eso estamos todos interconectados, encendiendo nuestra luz como libélulas en una noche de verano…otras ven esa Luz, se acercan y ven “cómo lo hicimos”…y no nos arrebatan nuestra Luz, sino que se valen de su propio don para encender la suya. Esa es la que en esencia le pertenece…mas al ser perlas de un mismo entramado, la de cada quien es a la vez de todos y de nadie. Solo ES.
No neguemos nunca lo útil de la Luz que nos llega a través de numerosos canales, si vibramos con ella, mas permitámonos recordar cómo florecer a nuestro propio modo, como encender nuestra Luz, y seguir, sin ataduras, sin separatividad y a la vez sin convertirnos en seguidores de nadie.
Si somos Uno ¿ a quién seguimos?
Recuerda conmigo, mas…SÉ TU PROPIA LUZ!!!
EL HOLOGRAMA DE LA VIDA ES UNA ÚNICA LUZ REFLEJADA EN CADA NUDO O PERLA DEL SER UNO.
Mi corazón les abraza!
Tahíta